Las damas de la corte abrieron las puertas al rey, quién ingresó lentamente hacia la habitación.
Él se sacó su túnica real, esta rápidamente cayó al suelo y luego él se aproximó hacia mí.
-Qué estás haciendo? Por qué te quitaste...
-No es evidente? Sabes muy bien a qué he venido esta noche -él se acercó hacia mí y me tomó las manos.
-Espera, espera, espera....
-Ya esperé mucho.
-No, espera.... No puedo hacer esto.
-Ya no es la misma situación en la que nos encontrabamos antes, ahora soy el rey y tú eres mi consorte.
-Pero yo...
-Si el puesto de reina es lo que deseas, entonces lo tendrás, si quieres este palacio también lo tendrás, pídemelo y será tuyo, todo lo que deseas será tuyo.
-No quiero ser tu reina, no quiero este palacio, no quiero nada de esto.... Solo quiero a mi hijo y a las princesas también.
-Las hijas del anterior rey? Por qué? No son tus hijas.
-Pero ya no tienen a sus madres ni a su padre y alguien debe darles amor.
-Si tanto quieres tener una hija, entonces tengamos una, así ya no tendrás que cuidar a las hijas de otras mujeres.
-No, yo ya... Yo...
-Qué es lo que me quieres decir?
-La razón por la que no puede pasar nada entre nosotros... Es porque yo... Yo.... Estoy embarazada.
-Ma Ri, sé que estás nerviosa y que eso te lleva a decir mentiras, pero te prometo que...
-Es verdad, estoy embarazada, estoy esperando un bebé del anterior rey.
-Tienes idea de lo que me estás diciendo?!
-Sí, estoy embarazada de mi difunto esposo y eso no es nada malo.
-Estás embarazada de un traidor! Y dices que no es nada malo? -Yoon Sung se tomó fuertemente la cabeza con sus manos y luego miró hacia el techo -hasta en tu tumba te burlas de mí, no es cierto Hyeonjong? La dejaste embarazada para que no pueda tocarla, verdad? Pero sabes qué? Voy a criar a a tu hijo, sí, lo criaré como si fuera mi hijo y lo amaré más de lo que tú pudiste amarlo. Ese niño será mi hijo y todo el mundo lo creerá.
-Yoon Sung no, por favor déjame ir -me arrodillé ante él y supliqué para que él me dejara salir de este maldito lugar.
-No, ya te he dicho que no dejarás este maldito palacio. Jamás vas a dejar este palacio y nuestro hijo que está por nacer tampoco lo dejará.
-Por favor -imploré -te ruego que me dejes ir, por favor -lloré y lloré, pero él ni siquiera se conmovió, me tomó por los brazos y me levantó.
-No vuelvas a hacer eso, eres una reina, dónde está tu dignidad? No quiero que te vuelvas a poner de rodillas ante mí, ni ante nadie. Ahora, pasaré la noche aquí, pero no te voy a tocar, solo voy a dormir para aparentar que sí pasó algo entre nosotros y me iré apenas amanezca.
-Tengo curiosidad sobre un asunto -le pregunté.
-Dime y yo te responderé con sinceridad.
-El Primer Ministro dijo que te ayudó a tomar el trono, es cierto?
-Sí, lo conocí el día en que tu padre ordenó que me golpearan. Fue una gran paliza, me dolió por mucho tiempo.
-Perdón por eso, no era mi intención que salieras lastimado.
-Esta bien, ya pasó. El Primer Ministro me ayudó a salir de la pobreza y me entrenó para tomar el trono, pero sabía que era un plan de emergencia, sólo en caso de que su hija no diera a luz a un príncipe y como así fue, entonces me pasé preparándome para dar el golpe y derrocar al anterior rey.
-Por qué aceptaste su ayuda?
-Porque necesitaba llegar a ti, todo el mundo hablaba de lo grandiosa que eras como princesa heredera y sabía que tu habías nacido para eso, entonces quise ser yo quién estuviera a tu lado. No sabes lo destrozado que estuve cuando me enteré de tu embarazo, pero, yo también estaba casado y tenía un hijo.
-Aún no te perdono por lo que has hecho.
-Lo sé y lo merezco, destruí tu vida y a tu familia, no merezco tu amor. Pero, si el golpe salía mal, estaba dispuesto a morir por ti, sabía que si no salía bien, entonces encontraría mi muerte, pero era un riesgo que debía hacer para poder tenerte conmigo.
-No quiero mentirte, yo no te amo, yo amo a mi...
-Lo sé, pero no menciones su nombre. Cada vez que me dices eso me rompes el corazón, cada palabra de odio o mirada fría que me das destruye mi corazón por completo.
-Pienso que si necesitabas ayuda debiste habérmelo pedido, yo te hubiese ayudado con gusto y así no tendrías que haber aceptado la ayuda del Primer Ministro.
-Pero yo... Es decir, Ri Ta te envío una carta y..... La recibiste verdad?
-La carta? Sí, pero había dado a luz, así que no pude ir al encuentro con ella, pero le envié una carta contándole mi situación y un poco de dinero también.
-Solo eso?
-Sí, sólo eso. Por qué? Pasó algo que yo no sé?
-No creo que sea yo a quién debas de preguntar eso, porque no sé lo preguntas a RI Ta? Creo que ella puede darte más detalles.
-No entiendo lo que tratas de decirme.
-Es hora de dormir -él sonrió ligeramente, apagó la vela y luego se acostó a dormir.
Yoon Sung había cumplido lo que dijo, durmió lejos de mí y se fue en cuanto los primeros rayos de sol tocaron el palacio.
Tan sólo un par de días después el hijo de Yoon Sung y de Ri Ta había entrado al palacio, era un pequeño niño de tres años. El pequeño príncipe se parecía mucho a su padre, aunque tenía la misma sonrisa que Ri Ta tenía.
Luego, me enteré de que RI Ta estaba embarazada, tenía cuatro meses de embarazo, mientras que yo apenas iba a cumplir dos meses.
También me enteré de la llegada al palacio de la Princesa Gyeongnyeong y la Princesa Gyeongsun las únicas hermanas que le quedan a Yoon Sung, quiénes entrarán al palacio junto con su madre adoptiva.
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Soy La Princesa Heredera
Ficción históricaCreo que todos hemos pensado, alguna vez, que nuestra vida sería muy fácil si fuéramos de la realeza, pero les puedo asegurar que no es para nada fácil y mucho menos cuando eres la princesa heredera de Joseon. Esta es la historia de como una simple...