TERCER ACTO

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TERCER ACTO

Cuarto Creciente

Ocurre cuando la luna se aleja a 90° del Sol. La mitad de la Luna está visible, indicando que estamos a mitad de camino de la plenitud.



Un día de trabajo duro se había terminado y nuevamente Itachi podía volver a casa. No se sentía particularmente emocionado por ello, pero le ilusionaba la idea de que todo estaba llegando a su fin, como si un telón pesado y polvoriento estuviese a punto de caer sobre esa obra de teatro de la cual él era parte. Tampoco era demasiado optimista al respecto, ni héroe ni villano, encontraría alivio sólo cuando el plan se concretara. Por ahora, lo único que le restaba era ser cauto y esperar lo mejor. Todo dependía de que tanto él como Shisui pudiesen soportar la presión de la cual eran objeto.

Habían sido pacientes, habían hecho sacrificios, habían confabulado, mentido, robado y matado... todo con el fin de prepararse para el día siguiente. Ahora que las cosas parecían acercarse a un desenlace, un peso sobre sus hombros se levantaba de a poco. Sentía que aún había esperanza para Konoha, para los Uchiha y para él.

Mientras caminaba de vuelta a casa, el terreno vacío frente a Uchiha Senbei lo hizo detenerse. Pasaba todos los días por ese lugar y sólo hasta entonces se daba cuenta de todo ese espacio sin utilizar. Tal vez podría construir su casa ahí. El terreno era perfecto para haberlo hecho y estaba lo suficientemente cerca de los árboles de la calle como para proporcionar una agradable sombra en verano y flores en la primavera.

Sonrió tenuemente imaginando eso. Por primera vez en meses veía un futuro optimista para sí mismo.

La mayoría de los chicos de trece años no se detenía a pensar ese tipo de cosas en medio de la calle, pero Itachi Uchiha era distinto a las personas de su edad. Se había graduado de la Academia a los ocho años dejando atrás al resto, listo para seguir escalando posiciones en un mundo ninja que había sido mermado en sus fuerzas debido a la tercera gran guerra. Konoha, que alguna vez había estado llena de héroes y leyendas, ahora contaba con pocos para defenderla y por lo mismo a nadie le llamó la atención que un joven de su edad se hiciera cargo de ANBU, sobre todo, considerando que él era un prodigio en un clan de elite.

Sin embargo, ese no era el motivo por el cual el joven había sido puesto en esa posición. No era sólo su gran talento o la falta de shonobis lo que había hecho que Hiruzen Sarutobi le pidiese que se uniera a su guardia personal. Si se tuviese que decir por qué Itachi Uchiha era el capitán de ANBU la razón se simplificaba a lo siguiente: pertenecía al clan Uchiha y el Hokage necesitaba alguien que le pudiese informar qué era lo que pasaba cuando aquella familia cerraba las puertas y se unían para discutir su posición en Konoha. Quizás era tan fuerte como todos los otros miembros de ANBU, pero si no hubiese sido un Uchiha, probablemente no habría detentado ese cargo a tan temprana edad, independiente de lo talentoso que era. Ningún hombre adulto habría abusado de la confianza de un chico de trece años si tuviese otra alternativa, pero tiempos desesperados llevan a tomar medidas desesperadas.

El orgullo de Fugaku Uchiha no lo dejaba ver la realidad tras el nombramiento de su hijo como capitán de ANBU y lo había empujado a aceptar el puesto creyendo que Itachi podría espiar para ellos los movimientos del Hokage, de ROOT y de los consejeros de Konoha.

No obstante, todo había resultado en lo contrario. El que estaba espiando para el Hokage, para ROOT y los consejeros de Konoha era Itachi. Con sólo trece años, había sido puesto en la peor posición en que se le puede poner a un shinobi, en donde debía constantemente preguntarse dónde estaba su lealtad, ¿con su familia o con su nación? ¿Debía priorizar sus lazos de sangre, o su labor como shinobi? ¿Era más importante su cariño hacia los suyos o su deber como ninja?

El Precio de la Paz [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora