Cheryl POV
El sonido de una conversación unilateral se transmitió mientras la puerta principal se abría. Escuche desde la cocina a medida que volvía a mis asuntos, hacer pan tostado y servirme un vaso de zumo de naranja.
—Tini, todo lo que estoy diciendo es que ella probablemente se sienta incómoda aquí —declaró la familiar voz melódica.
Me quede inmóvil a medio verter y mi estómago hirvió con caliente rabia líquida. Ella se estaba rebajando continuamente. Si Betty tenía un problema conmigo, debería tener las pelotas para decírmelo en mi cara, no ir detrás de mis espaldas e intentar quitarme del panorama. Toni suspiro.
—Esto no es de tu incumbencia, Betts. —Sonaba cansada.
—Está bien —murmuro en derrota—. Sin embargo, no digas que no te lo advertí cuando ella se vaya.
Toni entró a la cocina, y tan pronto como sus ojos aterrizaron en mi, la líneas en su frente se suavizaron. Eso era suficiente para mi. Mis celos por su salida de esa mañana me dejaron rápidamente.
—Buenos días, cariño —dije con una sonrisa mientras me dirigía hacia ella.
Envolví un brazo alrededor de su cintura y le di un apretón. Ella me devolvió el abrazo, inclinándose para besar mi cabello.
—Buenos días, Cher.
Nos separamos, y Betty entró a la cocina llevando una fácil pero falsa sonrisa.
—Buenos días, Cher. —Me miro de arriba a abajo—. Pareces... cómoda.
Baje la mirada hacia mi. La confusión me atravesó. ¿Que le ofendió? ¿Mi camiseta roja sin mangas, o mis excesivamente largos pantalones deportivos grises? Tal vez era el hecho de que no llevaba sostén bajo la mencionada camiseta. Cuando levante la mirada nuevamente hacia ella y la encontré mirando las marcas que mis pezones estaban haciendo en el material, casi sonreí. Quería decirle que estaba bien, porque Toni ya los había visto en persona. Pero no lo hice. En lugar de eso, me encogí de hombros.
—Claro, supongo. —Sonreí, con dientes relucientes —. Así que, ¿como estuvo el desayuno?
Betty frunció el ceño.
—¿Como supiste que estábamos desayunando? Nosotros ni siquiera sabíamos que saldríamos a desayunar.
Mordí mi pan tostado, luchando contra el impulso de lanzarle mi zumo en la cara. Mastique lentamente y después me encogí de hombros.
—Arch me lo dijo.
Betty se enderezó, con su rostro palideciendo ligeramente.
—¿Cuando has visto a Arch?
Toni se sirvió un vaso de zumo de naranja. Su ceño estaba fruncido.
—Si, ¿cuando has visto a Archie?
Oh, Dios mío. ¿Son celos los que huelo, Toni Topaz? Claramente parecía eso. Decidí experimentar con eso. Baje mis pestañas.
—Está mañana. Tomamos café. —sonreí secretamente, mordiendo el inferior de mi labio—. Fue... agradable.
—¿Vero lo sabe? —fulminó Betty.
Si, quería gritar. Porque yo nunca le haría eso a mi amiga, en cambio asentí lentamente.
—Claro que lo sabe. —Me giré hacia Toni, mordisqueando mi pan tostado—. Por otra parte... Toni, ¿como debería invitar a un chico a salir?
Ella trago en el momento equivocado, atragantándose con su jugo de naranja. Tosiendo, su rostro se puso rojo y farfulló con incredulidad:
—¿Quieres tener una cita?
