❝ viii ❞

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❝ Cuando la noche haya venido y la tierra esté negra y la luna es la única luz que vemos. No tendré miedo, mientras tú estés junto a mí. ❞

—Stand by me, Ben E. King. 

—¿Y las flores? —preguntó Son tan pronto llegó.

—Ya se habían marchitado, así que las tiré el viernes —respondió Minsoo, ocupada en la pantalla de su computador.

—¡Oh! Que mal, eran muy bonitas.

No se dijo más y el mayor entró a su oficina, Minsoo no prestó mucha atención a lo que él hacía, estaba demasiado estresada con todos los pendientes que se acumularon el fin de semana, por eso odiaba tanto los lunes. Porque el mundo no descansaba ni siquiera los domingos y ella siempre tenía que lidiar con este en las mañanas. 

Ninguno de los dos dijo nada sobre el fugaz encuentro de aquel sábado, Minsoo porque tenía cosas más importantes con las que lidiar y Hyunwoo porque se sentía un tanto avergonzado por haber sido tan obvio. 

Ese día la pobre Min soo se sentía ahogarse en el trabajo, las cosas se habían movido demasiado el fin de semana. Son estaba de la misma manera,  haciendo llamadas y dándole indicaciones a Minsoo que necesitaba autorización para todos los movimientos que debía realizar. Así llegó la hora del almuerzo, pero ninguno se acordó siquiera de comer hasta que dieron las dos y media y el estómago de la joven le recordó sus necesidades básicas.

—Señor —llamó a su jefe por el teléfono que comunicaba con el de Son.

—¿Sí?

—¿Quiere que le ordene algo para comer?

—¡Sí, por favor! —sonrió, viéndola desde su lugar, sin que ella pudiera verlo de vuelta—. Encargue para los dos, usted tampoco comió, ¿verdad?

—No —confesó ella, retirándose el cabello de la cara en un gesto que pareció casi celestial a ojos del mayor—. ¿Quiere comer algo en específico?

—Lo que escojas estará bien.

Ahí estaba otra vez, tratándola informalmente sin poder evitarlo. Minsoo colgó poco después para llamar al restaurante de siempre y encargar fideos negros que, sabía, eran de los favoritos de su jefe cuando le tocaba tener que comer en el trabajo. 

Y mientras esperaba la comida, Minsoo se estiró un poco y se fue al baño a refrescarse. Se mojó la cara, con cuidado de no correr su maquillaje, en ese momento se arrepintió de no haber llevado su cosmetiquera consigo, un retoque nunca estaba de más, sobre todo después de mojarse el rostro, sólo esperaba que su base y su polvo translúcido cumplieran su palabra de ser aprueba de agua.

Yuna entró unos momentos después, sonriéndole, la había extrañado ese día, donde siempre comían juntas y eran tan amigas por ser de la misma edad.

—¿Ya comiste? —preguntó.

—No, pero ya lo voy a hacer.

—Te están explotando, amiga —bromeó.

—Entonces nos están explotando a ambas, recuerda que tenemos el mismo jefe.

Yuna rió con ganas, dándole una palmada en el brazo. Cuando su risa terminó, soltó un profundo suspiro.

—Oye, ¿ya sabes qué te pondrás para el aniversario?

—Sí, el sábado fui con mi cuñada a buscar un vestido.

—¡Pudiste llevarme también! Yo no tengo nada que ponerme, ¡Ah que molesto!

—Lo siento —sonrió—. Pero no tienes que preocuparte tanto, a ti todo te queda bien.

Can't help falling in love || Son HyunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora