LIBRO TERCERO
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PRIMER ACTO
DECISIÓN
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De inmediato el instinto de correr se apoderó de ella y como si él lo adivinase una de sus manos se afianzó a su brazo, impidiendo que se alejara. Sus miradas se mantuvieran fijas en la del otro, olvidándose incluso de respirar, en un estudio detenido de sus rostros, gestos y cambios durante esos años.
Hinata reconoció que él había perdido por completo la inocencia de la infancia en sus ojos, aunque quizás ya hubiese sido así la última vez que sus caminos se habían cruzado. No podía estar del todo segura, pero lo evidente estaba frente a ella: no era un niño, de hecho, era casi un hombre.
Una cierta sensación de peligro la invadió. Su agarre era tosco, su piel áspera y sus facciones duras. Su aspecto tampoco mejoraba aquella percepción hosca que emanaba; su ropa estaba descuidada, su cabello despeinado, su rostro sucio y sus manos endurecidas. Era como si hubiese estado viviendo a la intemperie por bastante. Sin embargo, había un aire de pulcritud en él que se contradecía con su aspecto desaliñado. Como todos los Uchiha que ella había conocido durante su corta vida, emanaba un aire de distinción y elegancia inclusive con esa facha deteriorada.
De haberlo querido, Hinata podría haberse liberado de su agarre pero no quería lastimarlo ni empezar un combate. Le daba la impresión que se había vuelto alguien que no tomaba un no por respuesta y que desafiar su voluntad se traduciría en un insulto para su persona. Con los segundos que pasaban y la falta de palabras entre ellos, su corazón comenzó a acelerarse. No le gustaba lo que estaba pasando y su cabeza empezó a recrear posibles desenlaces a ese encuentro; ninguno era feliz o pacífico.
Más tenso se volvía su cuerpo con el pasar de los segundos sin que se moviesen o dejaran de observarse. La penetrante mirada de aquellos ojos oscuros la hacía sentirse intimidada, pero no empequeñecida. Ella era una Uchiha también, descendiente de uno de los más grandes clanes del mundo shinobi y una princesa por derecho propio. Seguramente un atisbo de orgullo herido se manifestó en su mirada, pues él rompió la quietud de esa silenciosa noche.
―No intentes algo estúpido ―dijo con una voz más grave de la que recordaba.
―No pretendía hacerlo ―respondió Hinata sin pestañar, intentando mantenerle aquella mirada sin encogerse.
―Lo veo en tus ojos ―sus párpados cayeron levemente―. Quieres correr.
―No es así.
Su piel estaba tan helada que le volvió a provocar escalofríos. O quizás lo que le provocaba esa sensación que quemaba su pecho era lo similar que lucía a Itachi. En ese rostro estaban presentes los mismos ojos, la misma nariz y la misma forma de sus pómulos. Su cabello era rebelde y caía en hebras gruesas por sus contornos, tan azabache como la noche. Había en él los mismos finos rasgos que ya tantas veces se había perdido observando en su esposo.
Sin embargo, a diferencia de los amorosos ojos de Itachi, en aquella mirada se escondía frialdad, indiferencia y odio. Sus gestos eran intensos, pero desinteresados, casi ausentes. Apático, inmutable e imperturbable, Sasuke tenía tanta presencia como su hermano.
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El Precio de la Paz [Naruto Fanfic]
FanfictionPor deber, para proteger la paz reinante y ganar un poco de tiempo para detener el eminente golpe de Estado que el clan Uchiha planea, Itachi acepta desposarse con Hinata Hyuga, la hija del líder del segundo clan más importante de Konoha. Ambos tend...