❝ vii ❞

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❝ Amor es todo lo que puedo darte ❞

—L-O-V-E, Nat King Cole.

Minsoo se había pasado la semana entera yendo de arriba para abajo con los preparativos de la celebración del aniversario de la compañía. Aunque tenían a alguien que se encargaba de todo aquello, ella tenía la tarea de supervisar los cambios y detalles. 

La celebración se haría en un lindo salón de fiestas que contaba con un gran jardín repleto de flores y árboles, con fuente y toda la cosa. Minsoo, naturalmente, se hallaba fascinada con la idea. Ignorante de que Son específicamente había pedido un salón con jardín para ella, que le gustaban tanto.

Y como era una ocasión especial por ser el trigésimo aniversario, se había invitado a todos los de la industria, bancos, clientes y, por supuesto, empleados de las oficinas generales. Por lo que ese fin de semana, apenas se despertó, Minsoo se alistó para ir en busca de su vestido, porque ella era la asistente de presidencia y, siendo honestos, estaba muy emocionada por usar un bonito vestido de cóctel. 

Aunque al plan se había sumado su adorada cuñada que le serviría de segunda opinión. Minsoo y ella se llevaban bastante bien, eran amigas cercanas, de hecho. Eunbi vino al mediodía, montada en el auto que compartía con su esposo, lista para una tarde de mujeres después de una larga semana de trabajo.

—¿Lista? —le dijo cuando Minsoo subió al auto, acomodándose el cinturón de seguridad.

—Sí.

—¿Por dónde deberíamos empezar? ¿Tienes alguna idea de cómo será el vestido?

—Es un cóctel —se encogió de hombros—. El lugar es elegante pero también campestre, algo formal pero ligero, eso quiero.

—Creo que necesitas ser más específica —rió Eunbi, conduciendo por la ciudad.

—Que sea en color azul o verde —bromeó la menor, terminando ambas por reír.

La primera parada fue una bonita cafetería, se detuvieron a almorzar algo antes de emprenderse en su campaña por encontrar un vestido bonito para Minsoo y evitar a toda costa que Eunbi se distrajera y terminará comprando utensilios de cocina totalmente innecesarios puesto que ella ni siquiera cocinaba, ¿para qué hacerlo cuando estás casada con un chef?

—Tu mamá me contó lo de la cita a ciegas —comentó Eunbi, sentada en una mesa junto a la ventana.

El lugar era cálido, bonito y amarillo. Olía a café y había plantas aquí y allá, era justo lo que a Minsoo le gustaba, decidió pues que, si la comida era buena, se convertiría en su nuevo lugar favorito.

—¡Ah! —bufó—. Ni me lo recuerdes, ¿Por qué mamá insiste en contarle a todo el mundo? 

—No se lo cuenta a todo el mundo —terció Eunbi, recibiendo tal mirada por parte de su cuñada que terminó suspirando—. Bueno, sí lo hace, pero es porque está enojada.

—Sólo me avergüenza, el mundo ya puede ver que no soy linda, no tiene porqué confirmarlo.

—Minsoo —regañó suavemente.

—Sabes de lo que hablo. 

Eunbi negó con la cabeza mas no dijo nada puesto que el mesero ya se acercaba con sus pedidos. A la gente le incomodaba mucho cuando Minsoo se auto percibía como fea, aludiendo esto a una baja autoestima que en realidad no existía en su interior. Sin entender que la forma de ver las cosas para ella era muy distinto, mas era demasiado floja para explicárselo a todo el mundo.

Can't help falling in love || Son HyunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora