SEXTO ACTO

3.7K 455 214
                                    


Sexto Acto

LUNA LLENA

El plenilunio luna llena sucede cuando nuestro planeta se encuentra situado exactamente entre el Sol y la Luna.

La propuesta de su esposo de que visitara el complejo Hyūga fue inesperada, pero completamente dichosa. No estaba acostumbrada a tantas libertades dentro del clan Uchiha, y mucho menos cuando se trataba sobre qué podía o no hacer, por lo cual, que el mismo Itachi le planteara poder pasar la velada en el hogar de su familia la hizo muy feliz. Volver a su propio hogar y visitar a los suyos la llenó de un sentido de alegría inexplicable, uno que no pensó experimentaría luego de ser rechazada y humillada toda su vida bajo esos mismos techos.

Caminó por la entrada observando ese lugar que tantas veces había extrañado. Era su hogar después de todo. Por pobre que hubiese resultado el trato recibido al crecer, seguía añorándolo y deseando estar ahí junto a los suyos. Extrañaba a Hanabi, a Ko, a Neji —por cruel e indiferente que fuese con ella— y también, a su padre. Quería poder verlo y finalmente ser capaz de recibir lo que tantas veces deseó al crecer bajo su cuidado: tan sólo una mirada de satisfacción, un "bien hecho", un "me haces sentir orgullo". Lo había añorado con tantas fuerzas y al no recibirlo se había escondido dentro de sí misma, volviéndose una niña tímida y silenciosa, débil a los ojos del resto. No obstante, había cumplido con su labor; se había casado con el heredero de los Uchiha tal como se lo habían pedido. Ella, la niña a quien Hiashi Hyūga había considerado un error de la naturaleza, había conseguido cumplir con sus expectativas casándose con Itachi y sirviendo como su esposa de la mejor manera posible.

No pudo evitar sonreír cuando lo pensó de ese modo, esperando ansiosa que su padre le dijera que finalmente había hecho algo bien.

Los árboles alrededor de la calle seguían ahí y pronto las cerezas y las ciruelas estarían maduras para que los jóvenes del clan las cultivaran e hicieran jarabe para poner sobre los helados de hielo molido. Ya podía saborear el verano delante de ella, pues el complejo Hyūga era un lugar hermoso durante la época. Quizás Itachi le permitiese pasar algunos días junto a los suyos cuando llegaran las festividades para celebrar la estación.

No obstante, su sonrisa comenzó a decaer lentamente y un sentido de nostalgia la embargó de pronto al pararse debajo del arco de entrada, reviviendo todos esos momentos que habían sido tan cotidianos en su vida y que no se volverían a repetir. Tenía nuevas responsabilidades ahora, entre ellas, complacer en toda forma posible a su esposo. Era una meta que lograría alcanzar; tenía que ganarse el corazón de Itachi.

Con sus siete años de edad, lo único que entendía sobre el matrimonio es que una mujer debía hacer todo lo que su marido le dijese. En ningún momento había asociado el amor a esa unión de dos personas, y tal como se lo habían dicho toda su vida, los matrimonios entre personas de alta cuna se cumplían más que nada por un fin. Ese fin, por lo que entendía, era la perpetua amistad entre el clan Uchiha y el clan Hyūga. Eso se traducía en que estaba sobre sus hombros la paz entre los dos clanes más importantes de Konoha. Aquello la hacía experimentar un extraño sentido de importancia y dignidad.

No. No había asociado del todo que Itachi debía amarla o que ella debía amar a Itachi... y aún así, mientras caminaba hacia su hogar, se preguntó si aquello sería posible algún día.

El Precio de la Paz [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora