Amor, Armadura Y Espíritu.

"Yo y mi bocota"

Lu Genkai se puso pensar y entre tantas cosas, le cruzó por la mente una idea oscura que iba cobrando cada vez más fuerza. Abrumada corrió buscando a Hiei con un escándalo por toda la residencia.

Lu: ¡Hiei! ¿Dónde estás?

Ryu la vio alterada y creyó que le pasaba algo.

Ryu: ¡Mi alma! ¿Qué te pasa? ¿Te asustó una Banshee acaso?

Lu: ojalá hubiese sido eso. Es una idea de la cual espero equivocarme. ¿Sabes dónde está Hiei?

Ryu: salió a comprar algo.

Enseguida llegó el susodicho. Lu Genkai lo tomó de la mano y lo arrastró con ella haciéndole soltar las bolsas que traía.

Hiei: ¡Pero niña! ¿Qué te pasa?

Ryu los vio desaparecer como el humo. La chica se lo llevó al pequeño patio de la residencia, allí no iban a ser interrumpidos o eso creía.

Hiei: ¡Ya suéltame!

Se la sacudió de encima.

Lu: lo siento, es que estoy alterada. No sé si es culpa de mi imaginación o es que estoy abrumada por todo lo que está pasando, pero quiero que me aclares la mente.

Hiei: Suéltalo.

Lu tomó aire como si se estuviera acabando el oxígeno. Empezó a hablar rápido.

Lu: que casualidad que Kurama se va al mundo del mal a buscar "el tiempo" y luego ocurre lo del Santuario. Todos se van incluido Aioria y él aprovecha para usar ese humo y…

El que se abrumó fue Hiei abriendo en grande los ojos por la barbaridad que ella estaba diciendo.

Hiei: para el trote. ¿Qué estás insinuando? ¿Crees que Kurama tuvo algo que ver con el intento de robo en el Santuario?

Lu se metió los dedos a la boca sin admitir nada. De verdad parecía que hubiera visto a una Banshee o algo peor.

Hiei: ¡Qué horror has dicho! Si Kurama te hubiera escuchado…

Lu se asustó.

Lu: no no no, ¡Qué idiota soy!...

Kurama: demasiado tarde.

Kurama había aparecido y ni siquiera Hiei se había dado cuenta. Lu quedó tan petrificada, como Hermione después de haber visto al Basilisco y sin poción de mandrágoras que la reanimara. Hiei se lavó las manos y se fue tan rápido, que no dejó ni un cabello. Por su parte, Kurama estaba impasible como siempre, con un toque de oscuridad en su expresión. Lu de inmediato bajó la mirada y comenzó a decir...

Lu: ódiame, aborréceme, tenme asco, desdén, recelo, inquina y todo lo que quieras pero de todas formas debo intentarlo, debo pedirte perdón…

Comenzó a llorar y a temblar, de por sí la situación no era sencilla como para terminar de embarrarla más. Allí empezó a hablar rápido.

Lu: … esto era lo que me faltaba para completar mi desgracia. Si ahora me estás odiando pues, yo también me odio, estoy sintiendo lo que te pedí que sintieras, lo siento por mí misma. Así que dale, dime lo que quieras, grítame si te hace sentir mejor que soy perversa por pensar eso…

Kurama: ¡Ya cállate Lu Genkai!

Lu dejó de respirar quedando a su vez muda por la impresión y por la rudeza de su tono de voz.

Kurama: ni siquiera te voy a decir la cuarta parte de lo que realmente pienso porque no vale la pena y no es el momento indicado; pero me alegra saber de verdad lo que crees de mí...