Tres meses después.
Ya era hora de entrenar, (Nombre) y yo hicimos la rutina de siempre, Al terminar con todos mis deberes, fuimos llamados por el Maestro Zaratras.
— ¿Crees que nos den el día libre? — preguntó Diane entusiasmada.
— Tks, como si eso fuera a pasar. Seguro es otra misión, gigantona — contestó Ban, a lo que mi Ángel rió un poco.
— Te dije que con ellos no te aburrirías — Sonreí, mirándola devolverme el gesto.
— Sí, ya veo. Pero oye, contigo tampoco me aburría fácilmente — Coloqué mis manos en mi nuca.
— Soy muy divertido, nishishi — Me mostré muy presumido.
Y entre más plática, llegamos a la sala, y abrimos la puerta, quedándonos atónitos.
— ¡¿Ese es....?! — (Nombre) se cubrió la boca soltando una exclamación atónita, yo la abracé sin dejar de ver esa escena. Pero de repente oí a muchos guardias venir hacia aquí con la intención de atraparnos.
— ¡Es una trampa, todos sepárense! — Grité en lo que le dirigía una mirada de preocupación a mi ángel. Hasta que sentí en mi oído una voz que habló demasiado rápido para reconocerla.
— Lo siento (Nombre), Capitán... — Y sentí un fuerte golpe en mi cabeza.
(...)
— Meliodas... Meliodas por favor, respóndeme — Solté un quejido ante mi dolor de cabeza. Parpadeo varias veces, enfocando mi vista en mi Ángel.
— ¿Uh...? — Solté otro quejido en cuanto me abrazó sorpresivamente.
— ¡Gracias a Dios! Tonto, llevabas mucho tiempo inconsciente, estaba empezando a pensar en lo peor.
— Hey, calma. Sabes que no puedo morir — Intenté tranquilizarla.
— ¡Hay destinos peores que la muerte! ¡Quita esa tonta sonrisa de tu rostro! — Se quejó de una forma divertida.
— Lo siento, pero es difícil sabiendo que tengo tus pechos cerca de mi cara — Sus ojos observaron nuevamente la posición en la que estábamos. Ella encima de mi sosteniendo el cuello de mi camisa con sus pechos muy pegados a mi, mientras que yo estaba medio sentado con una sonrisa pícara.
— ¿Por qué te importa ese detalle ahora, pervertido? Estamos en una situación crítica. Mira donde te encuentras — Exclamó, pasando por alto nuestras cercanías.
Miré a nuestro alrededor, viendo sólo árboles y más árboles. Estábamos en un bosque sin que se pueda ver el reino de Lioness.
— Estamos en un bosque.
— Sin los demás.
— Ah, verdad. No los veo.
— ¡Sin comida, sin agua, sin nada!
— Cierto.
— ¿Cómo pasó esto?
— ¿Y yo que sé? — Me levanté como si nada sosteniéndola entre mis brazos.—. ¡Bien, seamos positivos! Solo hay que buscar comida y agua, luego un refugio donde quedarnos hasta saber donde estamos. ¿Si te lanzo por el aire podrás ver algo? — Ella suspiró pesadamente y luego asintió.
— Sí, tal vez. Intentemos — Conté hasta tres en voz alta y la lancé por el aire hasta que superó la altura de los árboles.
— Que buena vista — Susurro para mi mismo al tener la oportunidad de ver su trasero.
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Mi Ángel | Meliodas
Fanfiction"Ella siempre pensó en mi bien estar, ha estado preocupada por mi desde que nos conocimos. No soy digno de su cariño y protección, pero aún así me cuida como si fuera su propia vida, y eso me molesta... Quiero ser yo quien la proteja, quiero cuidarl...