Capítulo 23

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El tiempo de luto había terminado, pero todos en el palacio manteníamos el luto a nuestra manera. Mientra me preparaba para recibir a mi bebé, una extraña carta de Yoon Ri Ta me había llegado, casi no la veía y ahora que soy la reina, la veía mucho menos.

Leí detenidamente el contenido de aquella carta.

“Querida Ma Ri, mi hermosa y gran amiga. Estoy pasando por un momento muy difícil ahora y necesito tu ayuda, estoy segura de que me ayudarás, puesto que siempre te has caracterizado por ayudar a los demás sin esperara nada a cambio. Debido a que mi situación es delicada no puedo darte detalles por carta, así que me gustaría que nos reuniéramos. Sé que estás próxima a dar a luz, pero te juro que si esto no sería de vida o muerte, jamás te pediría que salieras del Palacio. Mañana te estaré esperando en mi casa, ya sabes dónde es. Ven antes de la puesta del sol y por favor ven sola, no quiero que nadie se entere de que estoy pidiendo ayuda.

Tu gran amiga, Ri Ta.”

Sé que no la ha pasado muy bien debido a su matrimonio, los nobles la critican por haberse casado con un plebeyo, pero me sorprende que quiera que nos veamos a solas. Ella es bastante orgullosa, así que si me pidió ayuda, entonces debe de ser problema grande.

Cómo no tengo permitido salir del palacio, debo pedirle permiso al rey y espero que me lo permita.

Caminé hacia el palacio del rey, el Jefe Eunuco anunció mi llegada y el rey me dejó entrar.

—Mi reina, que la trae por aquí? No debería salir mucho de su residencia, el bebé puede nacer en cualquier momento —habló el rey sin levantar la vista de los documentos que tenía entre sus manos.

—Aún falta para el nacimiento de nuestro bebé. Su majestad, una de mis amigas está pasando por.....

—No, no puede salir del palacio —respondió con autoridad, sin quitar la vista de aquellos documentos. Parecía como si hubiera esperado lo que le iba pedir y ya tenía una respuesta.

—Pero.. Es mi amiga y debo ayudarla.

—Entonces envíale dinero o algo, pero no saldrás del palacio. Qué clase de amiga te pide que vallas a verla cuando estás por dar a luz?

—Yo no he mencionado que ella me haya pedido salir del palacio, cómo sabe eso? —mi cara era de asombro, pero la del rey era aún más, pude notar la palidez en su su rostro cuando levantó la vista de aquellos documentos, para verme fijamente.

—Yo creo que si lo ha mencionado. Tal vez no lo recuerda...

—A caso revisa mis cartas?

—Qué?... —esta vez su rostro palideció aún más —no.. Yo no... Estoy seguro de que mencionaste que ella te pidió que se vieran y no me atrevería a revisar sus casrats, mi reina.

—Cómo puede revisar mis cartas y mentirme en la cara. Ya ni siquiera tengo derecho a la privacidad? Ya ni siquiera tiene respeto por mi?

—No.. Ma Ri, déjame explicarte....

—Explicar qué?! Revisates mis cartas y me mentiste en la cara! Ya ni siquiera tienes respeto por mí o mi privacidad? Soy tu esposa y la madre de tu hijo. Yo he estado contigo desde hace años y he aguantado todas las cosas que me han hecho. Cualquiera en mi lugar a hubiese pedido la destitucion, pero yo estoy aquí contigo. Acepté a tus concubinas, lo hice por ti, porque en ese pequeño período de tiempo antes de la boda, yo me enamoré de ti, me enamoré perdidamente de ti. Y porque te amo es que aún estoy aquí, no merezco aunque sea un poco de respeto? Por todo lo que he pasado, yo creo que me merezco ese respeto. Y si tú, que eres mi esposo no me respetas, entonces nadie lo hará, nadie tomará en serio a su reina y tampoco a nuestro hijo —mis lágrimas cayeron sin permiso, mientras el rey me veía con una mirada de arrepentimiento y tristeza.

—Ma Ri, sé que se ve mal, pero lo hice por una buena razón. Créeme cuando te digo que no lo hice para lastimarte, fue por... Por que... —los nervios se apoderaron de él, ni siquiera sabía que decirme como excusa.

Mientras el rey estaba formulando su respuesta, sentí un fuerte dolor en el vientre, era diferente a los dolores anteriores. No tardé mucho en darme cuenta de que había roto la fuente y que el bebé estaba por nacer.

El rey también se dio cuanta de eso y rápidamente mandó alistar la sala de partos. Él me cargó y me llevó hacia la sala de partos, las damas de la corte que me asistirían durante el parto ya se encontraban allí.

Tan solo una hora después, la Consorte Hui Yeong llegó a la sala de partos, seguida por la consorte Soon Mi y por la consorte Ji Hye. Por azares del destino, las cuatro íbamos a dr a luz el mismo día. Mientras tanto el rey, la reina viuda y la gran reina madre, se encontraban esperando quién sería la que daría a luz primero a un príncipe.

Había entrado a la sala de partos antes del mediodía y ahora ya estaba anocheciendo.
El dolor que sentía en este mismo instante era inimaginable y por eso, ahora respeto más a mi madre.

Me sentía muy mal, estaba cansada y adolorida, llevaba horas tratando de dar a luz y el bebé no nacía. Ya no tenía fuerzas, ya no podía seguir, sentía que iba a morir, pero en el último momento puse toda la fuerza que me quedaba para que esta vez el bebé naciera y cuando estaba a punto de perder la conciencia escuché el llanto de un bebé, al fin había nacido.

Ahora que había escuchado el llanto de mi bebé me encontraba más despierta, quería verlo y comprobar que estuviera sano.

Con mucho cuidado, la dama de la corte me pasó a mí bebé recién nacido. Era un niño, un hermoso niño, se parecía mucho a su padre, pero había heredado mis ojos. Una repentina sensación de felicidad y orgullo me recorrió por completo.

La gran reina madre, la reina viuda y el rey habían entrado a ver al nuevo miembro de la familia. Justo cuando todos estábamos contemplando al pequeño príncipe, el llanto de otro bebé se escuchó, seguido por otro y otro llanto más.

Yo había dado a luz al príncipe Yi Sun.
La consorte Hui Yeong había dado a luz a la Princesa Myeongseon. La consorte Soon Mi había dado a luz a la Princesa Myeongan y la consorte Ji Hye había dado a luz a la Princesa Myeonghye.

El nacimiento de princesas no fueron buenas noticias para el primer ministro Kim, el ministro de de derecha Choi y la reina viuda, quiénes esperaban el nacimiento de príncipes por parte de las consorte Kim y Choi.

Mis padres estaban encantados con el nacimiento de un príncipe, de un heredero para asegurar la corona.

Con el nacimiento de mi primogénito, se me había olvidado el problema de Ri Ta, pero ahora ya no podía salir de palacio. Le escribí una carta contándole sobre mi situación y también le envié dinero, lo suficiente para que pueda vivir hasta que su situación económica se estabilice y espero que su problema sea de dinero o sino la ofenderé con el dinero que le enviaré. También envíe a Ah Ra para que vea cómo se encontraba Ri Ta, pero me dijo que no pudo verla.

Soy La Princesa HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora