"La depresión"

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Nadie quería decir nada por los momentos acerca de la razón por la cual Lu Genkai había caído en ese estado, no por ocultarle algo a Lina, sino por Aioria que estaba presente. Él sintió la incomodidad de todos y salió de la habitación sin decir una palabra. Lina notó la situación pero no hizo mención de nada. Volvió la mirada hacia Koenma y presionó...

Lina: la verdad de lo que pasó.

Koenma entendió que era su turno de explicarse. Carraspeó para aclararse la voz.

Koenma: ya sabes lo de Aioros...

Lina: no del todo, pero no me interesa ahora, ¿Qué detonó esta reacción?

Koenma: perfecto. Kurama y Lu Genkai se han enamorado; ha sido un amor fortísimo pero se vio empañado por una regla que les prohíbe estar juntos. Él es un monstruo aunque no lo parezca, y hay una regla que prohíbe una relación entre humanos y esa clase de seres. Él decidió irse, lo anunció delante de ella y eso la devastó, se descontroló; le dolió tanto que no lo pudo soportar.

Lina entrecerró los ojos analizando a Koenma.

Lina: ¿Por qué siento que tú te crees el culpable de esto?

Él miró a Lu Genkai y una lágrima se asomó en sus ojos.

Koenma: puede ser.

Ana: y Aioros la ayudó a soportar el dolor y la sumió en un sueño profundo, por eso tu hermana está así.

Lina: entiendo. Bueno, mi madre no puede saber eso, primero porque ustedes no van a echar el cuento dos veces; segundo, ella no va a entender. Y tercero, se va a preocupar. Haremos lo siguiente: le diré a mi mamá que ustedes se han llevado a Lu a un viaje, pero eso sí, algunos no deben ser vistos. Le diré que como el viaje fue de repente, no hubo tiempo de despedidas, ¿Están de acuerdo? ¿Les parece buena idea?

Koenma más aliviado.

Koenma: el plan está perfecto. Gracias Lina por entender, nos has quitado un peso de encima.

Lina: gracias a ustedes por cuidarla. Yo me tengo que ir pero vendré mañana. Les dejo mi número para que me llamen por cualquier novedad.

Koenma: así lo haremos...

Lina anotó su número en un papel, se los entregó y luego le dió un beso a su hermana en la frente.

Seiya: te acompaño afuera.

No solo Seiya la acompañó, también Ana, Yoh y Saori. Solo quedaron Hiei y Koenma, este último resopló aliviado.

Koenma: ¡Uf!

Relajó los hombros.

Hiei: estabas tenso.

Koenma: ya no.

Hiei: ¿Viste? No era complicado decirle a Lina la verdad, no fue tan difícil. Ahora tenemos otra aliada.

Koenma: es una buena noticia.

Los dos volvieron sus ojos hacia Lu y ambos se sentaron en su cama uno en cada lado. Ella seguía inmóvil con su mirada fija, solo podía parpadear.

Koenma: yo quiero mucho a esta niña, le he tomado gran cariño, aunque casi nuestra relación ha estado basada en gritos y discusiones. Sin embargo la quiero mucho.

Hiei: esas "discusiones" fueron por cosas de las cuales ninguno tuvo la culpa.

Koenma: puede que en mi caso sí. Tuviste razón al decir que soy un cobarde. Solo quisiera que se recuperara.

La tomó de la mano. En ese entonces vieron correr lágrimas de los ojos de Lu, eso conmovió a Koenma arrugándole el corazón.

Koenma: no llores Lu.

Amor, Armadura Y Espíritu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora