『 25 』

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Nott cerraba la puerta con magia ya que no había ninguna cerradura

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Nott cerraba la puerta con magia ya que no había ninguna cerradura. Sin embargo, adentro de la habitación no se podía hacer magia... por lo que no la podía cerrar cuando él estaba dentro.

Logré verla un poquito abierta cuando recogí el regalo aquel día. Antes no lo había notado pues mi mirada permanecía en el suelo o seguía con cuidado sus movimientos.

Sin embargo, él siempre tenía en la mira mis movimientos y me tenía muy cerca de él, además no podía confiar en mi torpeza que siempre me traicionaba en los peores momentos.

Aún así, mi mejor opción era escapar cuando él estuviera dentro, sólo necesitaba salir al corredor para hacer una aparición.

Pero no estaba muy segura de cómo iba lograrlo, al menos aún tenía la ventaja de que él no sabía que yo sabía que usaba magia para cerrarla. Al menos, eso quiero creer, que aún me toma por tonta.

Esa noche, o al menos supongo que era de noche, decidí tomar un largo y relajante baño. Había agua caliente y algunos jabones, eso fue suficiente para ayudarme a sacar todo lo horrible de mis pensamientos.

Me puse el conjunto de ropa interior que estaba junto a la tina y me puse el diminuto vestido de seda, esta noche era color gris.

Al regresar a la habitación, me dejé caer en la cama y cerré los ojos. En unos pocos minutos caí profundamente dormida.

No hubo sueños esta vez.

Lentamente abrí los ojos, Nott estaba allí, dejaba suaves caricias sobre mis piernas mientras sus ojos viajaban por todo mi cuerpo.

Me cubrí con la cobija cuando estuve suficientemente despierta. Asustada de verlo de nuevo. Era realmente desagradable que siempre apareciera cuando estaba dormida.

—Siempre me han gustado tus piernas— subió un poco más a la cama— son perfectas.

—¿Qué me trajiste para desayunar hoy?

Mordió su labio inferior y se puso de pie dejando a la vista la mesita de noche, donde estaba el desayuno.

—Me alegro ver que ya duermes por tu voluntad en la cama y usas la ropa que te traigo. Es un avance para nuestra relación.

Me acerqué a la comida y tomé un bocado. Ignoraba la mayoría de sus palabras pero escogía muy cuidadosamente cuando debía contestar.

—Supongo que es mejor que me vaya acostumbrando— llevé la cobija hasta mi cuello.

—Que buena chica eres— su sonrisa hizo que mis intestinos se retorcieran. 

Seguí comiendo bajo su atenta mirada y cuando finalicé se acercó hasta estar casi sobre mi. Me miró directamente a los ojos y una mano recorrió con suavidad mi mejilla.

Besó mis labios y luego de un momento se puso de pie.

—Regresaré a la hora de la comida.

Asentí y él se marchó. En cuanto la puerta se cerró detrás de él, salté de la cama.

Busqué por la habitación algo con lo que pudiera defenderme pero estaba tan vacía que me era imposible encontrar algo.

Extrañaba tanto la magia en ese momento. Tendría que arreglarme con mis puños y la poca fuerza que tenía. No había ni siquiera zapatos o tubos, nada sólido.

Varias horas más tarde, cuado regresó, ya no usaba su elegante saco ni su corbata y las mangas de su camisa estaban arremangadas hasta los codos. Traía la charola de comida que rápidamente dejó sobre la mesita de noche.

Lo miré con precaución mientras se sentaba en la cama y me miraba como si estuviera a punto de comerme. Rápidamente me puse de pie y tomé el plato de comida, ¿podría arrojarselos a la cabeza? Era una idea tentadora, pero no le haría nada más que hacerlo enfadar.

Suspiró frustrado y me miró comer con gran impaciencia. Tardé más a propósito pero pronto se le acabó la paciencia y quitó el plato de mis manos para  acorralarme contra la pared.

Cerré los ojos con fuerza, debía ser fuerte si quería salir de allí con vida.

Nott sacó las delgas tiras del vestido de mis hombros y comenzó a dejar suaves besos por todas partes. Sentía tanto asco.

Uno de sus brazos rodeo mi cintura y la otra mano estaba en mi mejilla. Me besaba con fuerza, casi con enojo.

▪︎▪︎▪︎

Su mano estaba sobre mi cintura y con cuidado lo quité para ponerme de pie en completo silencio. Sus suaves respiraciones indicaban que se había quedado dormido.

Me vestí con rapidez, eran prendas ligeras así que era fácil deslizarlas por mi cuerpo.

Estaba tan nerviosa.

Caminé de puntillas, el suelo alfombrado ahogaba cualquier sonido. Estaba a sólo unos pasos, podía ver la abertura de la puerta.

—¿Ivette?— su voz me congeló.

Miré hacia atrás, estaba recargado sobre sus codos en la cama. Mi respiración se aceleró y en cuanto terminé con el contacto visual corrí a la puerta.

Nott me agarró del tobillo y me jaló hacia él, lo que me hizo caer.

—¿Cómo te atreves?— su cuerpo estuvo pronto sobre el mío y su puño estampó dolorosamente contra mi pómulo.

Dos, tres, cuatro golpes más.

Comencé a ver borroso y sabía que la sangre salía de algún lugar. Pero no me iba a dar por vencida. No aún. No sin pelear con todas mis fuerzas.

Le di algunos arañazos a su cara y cuando logré retroceder un poco, le di una fuerte patada en la nariz. Escuché cómo crugía al romperse.

Aún así, él volvió a tomarme del tobillo. Le di un un par de patadas más con toda la fuerza que pude reunir en ese momento.

Cuando me soltó, me puse de pie y volví a correr a la puerta.

Estuve tan cerca, la tonta puerta se abría hacia adentro y Nott fue más rápido qué sólo le bastó empujarla para evitar que la abriera.

Con increíble fuerza me tomó del cuello y comenzó a apretar, el aire comenzaba a faltar y la desesperación por no poder hacer nada llenó todo mi cuerpo. Era muy doloroso y cada vez hacía más presión.

Lo miré con tanto odio y solté golpes a todas partes. Una sola bofetada suya me aturdió de nuevo.

Sentía tanta furia y sin pensarlo más, le di una fuerte patada abajo. Soltó su agarre de mi cuello y tardé en recuperar el aire perdido.

Él se retorcía en el suelo, pero una sola patada allí no me fue suficiente. Dos, tres más y podía ver cómo se retorcía por tanto dolor.

Todo el cuerpo me dolía, iba a desmayarme en cualquier momento pero reuní las pocas fuerzas que me quedaban para salir y hacer una aparición.

En cuanto mis pulmones estuvieron en contacto con el aire fresco, me dejé caer y todo se volvió negro.





En cuanto mis pulmones estuvieron en contacto con el aire fresco, me dejé caer y todo se volvió negro

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A different way ⇝ George Weasley ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora