Capítulo 17

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Helena

Estoy rota.

¿Y saben que es lo que duele...? El hecho de tener que fingir estar bien, cuando estoy destrozada, mi corazón dolía cada vez que me cabeza recordaba esa escena.

Duele no tenerla a mi lado.

Duele tanto.

- Papá... - lloró al verlo a través de un cristal, esta en su forma lobuna y totalmente descontrolado.

No debería estar aquí. Pero necesito a mi padre, necesito escucharle decir que todo estará bien, que mi mamá esta viva.

Me muerdo el labio y dejo que mis lagrimas salgan libremente. Caigo al suelo al sentir ese vacío en mi pecho, me arden los ojos de tanto llorar, pero necesito hacerlo aquí donde nadie me ve.

Me dejo... La extraño tanto.

Oculto mi cabeza entre mis piernas y las abrazo para pegarlas a mi pecho. La cabeza me duele y me siento tan agotada emocionalmente.

Luego de unos largos minutos llorando sin parar, me levante del suelo y mire a mi padre.

No esta viva.

Por más que intente creer que sí y que tuvo un plan, sé que no es verdad.

Mi madre esta muerta y debo aceptarlo.

Pero me cuesta tanto.

Si estuviera viva no dolería tanto y mi padre no estaría de ese modo. Estoy asustada porque sé como se comporta un Alpha al perder a su Luna.

La locura.

No quiero perder a mi padre. Es lo único que me queda y lo único que logra que este de pie.

Necesito encontrar a su nueva Luna.

Mi madre ya no esta y otra ocupara su lugar. ¿Cuántos años debo esperar para que esa otra Luna aparezca?

No seas idiota.

Él no la aceptará.

Ama mucho a mi madre como para aceptar a otra.

- Helena... - dejo de mirar a mi padre y miro en dirección de la puerta.

Santiago.

- Me duele como no tienes idea - digo y me derrumbo en sus brazos.

El acaricia mi espalda y yo solo lloró en su hombro.

- Vas a estar bien.

- No, ya no... Ella me hacía bien y ahora ya no esta. Mi padre no volverá a ser el mismo - intento respirar pero cada vez que lo hago una lágrima nueva sale:- Ya no me queda nada... Me estoy quedando sola. Quiero que deje de doler, ayúdame a quitarme este dolor, porque no lo aguanto.

- Lo haré.

Acaricia mi cabeza y al instante me duermo en sus brazos.

Gracias...

(...)

Abro los ojos ante escuchar gritos. Me duele el pecho y siento las lagrimas secas en mis mejillas. Me encontraba en la cama de Santiago, había algo de sangre en un vaso, su sangre.

Agarro el vaso y lo bebo despacio, el sabor era exquisito y me hizo sentir mejor por unos cortos minutos.

Me levante de la cama y salí de la habitación, camine hasta donde se escuchaban las voces y me detuve al ver un rostro desconocido.

Luna de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora