❝ xxiv; epílogo ❞

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❝ Me pierdo tanto dentro de esos ojos, ¿lo creerías? No tienes que decir que me quieres, no tienes que decir nada, no tienes que decir que eres mía. Cariño, caminaría a través del fuego por ti, solo dejame adorarte. ❞

-Adore you, Harry Styles.

Minsoo se puso su mejor falda, blanca con vuelo y una camiseta azul de manga corta. El cabello le caía en sus hombros, estaba más largo, con todos los pendientes no tenía cabeza para cortarlo y, ciertamente, no planeaba hacerlo. Ahora que empezaba un nuevo negocio, era mejor empezar a cambiar ella también.

La inauguración sería en unos días y la pobre ya se sentía nerviosa, sólo esperaba que las cosas salieran bien para ella y su familia. Había vuelto a su departamento en cuanto su hermano se sintió un poco mejor, encontrando que la vida era bastante aburrida cuando se estaba sola en casa, aunque a veces los preparativos para el restaurante la ocupaban tanto que se le olvidaba.

El gato gris se acomodó en la cama, dispuesto a dormir la tercera siesta de la tarde. Minsoo le miró con envidia ¡lo que ella daría por poder pasarse la vida durmiendo! El gato pareció escuchar sus pensamientos puesto que sus ojos esmeralda se burlaron de su suerte y entonces siguió durmiendo, moviendo la cola un rato hasta que el sueño se apoderó de él. Ya tenía tres meses viviendo con ese felino orgulloso y arrogante que la rasguñaba y mordía cuando estaban a solas pero que la reclamaba como suya en cuanto Hyunwoo se aparecía por el departamento.

Existía una tonta rivalidad entre estos dos, Son se quejaba del exceso de atención que Minsoo le daba al huraño gato, el cual siempre lo recibía con un gruñido y una mordida en los pies cuando intentaba besar a la dueña del amargado animal. A la joven no parecía molestarle ser celada por el gato, mientras éste demostrara quererla aunque fuera un poquito, entonces estaba bien si Hyunwoo salía con unas cuantas mordidas.

Sonrió de sólo pensarlo, se dio otro vistazo en el espejo y se sentó en la cama, acariciando al minino profundamente dormido, aprovechándose que en ese estado no la iba a rasguñar. El gato había aparecido enfrente de ella cuando volvía de la tienda y la eligió como su dueña, aunque el dueño parecía ser el gato puesto que él llevaba las riendas de la relación. Incluso siendo la cosa mojada y casi esquelética que Minsoo recogió, impuso su voluntad y la mujer acató sus órdenes sin ninguna objeción.

El timbre de la puerta sonó, Minsoo se levantó de un salto, despertando al gato y ganando una mirada de desprecio de su parte.

-Lo siento Kuku -intentó acariciarle la cabeza pero este se hizo para atrás y el timbre volvió a sonar-. Ya está aquí.

El animal pareció entenderla, pues se incorporó y bajó de la cama, corriendo a la puerta a recibir al visitante, a ese que tanto odiaba.

-Portate bien -le pidió al gato y abrió la puerta, Son estaba allí con un ramo de lirios rosas en su mano, las flores favoritas de Minsoo-. Te vas a acabar los lirios, los que me diste el martes todavía no se marchitan.

-No deberías quejarte -sonrió, entrando al departamento, no sin antes recibir una mirada molesta del gato-. Sí, sí, también te odio.

-¡Deja a mí bebé en paz!

-¡Mira como me está viendo!

Minsoo tomó al minino entre sus brazos y este se dejó hacer, mansamente lamió las mejillas de su dueña, como si le presumiera a Hyunwoo que sólo él podía tener ese tipo de amor por parte de la joven.

-Mi bebé no te hace nada -el gato saltó de sus brazos, se hartaba muy rápido del cariño-. Siempre llegas a buscarle pelea.

-Él es el que se pone a coquetearle a mi novia -Son se acercó, colocando sus manos sobre la cintura de Minsoo, ella no traía tacones y la diferencia de altura era más marcada.

-No puedes ponerte celoso de un gato, Hyunwoo.

-¿Quieres ver que sí puedo?

Ambos rieron y juntaron sus labios en un beso que no duró mucho ya que el Kuku hizo de las suyas al morderle los pies descalzos a Son. Este se alejó de la menor en un sobresalto que le sacó una carcajada a Minsoo.

-¡¿Ves?!

-Sólo está jugando contigo -rió la joven, el mayor rodó los ojos y quiso tomar al gato, mas este salió disparado rumbo a la habitación.

-Maldita bola de pelos -murmuró-. Cariño, ¿por qué no regalas esa cosa y adoptamos un perro? Los perros son más lindos.

-¡Oh, claro! Como tengo espacio suficiente para un perro.

-Puede ser un perro muy pequeño.

-No voy a dejar a Kuku, no me hagas elegir qué lo voy a elegir a él -bromeó.

-¿Eh? ¿Por qué? ¡A mí me quisiste primero!

-Lo siento, Kuku me robó el corazón -sus manos volvieron a enredarse en los hombros del mayor y este volvió a tomarla de las caderas.

-¿Me quieres?

-Sí.

-¿Mucho?

-No empieces con tus cosas.

-¿Me quieres más que a Kuku?

-No.

-¡Minsoo!

Ella se rió y se volvieron a besar. Las cosas todavía no se asentaban y las miradas estaban sobre ellos, el camino de la soltería que era tan bonito ya estaba lejos y frente a ella se abría un camino igual de precioso pero lleno de obstáculos. Y aun con el camino empedrado, supo que no iba a caer, porque Son la sostenía y le cubría las espaldas, listo para protegerla de lo que viniera.

Supo que todo estaría bien.

Can't help falling in love || Son HyunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora