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–Vamos a la cama— me ordena de manera autoritaria y acato su mandato. –quítate la ropa.

Arrastra un sillón frente a la cama y deposita su cuerpo en él mientras me observa sacar la prenda de mi cuerpo. Me observa tan intensamente que el instinto de tapar mi cuerpo me embarga pero sería una acción un tanto idiota dadas las anteriores circunstancias.

–recuéstate y cierra los ojos.

Lo hago, quedando completamente a la expectativa de qué hará después.

—no te muevas y no abras los ojos— exige al tenerme temblando frente a él.

Siento como algo de metal se cierra en mi muñeca derecha, detengo el impulso que me embarga de abrir los ojos y luego siento otro metal en cada una de mis demás extremidades, pone algo sobre mi ojos y luego siento su aliento caliente en mi sexo. Lame, chupa y despacio deposita un dedo dentro de mi, luego otro, bombeando con ellos para llevarme a alcanzar un orgasmo que no tarda en llegar. Siento su peso perderse de la cama y me pregunto que más vendrá cuando siento su miembro en mi boca y la abro para luego chuparlo, intento tomarlo con mis manos, olvidando aquellas frías cosas metálicas en ellas pero que estas me lo impiden, se baja más y adentra su miembro aún más en mi. Se mueve rápido, duro y fuerte, tanto que debo prenderme de aquellas cosas que me impiden sostenerme de él. No se corre en mi boca, se detiene antes de hacerlo y baja un poco sobre mi, abre mis labios vaginales y adentra su miembro en mi, penetrándome con a embestidas fuertes y placenteras al mismo tiempo que masajea mi clítoris, haciéndome ver temblar y apretar mi vagina aún más ante sus fuertes embestidas y hacerlo llegar al clímax tras el mío.

Sale de mi y quita las esposas de mis muñecas, la cosa esa de mi rostro, seguido baja de la cama y me ayuda a incorporarme.

–vamos —me ofrece su mano y me levanto, sintiendo mis piernas temblar.

Nos adentramos al baño y posterior a ello a la ducha, abriendo la regadera y sintiendo el agua tibia caer por mi cuerpo. Observo mis muñecas, las dos marcas rojas en la banquecina piel de ellas. Durante la ducha no pasa nada más, cosa que me pareció extraña ya que pensé que sucedería algo más aquí dentro, pero no me quejo, estoy sumamente cansada. En el baño el solo se limita a ver mis rojizas muñecas con rostro serio y le aseguro que no pasa nada, duelen ni molestan.

Alek sale primero de la ducha tomando un albornoz que se encuentra colgado de esta y me permito observar su cuerpo desnudo mientras se envuelve en el. Tiene hombros anchos y piernas fuertes. No es un hombre sumamente musculoso pero tiene lo suyo. Su cabello cae hacia atrás hasta casi llegar a su nuca, tiene un tatuaje de un gran árbol en su espalda y unas letras en otro idioma debajo de él. Se da la vuelta notando que lo estuve observando, pero él imita mis acciones, mira mis pechos, mi abdomen y más bajo todo de mi. Mi cabello cae hasta mi cintura, goteando y tapando un poco mis pechos, pegándose a mi piel. Le noto lamerse los labios y siento mi cara calentarse, si bien no soy una chica con complejos, aquello no evita que sienta vergüenza o un poco de timidez el que me observe de aquella forma. Así que paso de él tomando una de las toallas más cercanas a mi y cubro mi cuerpo con una de ellas,

Sale del cuarto de baño y yo me planto frente al espejo a cepillar mi cabello y poner algo de producto en él para que no se esponje como gato. Tiempo después escucho como la puerta se abre y posteriormente a ello, cerrarse. Sintiéndome sumamente extraña, salgo del cuarto de baño adentrándome a la habitación que se encuentra completamente sola y con simplemente un polo que me queda grande y mi ropa interior, me visto. Camino hacia uno de los estantes, no tengo sueño, así que destapo una de las botellas de vino que aquí se encuentran, tomo una copa, mi celular y salgo al balcón. Miro la hora, son más de la media noche, reviso mis mensajes y veo que mamá ha enviado una foto de Heil, le doy a abrir y me topo la cara de mi hermosa bebe toda embarrada de salsa de tomate al igual que sus manos y un poco de su pelo también. Sonrío y le respondo a mi madre sobre la foto y le deseo buenas noches, también respondo a Mike y algunos otros que veo por ahí. Pongo un poco de música y tomo del vino sentada en uno de los cómodos muebles del balcón. Me permito observar el cielo estrellado, los vehículos pasar y la playa un poco más allá con su oscuro horizonte.

Hacía mucho tiempo en el que estaba sin compañía, siempre odié la soledad pero irónicamente siempre la tuve. La llegada de Heil le dió luz a mi vida ya que nunca estuve tan acompañada hasta que supe que le llevaba dentro de mi. Me permito pensar en aquellos tiempos en los que no tenía a mi hija, en aquellos meses de embarazo y melancolía, todos aquellos meses solitarios de consultas, con la única esperanza de que estaría con mi hija. Aquellos meses en los que sentí que por lo único que valía la pena vivir era ver crecer al pequeño bebe que crecía en mi interior y daba paraditas feliz a la panza de su madre, solo pensaba en hacerla la niña más feliz del mundo y que por ella, haría todo lo que tuviera que hacer, porque por ella daría todo de mi.

Cuando menos lo espero dan las tres de la madrugada y me he acabado dos botellas de vino, veo nuevamente al frente, sintiendo el balcón bailar, así que decido dar por terminada la noche y acostarme, cuando escucho movimientos en la puerta e intento incorporarme, pero doy un traspié y caigo de bruces al suelo al tropezar con una de las botellas de vino. Como puedo, levanto un poco la cabeza para poder ver quién se ha adentrado al cuarto de hotel pero mi visión está hecha un estiércol y cierro los ojos una vez más. Unas fuertes manos me toman por los hombros e incorporan mi cuerpo que torpemente intenta mantenerse de pie, me pega a su costado y me guía a la cama.

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Me adelanté un poquito, jajajaja . Agradézcanselo a una buena amiga que me ha impulsado a actualizar antes. AnnaMartinez651

Espero que les guste.

Acxstelia

El amigo de un amigo (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora