Capítulo 25

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Helena

- ¿Es lo suficientemente lejos? - le pregunta Connor a Jackson, ambos fueron los encargados de escoltar a estos dos cuerpos que en unas horas serán uno.

Siento un poco de vergüenza, pero no lo demostraré y me mantendré lo más neutral posible.

- Sí, estamos cerca de la ciudad y lejos de nuestras tierras. No hay muchos licántropos fuera de nuestra zona y queda a una distancia aceptable, no deberían tener visitantes, pero de ocurrir lo contrario... Ignoren y sigan con lo suyo, terminaran por cansarse.

Nos recomienda mientras busca en el bolsillo de su chaqueta un control pequeño:- Oh... Sofía dijo que eso cerraría todas las entradas.

- Exacto, es sobre todo por seguridad.

- Bueno, creo que ya entendimos, no hace falta que sigamos hablando - dice mi pareja intentando terminar con esta charla.

- Sucios, seguro ya quieren empezar.

Miro mal a Connor.

- Vaya... que comes que adivinas - sonrío irónicamente.

- Ya, nos vamos, hay condones en el baño... Sin globo no hay fiesta, recuerden.

Santiago gruñe y saca a la fuerza a Jackson que por alguna razón estaba hablando mucho. Y él no es alguien que hable mucho que digamos... por otro lado, Connor aunque era mayor que yo, mantenía su carita de niño de diecisiete años.

Pero sabiendo su edad, poco a poco empezaría a envejecer y su rostro iría madurando.

Salgo de mis pensamientos al escuchar la puerta cerrar. Miro en su dirección y me sonríe, me enseña el control que momentos antes nos mostró y aprieta el botón rojo, la casa comienza a cerrarse, las ventanas quedan bloqueadas y la luna que brillaba intensamente, es bloqueada cuando las persianas de metal bajan hasta sellar por completo.

Mis vellos se ponen de punta y mis mejillas se calientan ante las cosas nada inocentes que recrea mi mente.

- Aún no es medianoche. - le digo mientras camino para atrás, nerviosa.

- No, pero ya siento calor y tenerte a ti es la única forma de calmarlo.

Claro, ahora me marcó y es entendible que sienta todo mucho más intenso.

- Ellos aún están cerca y se supone que no podemos hacer nada hasta que sea seguro... dudo que quieras detenerte en plena acción - miro para atrás de reojo y busco donde esconderme.

Soy una guerrera... incluso para resistir el deseo me entrenaron.

Pero nunca sentí el maldito deseo tan fuerte, ¿Esto era porque ahora poseía parte de los poderes de Celeste?

- Lo sé, pero... esto es más fuerte que yo.

Murmura con dificultad, se sostiene del sillón que encuentra a su izquierda y respira hondo.

- Debe ser porque ya se acerca la hora...  Voy a prepararme.

Digo cuando tengo el pomo de la puerta en mi mano. La abro y me meto dentro, cierro con llave antes de que pueda entrar.

- Helena, no necesitas prepararte, estás perfecta así. No te ocultes atrás de una frágil puerta de madera... puedo romperla muy fácilmente.

Claro, es un maldito hombre lobo.

Luna de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora