Helena
Escuchar sus suaves gemidos en mi oído y los míos sobre los suyos, despertaban ese lado salvaje que debía ocultar la mayoría del tiempo frente a todos.
Tire mi cabeza hacia atrás mientras sonrío levemente ante las embestidas que me da mi Luna. Me abrazo a su espalda:- Me encanta, sigue, sigue.
Le pido extasiada y cuando me obedece aumentando el ritmo me siento desfallecer. A cada embestida que me da, más cerca estoy de alcanzar mi adorado orgasmo y viene dispuesto a arrasar con todo.
Finalmente siento como me corro y mi cuerpo es recorrido por varias sensaciones deliciosas.
Poco después siento que él se viene dentro mío y seguidamente sale de mí para acostarse a mi lado. Ambos quedamos mirando el techo, donde él tiene un hechizo para que parezca que no hay nada que nos cubra, las estrellas brillan más que nunca esta noche.
- ¿Nuestro bebé está bien? - me pregunta de pronto alarmado volviendo a la realidad.
No me aguanto la risa y yo asiento:- Seguro está ofendido que recién te acuerdes.
- Hijo... o hija, no me culpes, llevaba dos meses en abstinencia y tu madre me provocó - murmura pegando sus labios casi a mi barriga ya algo hinchada.
- Mentiroso.
- Siempre me provocas, no miento - asegura y se levanta para colocarse su ropa de dormir, levanta su camiseta del suelo y me la muestra:- Era Gucci.
Observó el trozo de tela que alguna vez fue una camiseta.
- Ups, luego te compro otra, ahora ven y abrázame.
Le pido sin vergüenza alguna. Él niega y se va al baño, luego sale con unas toallas húmedas y se acerca a mí:- Primero vamos a limpiarte y luego te pones algo de ropa.
- Me gusta estar desnuda si es contigo.
- Deja de jugar con fuego, mocosa.
Me río y le miro con un cariño infinito como me limpia:- Listo, debes ir a orinar, no queremos infecciones - me recuerda mientras me ayuda a ponerme de pie.
Obedezco a lo que dice, últimamente se puso a leer mucho sobre el tema de la higiene a la hora de tener sexo y me agrada, es mucho más atento conmigo.
Si es que es posible eso.
- Me voy a bañar.
Le aviso antes de ingresar la ducha. Luego de estar unos minutos bajo el agua, me salgo y enredo una toalla en mi cabeza.
Al salir del baño veo que Santiago tiene una bandeja de plata con alitas de pollo y una jarra de limonada:- ¿Es mucho o poco?
- Huele genial, debiste pedir más - paso por su lado y le robó un beso. Abro uno de mis cajones para sacar mi pijama que es unos pantalones cortos y un top deportivo.
- Bien, iré a pedir que hagan más - sale de la habitación y yo aprovecho para cambiarme.
Mi teléfono suena y yo me apresuro a contestar, era mi padre.
- ¿Cómo está mi preciosa hija y nieta? - es lo primero que pregunta.
- Estamos bien, papá. Te extrañamos mucho, ¿cuándo vuelves? - le pregunté terminando de cambiarme, me acuesto en la cama y voy agarrando cada tanto una alita de pollo.
- Estoy algo ocupado aquí, la campaña para salvar a los animales de la zona se está complicando un poco, pero seguro en tres meses me tengas de vuelta.
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Luna de Hielo ©
Kurt AdamHelena no tiene la vida de un simple mortal, no es humana, nisiquiera es de una sola raza... Ella es la mezcla de dos. Heredó la velocidad de su madre y la fuerza sobrenatural de su padre, sin embargo, ella prefiere creer que solo es una mujer lobo...