SEXTO ACTO [Libro Segundo]

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Sasuke

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Hay tres cosas que no pueden permanecer escondidas por mucho tiempo: El sol, la luna y la verdad.

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La lluvia continuó cayendo entre ambos. El agua se escurrió por el rostro de Sasuke entremezclándose con la sangre que brotaba de una profunda herida en su frente. Lucía agotado, adolorido y frustrado. A Hinata le costaba creer que delante de ella, ese joven más alto y de mirada profunda fuese el mismo niño con el que había vivido sus últimos meses en Konoha, con el que entrenaba e iba a la Academia. Se veía similar, pero ese brillo travieso había desaparecido de sus ojos y en su lugar encontró oscuridad, indiferencia y rencor. Su ropa estaba completamente arruinada y notó que uno de sus brazos se había roto gracias a su byakugan; hasta caminar le debía doler.

Intentó calmarse y recordó que él también estaba huyendo, que debía estar confundido, asustado y solo. Quizás ni si quiera la recordara. No podía acercarse de golpe y esperar un reencuentro afectuoso. Debía tener cuidado y esperar que no la volviese a atacar si lograba explicarle quién era y qué hacía ahí.

―No quiero pelear ni hacerte daño. E-estás herido. Déjame ayudarte ―le pidió nerviosa y con lentitud dando un paso hacia adelante―. Tengo vendas y alcohol para limpiar esas heridas ―llevó una mano al portaherramientas de Deidara para sacar el pequeño kit médico que llevaba ahí. Sasuke ni si quiera se movió―. Sasuke-kun, me hace muy feliz verte a salvo. Pensé que...

―¿Quién eres? ―la interrumpió con frialdad dando un paso adelante―. ¿Cómo sabes mi nombre?

―¿No me recuerdas?

―Eres una Hyūga, pero no de Konoha ―sus ojos negros hicieron lo mismo que hacían los de Itachi cuando inspeccionaba algo―. Nunca te vi en la Aldea. Habla.

―Claro que sí ―el rostro de Sasuke se mantuvo inalterable―. Soy Hinata ―el joven no mostró signos de reconocerla, ni si quiera de que ese nombre le sonara familiar―. Hyūga, Hinata. Bueno, en Konoha era Uchiha Hinata...

―Hinata murió ―lo dijo con tanta convicción que un escalofrío le recorrió la espalda―. ¿Por qué estás usando su nombre?

No entendía el motivo para que le dijera algo así si se encontraba frente a él, hablándole, mostrándole su emoción por verlo. Le mantuvo la mirada inquietamente, intentando comprenderlo, poniéndose en su lugar. Hasta ese momento, también había pensado que Sasuke había muerto la noche en que huyó de Konoha. No era de extrañarse que se mostrara desconfiado, incluso molesto de verla. Eran completos extraños ahora.

―Sasuke-kun...

De pronto, los ojos frente a ella se volvieron rojos y vio el mismo sharingan que Itachi mantenía activo cada vez que estaban en la intemperie. Las similitudes entre ambos le provocaba escalofríos y nerviosismo. No recordaba que Sasuke e Itachi fuesen tan parecidos. En su mente siempre habían sido lados opuestos de una moneda.

―No es genjutsu ―las cejas del pelinegro se fruncieron levemente mientras la examinaba intentando recordar su rostro, su voz, su mirada y gestos― ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres?

―Soy Hinata, Sasuke-kun ―no lucía convencido de eso―. Sé que es difícil entenderlo, incluso creerme debe parecer una locura. Ha pasado mucho tiempo y debo lucir distinta de lo que recuerdas, pero...

El Precio de la Paz [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora