XV

1.5K 44 1
                                    

Me quedo un rato largo en la piscina luego de un rato de comer. Alek se encuentra relajado en una tumbona a escasos metros de mi, se hace el que no me ve y yo me hago la de la mismas acerca de su presencia.

Varios chicos pasan por mi lado y me saludan de forma coqueta de vez en cuando y Alek solo mira de reojo. Me pregunto si aquello lo pondrá celoso, pero es algo imposible ya que yo no le debo importar a aquel hombre ni un cc de medida. Media hora más tarde veo cómo se acerca a mi.

—debes estar lista a las 4. Te pasaré a buscar a tu habitación.

Me dice y hace rumbo hacia alguna parte. Yo, por mi parte reviso la hora, asegurándome de tener tiempo suficiente para alistarme y subo al cuarto, aún faltan dos horas y media pero algo que detesto es que me esperen. Odio la tardanza, así que siempre me aseguro de organizarme antes de.

Me doy una ducha, cepillo mi cabello y me visto. Mi maleta ya está hecha por lo que sólo debo entrar lo que dejé fuera que iría a usar hoy. Entro mi cepillo de dientes, el bikini que hace rato usé lo meto dentro de una funda plástica y lo adentro a la maleta. Organizo un poco la habitación y seco un poco el baño con alguna toalla sucia ya que aquí no hay trapeadores. Aún me queda una hora para que Alek venga por mi, así que me pongo a jugar algún juego en mi celular.

Me entretengo tanto que sin darme cuenta ya ha pasado una hora y quince minutos y Alek no llega. Quince minutos más y tocan la puerta.

—Voy —informo a quien esté ahí fuera.

Abro y me topo con el rostro de un chico joven, más o menos mi edad, me informa que Alek me está esperando abajo y que me ayudara con las maletas. Me pregunta si tengo todo listo y le aseguro que si dándole las gracias. En el ascensor noto que el chico me posa su vista varias veces a través del espejo, pero lo ignoro.

En recepción me encuentro con Alek con cara de pocos amigos y me hago de la vista gorda. Ya no debo soportarle su jodida bipolaridad de mierda. No hasta que vuelva a prescindir de mi. Alek insiste en llevarme a mi departamento pero le agradezco, rechazándolo.

Le aseguro que tomaré un taxi hasta casa de mis padres pero este me lo impide, hace que suban mis maletas a algún coche y luego en encuentro de camino a casa de mi madre con Alek en el asiento del copiloto, el chofer,  y yo detrás. Me permito observar los árboles pasar junto con la carretera. Qué le diré a mi madre cuando me vea llegar con este sujeto.

Tiempo más tarde nos encontramos frente a la casa de mis padres, no es una casa grande o espectacular, es una simple casa de unas personas de clase media los cuales su único pasatiempo es cuidar de su pequeño jardín. Le agradezco a Alek y a su chofer de haberme traído (en contra de mi voluntad, pero me trajeron).

Yo me preparo mentalmente para el desastre de preguntas por parte de mis padres. Mientras toco el timbre y el carro espera a que me abran la puerta. Cuando abren Alek saluda con la mano a mi padre y mi hija, mi madre se encuentra dentro de la casa.

El rostro de mi hija al verme se ilumina y comienza a mover su cuerpo como gusano para salir de los brazos de mi padre, este la deposita en el suelo y sale corriendo y tropezándose hacia mi, yo la cargo entre mis brazos mientras la beso y abrazo.

—Mamiiiiiii—chilla esta abrazándome por el cuello.— Ma mami ma ma ma ma —sigue chillando y abrazándome. Es la mejor sensación que he sentido nunca.

—Pero princesaaaa—digo afinando mi voz. —¿cómo has estado sin mami?

—Neeeeen— dice Heil . Volteo hacia Alek con mi hija en brazos.

—Ella es mi hija Heilyn—le digo a Alek. —Heil dile hola Alek.

—holi ades—dice Heil mostrando una cara de pocos amigos

El amigo de un amigo (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora