Luego de la intensa plática con el rey, salí de su residencia atónita, no me había dado cuenta de la gravedad del problema en el que me podía meter si alguien descubría que mi hijo no es del actual rey.
Pero aún así no puedo perdonar a Yoon Sung, lo que hizo no tiene perdón, ellas eran solo niñas, no tenía que llegar tan lejos.
Cuando me disponía a ingresar a mi residencia, escuché el llanto de varias personas, que provenía desde adentro de mi residencia, debe ser Seol Im y algunas de las damas de la corte que conocieron a las princesas y lloraban sus muertes.
—Su alteza! Su alteza! —dijo Seol Im, abalanzándose hacia mis pies.
—Seol Im? Qué sucede? —pregunté a mi amiga, quién se aferraba a mi, mientras las demás damas de la corte se arrodillaron ante mi y no dejaban de llorar.
—Mi señora... —dijo Seol Im —no sé cómo darle esta desagradable noticia sin hacer que su corazón sufra más —dijo Seol Im llorando.
—De qué noticia hablas? Seol Im, qué está sucediendo? —le volví a preguntar, esta vez con tono más preocupado.
—La nodriza que enviamos para que cuidara al príncipe Yi Sun y a la princesa Myeongseon regresará en un par de días —respondió la dama de la reina quién acababa de llegar.
—Qué hace aquí, Dama Hong? —le pregunté a la recién llegada.
—Esto es para usted, mi señora —dijo, dándome una caja de madera muy bien envuelta.
Cuando la abrí, pude ver ropa blanca manchada con sangre.
—Qué es esto? —pregunté algo horrorizada por lo que acaba de ver.
—Se lo envía su alteza la reina, ella dijo que es un regalo para usted —respondió calmadamente ella. Seol Im al oír lo que dijo empezó a llorar más.
—Acaso la reina no tiene corazón?! Ella también es madre! Cómo pudo hacer esto?! Qué clase de mujer hace eso?! —le gritó Seol Im a la Suprema dama de la corte.
—Insolente! —le dijo la dama Hong y al mismo tiempo le daba una fuerte bofetada, que hizo que la pequeña Seol Im cayera al piso —Cómo te atreves a hablar así de la reina?! Mi señora, no puedo dejar pasar esta falta de respeto hacia la reina, ahora mismo informaré a su alteza y ella le dará el castigo apropiado a esta mujer insolente —me habló la dama Hong y luego se disponía a ir con la reina.
—Alto! —le ordené —Deténgase, Dama Hong.
—Mi señora, debo ir a informarle a la reina sobre la desagradable conducta de su dama de la corte —respondió ella y dio dos pasos hacia delante antes de ser interrumpida por mi.
—No escuchaste? Te dije que te de tuvieras —hablé con firmeza.
—Mi señora, no puede retenerme aquí, la reina... —y le di una fuerte bofetada, haciendo que se tambaleara.
—No irás a informarle nada a nadie, escuchaste? —dije. Aún no entendía la situación, pero si la reina quería jugar este juego, entonces yo también debería jugar.
—Mi señora —susurró ella con lágrimas cayendo por sus mejillas.
—Dama Hong, no crees que algunas personas son ingratas? Apenas se encuentran en una posición superior y ya se comportan como si el mundo les perteneciera —dije sonriendo.
—Mi señora, a qué se refiere? —preguntó ella.
—Recuerdas quien te ayudó a obtener la posición que ahora ostentas? —pregunté —de no ser por mi ayuda, ahora estarías lavando la ropa, pero te ofrecí la oportunidad de servir en las residencias. Te ayudé, ayudé a tu familia y te mantuve con vida, pero tu me abandonaste y ahora te comportas tan altanera conmigo y mis damas.
—Usted es solo una consorte, ya no es la reina, ni siquiera es la reina viuda. Es una reina que fue degradada a una baja posición —respondió ella con arrogancia —no tengo por qué servirle a una simple consorte como usted —y nuevamente estampé mi mano contra su mejilla.
—Una simple consorte dices? Soy la Reina Myeongseong y madre del príncipe heredero Yi Sun, cómo te atreves a hablarme así?! —antes le tenía aprecio a esta mujer, pero ahora ni siquiera deseo verla.
—Ya no eres la reina! Tu era ya pasó! Deberías rendirte! Jamás volverás al poder! La única forma de que lo hagas es que alguno de tus hijos subiera al trono o que tu esposo volviera a la vida, pero eso no va a pasar. Es tu fin, Ma Ri! —gritó ella, levantándose y tratando de marcharse.
—Seol Im, llama a los guardias inmediatamente —le ordené.
—Sí, alteza —ella hizo una reverencia antes de marcharse.
—Acaso piensas arrestarme? No puedes, la reina me protege y tú no eres rival para ella —respondió ella orgullosamente.
—Te equivocas, tu reina no es rival para mí. Es cierto que ya no poseo el título de reina, pero lo quieran o no soy la viuda de un rey y madre de un príncipe o tal vez dos príncipes. Y como debes saber, todos en el palacio saben quien soy yo, así que hacen lo que pido —cuando terminé de hablar, llegó Seol Im con los guardias.
—Nos llamó, su alteza? —habló uno de los guardias.
—Sí, llevense a esta mujer “insolente”, acaba de faltarme al respeto y me habló sin los honoríficos, merece ser castigada por eso —dije a los guardias.
—Sí, su alteza —los guardias sacaron a la dama Hong a rastras de mi residencia.
—Suéltenme! Acaso no saben quién soy? La reina me protege, soy la protegida de la reina, suéltenme!
Los guardias se la llevaron, dejándome con las damas de la corte.
—Su alteza, debería descansar, fue una noche bastante estresante para usted —dijo una de las damas de la corte.
—Sí, su alteza. No se preocupe por la Dama Hong, ella se lo buscó por altanera e ingrata, no debió hablarle así a usted —respondió Seol Im.
—Aprecio mucho sus palabras, pero sé que mañana empezarán los problemas, así que, tienen razón, es hora de dormir, ya que mañana tendremos un día agitado —dije con una sonrisa.
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×Dos capítulos seguidos 😉
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Soy La Princesa Heredera
Historical FictionCreo que todos hemos pensado, alguna vez, que nuestra vida sería muy fácil si fuéramos de la realeza, pero les puedo asegurar que no es para nada fácil y mucho menos cuando eres la princesa heredera de Joseon. Esta es la historia de como una simple...