La gente se ríe de que siga escribiendo mi vida a lápiz, pero me da igual. Yo sé lo que es escribir a boli y tener que tachar la historia, sé lo que duele y la marca que deja, y lo siento, esa en mi piel no entra. He encontrado por fin una goma
borra-nohistorias, he cambiado la Milan por Ron Negrita, cada cual se queda con la que mejor le borre la herida. Fui previsor y me ahorré la cicatriz que ni quise, ni quiero, ni querré tener, los juegos se juegan aun sabiendo que se pueden perder.