Helena
Sentir la arena tibia escurrirse entre los dedos de mis pies se sentía bien, el sol se estaba ocultando y la luz naranja rosada daba un aire mágico al ambiente.
El viento sopla moviendo la falda de mi vestido, observo mi enorme barriga, según mi médica podría nacer en cualquier momento y tal vez eso me hizo querer salir a pasear, aprovechar estos días porque luego ya no sería parte de mí, sino alguien individual.
Todos estos meses no fueron fáciles, aunque pasaran rápido por toda la ayuda constante que recibía de todas las personas que me rodeaban, pude superar cada etapa y seguir adelante.
Esperé demasiado por este momento y ahora solo puedo pensar en que extrañaré sentir a mi bebé dentro de mí. Aunque para ser mi primera vez, no lo hice nada mal, de igual modo habría sido lindo tener a alguien que me guiara en todo lo que requiere maternidad.
Celeste fue un buen apoyo, pero no se siente igual y aunque piense que solo faltan días para que mi madre vuelva a mi vida, ella es una adolescente.
- Mi reina - se pronuncia Moon apareciendo de la nada misma en frente mío. Yo me tomo mi tiempo para sentarme en la arena y disfrutar de la hermosa vista que me brinda el amanecer.
- Mi diosa, ¿ocurrió algo? - pregunté antes de alarmarme.
- Es por tu madre, ya es hora de que la conozcas, si es que te sientes preparada - ante sus palabras dejo de prestar atención a todo y me centro en eso.
- ¿Crees que es correcto?
- ¿Tienes miedo? No te puedes arrepentir ahora, mi reina - se agacha para estar a mi altura y yo miro la arena qué hay entre mis dedos.
- Estoy nerviosa eso es todo. Dame media hora para prepararme mentalmente - le pido, no dice nada y toma asiento a mi lado, coloca su brazo al rededor de mis hombros y yo disfruto del calor que me da.
Aunque ningún calor se puede comparar con el de mi Luna. Me estresa que no pueda estar conmigo en estos momentos, pero a la vez me gusta que sea responsable con sus tareas, se ganó el respeto y cariño de toda la manada por su trabajo duro.
- ¿Qué le dirás cuando la veas? - pregunta curioso.
- No sé, me tomará por loca si le digo la verdad. Quiero ganarme su confianza y para eso debo hacerme su amiga, no sé cómo hacer eso, ¿qué me aconsejas?
- La única forma natural es que te metas a su mundo, nadie sospechará, no has envejecido nada - me dice riendo.
- Infiltrarme en su instituto sería raro, físicamente no he cambiado pero mi mente no es la misma, además se volvería complicado. Necesito estar cerca de mi hijo y de mi Luna - le digo recalcando la importancia de lo último.
- El instituto de Ryder y Sofía admiten humanos.
- Todos me conocen como su Alpha. No sería muy natural que los alumnos me tengan más respeto a mí que a su profesor - le recuerdo.
- Yo me encargo de ese problema, sabes muy bien que puedo hacerlo, solo debes pedírmelo - me miro directamente y yo aún sigo indecisa de sí es una buena idea.
- Está bien, supongo que tendré que jugar a ser una adolescente por un rato, hablaré con Ryder sobre mi madre. Le inventaré alguna excusa, necesitaré sus datos, le daré una beca... Pero necesito tener una razón para darle una.
- Sus notas son impecables y es una muy buena animadora, la hubieras visto hacer piruetas en el aire -. No puedo evitar reír ante imaginarme eso.
- Dile a la humana que el momento llegó, encárgate de que todo salga bien, no quiero errores tan pronto.
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Luna de Hielo ©
LobisomemHelena no tiene la vida de un simple mortal, no es humana, nisiquiera es de una sola raza... Ella es la mezcla de dos. Heredó la velocidad de su madre y la fuerza sobrenatural de su padre, sin embargo, ella prefiere creer que solo es una mujer lobo...