"¿Vas al cielo y vas llorando?"

64 22 25
                                    

En la mañana del 13 de diciembre Lu Genkai no quería levantarse, estaba despierta pero aún no abría los ojos. Eran las diez y se rehusaba a ponerse de pie, hasta que desde su vientre sintió un ardor; allí al fin se sentó en la cama apoyándose en el espaldar tocándose la zona que le ardía. Con la voz aún ronca exclamó a Aioros...

Lu: fuiste tú ¿verdad?

El vientre le palpitaba.

Lu: supongo que sí, si no te hubieses manifestado, hubiera estado toda la noche llorando.

Enseguida tocaron la puerta.

Lu: adelante.

Ésta se abrió y por ella apareció Koenma; sus manos en los bolsillos y viendo el piso. Lu de inmediato se volvió a acostar dándole a él la espalda.

Koenma: buenos días.

Lu: no sé qué le ves de buenos.

El chico suspiró.

Koenma: Feliz cumpleaños. Te traje un regalo.

Lu: si me vas a decir que tengo permitido estar con Kurama, sería el mejor.

Koenma: Lu...

Había algo que tenía que decirle pero no sabía cómo hacerlo.

Koenma: Kurama se ha ido.

Esperó de ella un grito, sin embargo, Lu no se movió pero se podía escuchar lo agitado de su respiración.

Koenma: ¿No vas a decirme nada?

Lu respiró profundo y se levantó. Mirándolo fijamente con cara de pocos amigos exclamó...

Lu: ¿No te parece que es una medida muy drástica? Si ya la estúpida regla nos separaba, no era necesario que se fuera. Esto es demasiado.

Koenma: Genkai, escucha, Kurama...

Carraspeó.

Lu: ¿Kurama qué?

Koenma tomó aire.

Koenma: Kurama decidió irse por sí mismo.

Lu abrió grande los ojos sorprendida.

Lu: ¿Qué? ¿No fuiste tú quien...?

Él negó con la cabeza.

Koenma: nadie le dijo que se fuera, él quiso irse. No sé cuando vendrá, eso lo decidirá él pero creo que por ahora es lo mejor.

Lu: confiésalo Koenma, es un alivio para tí que se haya ido, tú le tienes miedo a tu padre, no te atreves siquiera a exponer el caso.

Koenma: ¡Te lo he dicho Lu! Esa regla no es de ahora, tiene mucho tiempo establecida. Solo dale tiempo, tiempo para que se recupere.

Lu se rió sarcásticamente.

Lu: ¿Recuperarnos de qué? Esto no fue y no es una simple aventura, es mucho más que eso, no te imaginas lo grande y fuerte que es. Pero está bien, una regla ya establecida que no puede abolirse.

Se hizo más de un minuto de silencio, hasta que el chico lo rompió.

Koenma: ¿Recibirás el regalo? Es de parte del rey Enma.

Lu se encogió de hombros dando a entender que le importaba un reverendo cacahuate. Koenma sacó de su bolsillo una pequeña caja elegante, se la extendió a Lu para que la agarrase. Ella la abrió y vio un hermoso anillo con una piedra zafiro y otra encima de rubí.

Koenma: es una antigüedad que tiene más de 1500 años.

Lu se le quedó viendo al anillo, luego miró a Koenma y le dio las gracias sin ánimo, como si más bien le estuviera dándole el pésame.

Amor, Armadura Y Espíritu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora