"Rosa teñida en sangre II"

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Epílogo

El ocaso

Los días que pasaron después de esa noche estuvieron llenos de luz

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Los días que pasaron después de esa noche estuvieron llenos de luz. La oscuridad de mis pesadillas no opacaron la felicidad que había en nuestros corazones, simplemente desaparecieron por arte de magía, en sí, por obra y gracia del amor.

Cada vez estaba más segura y más sumergida en mi verdad, la verdad que me brindaba la vida al ver esos ojos esmeralda cada hermosa mañana, cuando se encontraban con los míos, tan simples y comunes, me sumergía en ellos sin querer desprenderme.

Si fuera por mí no dudara en contemplarlos por horas, pero sabía que era imposible, porque allá afuera había un mundo el cual debíamos enfrentar día tras día. Solo bajo el amparo de su corazón y el mío, latiendo a un mismo ritmo, y tomados de la mano, era más fácil continuar, sabiendo que nuestras almas estaban unidas desde que nos tomamos de las manos por primera vez, y que iba a seguir siendo así hasta que llegara el fin de nuestras vidas y un poco más allá.

El día del matrimonio civil llegó como las brisa de la mañana, me desperté a las siete am sabiendo que la boda se llevaría a cabo por la tarde. Me había despertado varias veces en la madrugada con un nudo en el estómago por los nervios.

Había llegado el día en el cual uniría mi vida para siempre con Shuichi, un sueño que se iba a materializar y la emoción no me cabía en el pecho.

Saori llegó a la habitación junto con Ana eufóricas por la algarabía que traía el esperado evento. Me llevaron el desayuno a la cama y yo me sentí súper atendida.

Saori: ¡Por fin ha llegado el día! Y no solo estoy feliz por este bello evento, sino porque ya mañana es el matrimonio eclesiástico. Tu vestido ya está listo, lo traerán en el transcurso de la mañana.

Ambas se lanzaron a abrazarme.

Ana: ¡Feliz día!

Lu: menos mal que la comida la puse en la mesa, sino la hubieran botado al piso.

Ana: no nos culpes, estamos felices.

Lu: lo sé, lo sé. Gracias por el desayuno. Por cierto, ¿Dónde está Kurama?

Ana: fue a buscar a su mamá para traerla.

Lu: cierto… (golpeé mi frente) es que estoy tan nerviosa chicas. Se me olvidó mi suegra, no se lo digan a él. Y que raro que mi hermana y Alicia no estén aquí.

Enseguida llegó Koenma.

Koenma: buen día novia. Tu familia está aquí, las chicas solamente.

Amor, Armadura Y Espíritu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora