Capítulo 28

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Las damas de la corte abrieron las puertas al rey, quién ingresó lentamente hacia la habitación.

Él se sacó su túnica real, esta rápidamente cayó al suelo y luego él se aproximó hacia mí.

-Qué estás haciendo? Por qué te quitaste...

-No es evidente? Sabes muy bien a qué he venido esta noche -él se acercó hacia mí y me tomó las manos.

-Espera, espera, espera....

-Ya esperé mucho.

-No, espera.... No puedo hacer esto.

-Ya no es la misma situación en la que nos encontrabamos antes, ahora soy el rey y tú eres mi consorte.

-Pero yo...

-Si el puesto de reina es lo que deseas, entonces lo tendrás, si quieres este palacio también lo tendrás, pídemelo y será tuyo, todo lo que deseas será tuyo.

-No quiero ser tu reina, no quiero este palacio, no quiero nada de esto.... Solo quiero a mi hijo y a las princesas también.

-Las hijas del anterior rey? Por qué? No son tus hijas.

-Pero ya no tienen a sus madres ni a su padre y alguien debe darles amor.

-Si tanto quieres tener una hija, entonces tengamos una, así ya no tendrás que cuidar a las hijas de otras mujeres.

-No, yo ya... Yo...

-Qué es lo que me quieres decir?

-La razón por la que no puede pasar nada entre nosotros... Es porque yo... Yo.... Estoy embarazada.

-Ma Ri, sé que estás nerviosa y que eso te lleva a decir mentiras, pero te prometo que...

-Es verdad, estoy embarazada, estoy esperando un bebé del anterior rey.

-Tienes idea de lo que me estás diciendo?!

-Sí, estoy embarazada de mi difunto esposo y eso no es nada malo.

-Estás embarazada de un traidor! Y dices que no es nada malo? -Yoon Sung se tomó fuertemente la cabeza con sus manos y luego miró hacia el techo -hasta en tu tumba te burlas de mí, no es cierto Hyeonjong? La dejaste embarazada para que no pueda tocarla, verdad? Pero sabes qué? Voy a criar a a tu hijo, sí, lo criaré como si fuera mi hijo y lo amaré más de lo que tú pudiste amarlo. Ese niño será mi hijo y todo el mundo lo creerá.

-Yoon Sung no, por favor déjame ir -me arrodillé ante él y supliqué para que él me dejara salir de este maldito lugar.

-No, ya te he dicho que no dejarás este maldito palacio. Jamás vas a dejar este palacio y nuestro hijo que está por nacer tampoco lo dejará.

-Por favor -imploré -te ruego que me dejes ir, por favor -lloré y lloré, pero él ni siquiera se conmovió, me tomó por los brazos y me levantó.

-No vuelvas a hacer eso, eres una reina, dónde está tu dignidad? No quiero que te vuelvas a poner de rodillas ante mí, ni ante nadie. Ahora, pasaré la noche aquí, pero no te voy a tocar, solo voy a dormir para aparentar que sí pasó algo entre nosotros y me iré apenas amanezca.

-Tengo curiosidad sobre un asunto -le pregunté.

-Dime y yo te responderé con sinceridad.

-El Primer Ministro dijo que te ayudó a tomar el trono, es cierto?

-Sí, lo conocí el día en que tu padre ordenó que me golpearan. Fue una gran paliza, me dolió por mucho tiempo.

-Perdón por eso, no era mi intención que salieras lastimado.

-Esta bien, ya pasó. El Primer Ministro me ayudó a salir de la pobreza y me entrenó para tomar el trono, pero sabía que era un plan de emergencia, sólo en caso de que su hija no diera a luz a un príncipe y como así fue, entonces me pasé preparándome para dar el golpe y derrocar al anterior rey.

-Por qué aceptaste su ayuda?

-Porque necesitaba llegar a ti, todo el mundo hablaba de lo grandiosa que eras como princesa heredera y sabía que tu habías nacido para eso, entonces quise ser yo quién estuviera a tu lado. No sabes lo destrozado que estuve cuando me enteré de tu embarazo, pero, yo también estaba casado y tenía un hijo.

-Aún no te perdono por lo que has hecho.

-Lo sé y lo merezco, destruí tu vida y a tu familia, no merezco tu amor. Pero, si el golpe salía mal, estaba dispuesto a morir por ti, sabía que si no salía bien, entonces encontraría mi muerte, pero era un riesgo que debía hacer para poder tenerte conmigo.

-No quiero mentirte, yo no te amo, yo amo a mi...

-Lo sé, pero no menciones su nombre. Cada vez que me dices eso me rompes el corazón, cada palabra de odio o mirada fría que me das destruye mi corazón por completo.

-Pienso que si necesitabas ayuda debiste habérmelo pedido, yo te hubiese ayudado con gusto y así no tendrías que haber aceptado la ayuda del Primer Ministro.

-Pero yo... Es decir, Ri Ta te envío una carta y..... La recibiste verdad?

-La carta? Sí, pero había dado a luz, así que no pude ir al encuentro con ella, pero le envié una carta contándole mi situación y un poco de dinero también.

-Solo eso?

-Sí, sólo eso. Por qué? Pasó algo que yo no sé?

-No creo que sea yo a quién debas de preguntar eso, porque no sé lo preguntas a RI Ta? Creo que ella puede darte más detalles.

-No entiendo lo que tratas de decirme.

-Es hora de dormir -él sonrió ligeramente, apagó la vela y luego se acostó a dormir.

Yoon Sung había cumplido lo que dijo, durmió lejos de mí y se fue en cuanto los primeros rayos de sol tocaron el palacio.

Tan sólo un par de días después el hijo de Yoon Sung y de Ri Ta había entrado al palacio, era un pequeño niño de tres años. El pequeño príncipe se parecía mucho a su padre, aunque tenía la misma sonrisa que Ri Ta tenía.

Luego, me enteré de que RI Ta estaba embarazada, tenía cuatro meses de embarazo, mientras que yo apenas iba a cumplir dos meses.

También me enteré de la llegada al palacio de la Princesa Gyeongnyeong y la Princesa Gyeongsun las únicas hermanas que le quedan a Yoon Sung, quiénes entrarán al palacio junto con su madre adoptiva.

Soy La Princesa HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora