Capítulo 27

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—Su majestad, la Reina Viuda Myeongseong está aquí —el jefe eunuco anunció mi llegada al rey.

—Déjala entrar —al escuchar la voz del rey, las damas de la corte abrieron las puertas y me dejaron ingresar.

—Qué la trae por aquí? —al entrar, el rey estaba sentado leyendo algunos documentos.

—Usted ya sabe a qué he venido. No quiero ser su consorte y no pienso serlo. Ningún rey antes a hecho que la reina viuda sea su consorte, eso es ridículo. La reina viuda es la madre del rey y justo por eso no puedo ser su consorte.

—No soy como los otros reyes, soy diferente y todos saben que no eres mi madre. Ahora eres viuda y si no te convierto en mi consorte, serás enviada a un templo y te cortarán el cabello. No quiero que te pase nada de eso.

—Si no quiere que sea enviada a un templo y que ya no me vuelva a ver, entonces déjeme aquí como la Reina viuda o envíeme al exilio y le prometo que vendré a visitarlo.

—No, ya he tomado mi decisión y no va a cambiar.

—Por qué se empeña tanto en que sea su consorte? —Yoon Sung se levantó de su asiento y caminó hacia mí, se acercó tanto y luego me tomó por los hombros.

—Porque te quiero, no es evidente lo que siento por ti? Pensé que ya te habrías dado cuenta —sorprendida por lo que dijo, me safé de su agarre y lo miré seria.

—No puedo corresponderle, amo a mi esposo y lo seguiré amando hasta que mi corazón deje de latir.

—Aprenderás a amarme, con el tiempo lo harás y te olvidarás de ese traidor.

—Mi esposo no es ningún traidor y no seré su consorte —él soltó un suspiro y volvió a su asiento.

—Lo serás, en cuento mi reina llegue y sea coronada, tú serás mi consorte. Ahora sal que estoy muy ocupado —el rey volvió a centrarse en aquellos papeles y simplemente me marché.

Y justo cuando pensé que las cosas no podrían haber empeorado, la esposa de Yoon Sung había llegado al palacio para ser coronada como reina. Pienso en ella como una aliada, estoy segura de que me querrá muy lejos del rey, así que estará dispuesta a ayudarme a salir de aquí.

La nueva reina había sido coronada, ahora solo quedaba mi nombramiento como la Consorte real. Fui llamada a ver a la reina para ser nombrada oficialmente como sonsorte.

Me sabía muy bien el camino hacia la residencia de la reina, pues yo antes residía allí y ahora alguien más lo estaba ocupando.

Al entrar no vi a nadie, observé cuidadosamente todo el lugar, nada había cambiado, todo estaba tal y como lo dejé.

—Veo que ya estás aquí —agaché la cabeza al escuchar la voz de una mujer. No quería que me viera como una amenaza, sino como alguien inferior, alguien a la que pueda expulsar del palacio con facilidad y así poder conseguir mi tan ansiada libertad.

—Sí, su alteza —permanecí con la cabeza baja. Ella se paró delante mío, tomó la carta real de nombramiento y se dispuso a leerla.

—Park Ma Ri del Clan Miryang Park, por orden de su majestad, usted es nombrada Consorte real Myeong Bin —la reina terminó de leer la carta de nombramiento y se la dio a la dama de la corte que allí se encontraba —felicidades.

—Muchas gracias, su alteza.... —su voz me resultó extrañamente familiar, pero no podía ser. Deseé con todas mis fuerzas estar equivocada, lo deseé tanto, pero cuando levanté la vista hacia ella, la ví. Era ella no había duda, mi mejor amiga Yoon Ri Ta se encontraba de pie frente a mí, vestida con el traje real de la reina.

—Hola, querida amiga —la frialdad y el despecho en su voz hizo que notara lo mucho que había cambiado.

—Ri Ta? C-cómo? P-porqué? —las lágrimas me invadieron rápidamente, ni siquiera pensé dos veces en abalanzarme para abrazarla, la había extrañado mucho.

—Cómo te atreves a abrazarme? —ella me empujó con brusquedad. La antigua Ri Ta jamás lo habría hecho, que le había pasado a mi amiga?

—Cómo se atreve usted a empujar a su alteza? No sabe qué ella es de un rango superior a usted? Es la reina viuda! —Seol Im saltó a mi defensa, pero solo se ganó una bofetada por parte de Ri Ta.

—Qué les quede muy claro a todos, aquí mando yo, porque soy la reina y no hay ninguna reina viuda en este palacio. La reina Myeongseong ya no está y en su lugar sólo queda una simple consorte.
Myeong Bin, voy a ser benevolente esta vez, pero la próxima ya no lo seré, así que enséñale a tu sirvienta a dirigirse correctamente a la reina y que se valla olvidando de que antes fuiste una reina, porque ya no lo eres y no lo serás —el odio en los ojos de mi amiga fue muy evidente, estaba muy herida por dentro. Ella tenía un temperamento más grande y fuerte que el mío, así que sabía muy bien que debía salir de ese lugar inmediatamente o de lo contrario me llevaría todo el odio que ella está guardando.

Le hice una reverencia a la nueva reina y con la cabeza en alto salí de aquella residencia.

Ahora entendía la razón por la que RI Ta no me quiso presentar a su esposo, porque era él, porque ella se había casado con Yoon Sung.

Mi nueva residencia era más pequeña que la anterior, pero era muy bonita. La había mandado arreglar cuando estaba embarazada, si hubiese dado a luz a una princesa, entonces esta sería su residencia.

Llevaba días intentando sobornar a los guardias que custodian a mi hijo en el exilio, para que dejaran ingresar a alguien de mi confianza, pero no accedieron. También dejé de insistir porque no quiero que el rey se enfade y se desquite con mi niño. Durante los últimos días me han llegado noticias de que mi niño está muy bien cuidado por unas buenas nodrizas, pero eso no es suficiente para tranquilizar a esta madre preocupada.

También me informaron que las princesas están siendo muy buen cuidadas, ahora que sus padres ya no están con ellas, debo hacerme cargo del bienestar de las hijas de mi difunto esposo.

No creo ser la primera viuda en ser nombrada consorte real, pero si sé que soy la única reina viuda que ha sido degradada a consorte real.

Debido a que hoy fue mi nombramiento como consorte real se supone que esta noche debo consumar la unión con el rey, pero dado que estoy embarazada no puedo hacer eso y tampoco sé cómo voy a hacer para ocultar este embarazo por mucho tiempo.

La noche se acercaba rápidamente y mis nervios crecían más y más con cada minuto que pasaba.

Las damas de la corte me informaron que el rey se dirigía hacia aquí, los nervios y el miedo me han invadido por completo. Debo buscar la forma para que en esta noche no ocurra nada entre nosotros, pero cómo? Cómo podré salir de esta situación?

Soy La Princesa HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora