CUARTO ACTO - El Precio de la Paz [Libro Tercero]

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El silencio que embargaba todo ese lugar se hacía casi insoportable. Sus pasos ligeros sobre la madera provocaban que los tablones crujieran e hicieran eco por todas las habitaciones vacías. A pesar de estar bastante cansada, por la vigila y la búsqueda que habían realizado la noche anterior en el templo del Río Naka, se había dedicado a caminar sin rumbo fijo por los distintos rincones de la casona Uchiha, procurando melancólicamente los recuerdos de un tiempo más feliz.

Se detuvo de pronto en el umbral del cuarto que hacía casi una década atrás había compartido con Itachi. Parecía tan irreal estar ahí, reviviendo todo lo sucedido entre ellos. No se atrevió a abrir la puerta corrediza, creyendo que si entraba ahí, quizás no tuviese la fuerza para volver a salir. Fuese lo que fuese que habían dejado en ese cuarto, ya no existía. Era una persona diferente a la niña asustada que había ingresado en esa habitación por primera vez durante su noche de bodas.

Mientras tomaba el corredor externo de la casona contemplando el jardín, no pudo evitar pensar en lo fútil que estaba resultando ese viaje a Konoha. Por más que dieron vueltas en el Templo sagrado de los Uchiha, no encontró nada relevante con su byakugan. No había secretos enterrados debajo de las piedras o atrás de las paredes. Y aunque conocer ese lugar fue bastante interesante, no era algo que le diera indicio alguno sobre el motivo por el cual sus vidas habían sido destruidas drásticamente cuando Itachi decidió asesinar a todo su clan.

Se habían marchado desilusionados, intentando buscar alguna otra estrategia para hallar la información que los había llevado a Konoha. A decir verdad, Hinata creía que sería inútil. La única otra opción era infiltrarse en la mansión de los Sarutobi, en donde quizás quedaran cosas del Tercer Hokage, entre ellas, el pergamino que ella había firmado al momento de comprometerse con Itachi. Pero eso también era improbable. Un documento así debió permanecer archivado en algún cuarto olvidado de los edificios administrativos de la Aldea. Y... creer que tanto ella como Sasuke tenían la capacidad para burlar las defensas de Konoha, y específicamente ANBU, para luego entrar en las oficinas gubernamentales buscando el acuerdo matrimonial que había firmado, simplemente era una locura. Ambos sabían que tendrían que entrar en combate o matar a los vigilantes para poder infiltrarse. Ella lo habría hecho, pero no estaba segura de si conseguirían huir muy lejos si los distintos shinobis de Konoha los descubrían y empezaba una persecución. Incluso Itachi había tenido problemas de ese tipo la última vez que había ingresado a la Aldea.

Hinata comenzaba a pesar que esos documentos probablemente ni si quiera existiesen. Por ello, las opciones que les quedaban eran básicamente dos considerando que de los cinco presentes durante la ceremonia de compromiso, ella no recordaba lo que había firmado y tanto Fugaku Uchiha como el Tercer Hokage estaban muertos.

La primera opción era preguntarle directamente a su padre por qué había decidido casarla con Itachi Uchiha con sólo siete años de edad. Y la segunda opción era preguntárselo directamente a Itachi. En ese momento, ambas opciones parecían llegar a la misma conclusión: nadie le diría por qué el clan Uchiha había pedido su mano en matrimonio o la razón por la cual el Hokage se había mostrado interesado en un asunto privado entre dos clanes. Tampoco sabrían el motivo para que Itachi remplazara a Sasuke en ser su esposo, por qué Shisui había muerto antes que el resto de su clan, ni qué había conducido a esa espantosa noche de luna llena. No sabrían quién resultaba beneficiado de ese matrimonio si al parecer ninguno de los clanes ganaba nada al unir a dos niños en nupcias.

En cierto momento se detuvo en el jardín y puso su mano en el pecho, cerrando los ojos, intentando recordar cada uno de los detalles que llevaron a los terribles acontecimientos que acabaron con el Clan Uchiha. Se sentía frustrada consigo misma por no tener recuerdos que pareciesen relevantes para comprender el motivo para que Itachi hubiese tomado la decisión de asesinar a todo su clan, pero era sólo una niña cuando todo aquello se desarrollaba. El trauma de esa noche nublaba todos los recuerdos que tenía alrededor de esas fechas y le hacían preguntarse si todo aquello realmente había ocurrido o tan sólo estaba en sus memorias como una forma de mecanismo para poder aceptar la situación en la que se había encontrado con sólo siete años de edad.

El Precio de la Paz [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora