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❝ Tengo tanta miel que las abejas me envidian. Tengo una canción más dulce que la de las aves en los árboles. Supongo que estás diciendo ¿qué puede hacerme sentir de esta manera? Mi chica, mi chica. Hablar sobre mi chica. ❞

—My girl, The Temptations.

Cuando llegaron a Busan lo primero que hicieron fue ir directamente al hotel donde se hospedarían para dejar sus maletas. Minsoo aprovechó ese pequeño lapso de tiempo para corregir cualquier imperfecto en su aspecto, como siempre sólo buscaba verse lo más profesional posible, aunque de nada servía si lo primero que la gente veía de ella era esa nariz curiosa y los labios gruesos que no quedaban tan bien en su rostro y lo hacían asimétrico.

Se cepilló el cabello con las manos, apurándose para volver a encontrarse con Son y juntos dirigirse a la planta que elaboraba el empaquetado de las comidas. Las oficinas de Busan estaban en el mismo edificio que producía los empaquetados, siendo esta no más que una pequeñísima extensión de la planta donde sólo trabajaban el gerente, el asistente de este y una secretaría, todos los demás eran trabajadores de la fábrica y uno que otro guardia.

—Haremos una inspección de campo, así que tal vez caminaremos mucho —advirtió Son a Minsoo cuando llegaron al hotel—. Así que mejor usa zapatos cómodos.

La joven le tomó la palabra a su jefe por lo que, apenas estuvo satisfecha con su aspecto, abrió su pequeña maleta y tomó los zapatos más bajos que tenía. Ese día le prometía terminar con un terrible dolor de pies.

Una vez estuvo lista salió de la habitación, encontrándose con Son que salía de la suya en ese momento, sus habitaciones estaban una frente a la otra. El mayor sonrió rápidamente, notando que Minsoo sí se había cambiado de zapatos tal y como le aconsejó. No dijo nada más que señalarle a la joven que lo seguía hasta el ascensor, nuevamente aferrándose a la barandilla de este cuando comenzó el rápido descenso de sólo dos pisos. 

Tuvieron que pedir un taxi que los llevara hasta su destino para no perderse puesto que si iban en el auto el GPS los podría llevar por caminos no tan buenos para el coche y este debía estar en óptimas condiciones para el viaje de regreso.

—Ya es tarde, así que no creo que podamos ver el área financiera —le dijo Son a Minsoo en la parte trasera del auto—. Probablemente cuando terminemos nos inviten a cenar como es la costumbre, pero si no quiere ir, entonces no vaya.

El lenguaje formal de Hyunwoo le dejó saber que ya estaban trabajando nuevamente. Minsoo asentía a sus palabras y revisaba su tableta para revisar cómo iban las cosas en Seúl. Durante el viaje no pudo hacerlo por la mala señal, la tableta funcionaba con su propio internet más este no era muy eficiente en lugares con señal inestable.

—No hay novedades por el momento —le informó, cerrando su aparato y dedicándose a ver el mar a su lado, era precioso y brillante.

Busan era cálido, parecía vivir en un verano eterno, y aunque el acento de la gente los hacía parecer enojados, eran bastante encantadores y pintorescos. Desde la ventana podía observar a las familias divirtiéndose bajo el amigable sol, mojando sus pies en las suaves aguas del mar espumoso que parecía juguetear con ellos. A comparación, Seúl era muy frío y muy rudo.

—¿Había estado en Busan antes? —preguntó su jefe, fascinado por esa mirada de ojos brillantes que Minsoo dedicaba a la ciudad.

—Sí, pero siempre estando de paso, nada más.

—Es una ciudad muy bella.

Y ella asintió, sin responder nada más porque en el silencio podía mirar mejor al mar, aunque conocía el mar de toda la vida, aquel pedazo azul que extendía su manto era diferente, más claro y amable. Casi podría apostar que las aguas eran cálidas.

Can't help falling in love || Son HyunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora