Amor, Armadura Y Espíritu.

"Pura química de la buena"

Pasaron los días que faltaban para la víspera de Navidad. Los Santos habían ido al Santuario por un asunto pero no se iban a demorar. Lu estaba con Libeika en casa de Giovanna arreglándose el cabello. Les contaba que no se sentía lista para llevar la relación con el caballero a un plano sexual todavía y eso que cuando estaba cerca de él, sentía placer con tan sólo tocar sus dedos. Libeika pegó el grito al cielo.

Libeika: ¡¿Cómo no vas a estar lista para estar con semejante escultura griega?! Estás loca.

Lu: estuve con otro chico el día de mi cumpleaños, y no uno cualquiera, es el amor de mi vida.

Libeika: yo me olvidaba de eso si fuera tú. No vas a vivir con celibato toda tu vida, así que hoy es el día, bueno, la noche.

Sonriendo ampliamente.

Libeika: te pregunto: ¿Te sientes bien con él? ¿Te excita demasiado?

Giovanna: hasta con verlo.

Libeika puso los ojos en blanco.

Libeika: se sabe pero la pregunta no es para ti.

Lu: sí amigas, mucho. Hasta tocándome sólo un pelo.

Libeika: ¡Aaaah! Ya sé. Tienes miedo de que te guste más el sexo con él que con Kurama.

Lu se queda pensativa. Libeika como si hubiese descifrado un código.

Giovanna: cambia de expresión, pareces un psicópata.

La interpelada se rió.

Libeika: di en el clavo.

Lu reaccionó.

Lu: no voy a negar que es una posibilidad pero no es la razón principal.

Libeika: bueno amiga, hoy debes salir de dudas y mañana nos cuentas. Claro, si es que te puedes levantar. Con las ganas que te tiene no creo que puedas.

Giovanna y Libeika se ríen.

Lu: ustedes son terribles, mejor caer en las drogas.

Les lanzó una almohada.

Casi todo el día Lu se la pasó con su madre ayudándola con la comida para la cena de la iglesia. Por su parte, los chicos ayudaron a colocar las mesas y sillas en la carretera. La calle tuvo que ser cerrada para impedir el paso vehicular.

Este año decoraron la calle 45, había muchas luces y todo fue patrocinado por Koenma. Su niño interior (literalmente) estaba haciendo de las suyas. Estaba quedando todo perfecto. Luego fueron colocando la comida y todos los vecinos bien vestidos y arreglados, ayudaban con entusiasmo.

Cuando Lu pudo al fin salir habían colocado música, se respiraba un hermoso aroma de armonía. Aioria al verla quedó impactado.

Aioria: ¡Wao! Te ves hermosa.

Sus ojos se dilataron más que los de un gato en la noche. Llevaba puesta una bella blusa gris con negro que le llegaba al ombligo dejándolo ver y una minifalda negra no tan ceñida al cuerpo, sandalias grises y unos delicados accesorios. Llevaba puesto el anillo de Sagitario.

Lu: gracias.

La tomó de la mano y ella volvió a estremecerse.

Aioria: busquemos buenos asientos.

Se sentaron cerca de Giovanna y Libeika. Los otros chicos dispersos y Kurama del otro lado de la mesa a cinco personas a la derecha de ella. Él se veía hermoso, con una camisa de vestir roja ³/⁴. Alzó una copa para saludarla mientras ella le regalaba una tierna sonrisa.