La del cuerpo de flores, la de las cinco estrellas, la que es capaz de sangrar dolor a través de una voz de sirena. La que aun no gustándole el chocolate endulza los momentos con tan solo mirarte. Esa niña que lucha por volar en un mundo en el que te miran mal con tan solo alzar el vuelo y atreverte a soñar. No hay tijeras que corten esas alas de acero, no es sangre lo que contienen, llevan la poesía por dentro y si mil naufragios han sobrevivido a eso, ya pueden venir tempestades, que ella, seguirá resistiendo. Calza más de un 36 y no sé ni su nombre, pero todavía recuerdo su olor a mezcla de ron y perfume, solo sé que su culito es cosita fina y que merece una condena y me han pedido que se la diga
