Jughead POV
Estaba de pie tras la barra con la cabeza hacia abajo, oculta a la vista. Su ondulado cabello rubio caía por su espalda en suaves ondas. Su alto cuerpo curvilíneo era una fantasía viva. Una que hacía que mi vida fuera un infierno. Era hermosa. Exquisita. No como las otras chicas que había tenido en mi cama.
Betty Cooper era elegante.
Betty Cooper era impresionante.
Era exquisita. Hice un trato con Archie cuando éramos adolescentes... mi hermana por la suya.El aún tenía que hacer su movimiento con Verónica, pero yo estaba cansado de esperar a Betty. Abriéndome paso hasta la barra, me acerque a ella. Demasiado cerca. Su cuerpo desnudo, rozando mi parte delantera. Y, sin embargo, me incline más cerca, con ganas de sentir totalmente el calor de su espalda contra mi pecho. Se dio la vuelta con los ojos muy abiertos, mirando hacia abajo a mi cuerpo.
—¿Que estás haciendo, Jug?
No pude evitarlo. Mis manos se acercaron y se posaron a ambos lados de su pequeña cintura.
—Puedo hacer que la olvides —murmure. Mi pulgar acaricio la goma elástica de su bikini— Puedo hacer que olvides que alguna vez existió, Betts.
Y lo decía en serio. Toni no la quería. Ella tenía a Cheryl. Su oportunidad para hacer un movimiento había pasado. Toni era ahora feliz. Ella perdió.
Me miro a través de sus pestañas. Con suave voz melódica, lanzó un pesaroso:
—Nunca fuiste competencia, Jughead. No a su lado.
Miro por encima de mi hombro, y por la forma en que sus ojos se suavizaron, jodidamente sabía que la estaba mirando a ella. Los celos gritaron a través de mi. Odiaba que la amara. Miro de nuevo hacia mi, alzando mano hasta apretar suavemente mi antebrazo mientras murmuró:
—Nunca estuviste siquiera cerca.
Cuando ella tomó su copa, volvió a la hamaca y se acostó en ella, miro discretamente a mi hermana. Y allí estaba. La mujer que amaba tratando de cazar a mi hermana. Pero no importaba. Usaría todas las armas de mi arsenal para tenerla.
Betty sería mía.
Lo prometía, joder.