Cuando recordamos escuece,
la herida empieza a supurar,
los recuerdos salen a borbotones
que uno no puede parar.
Los recuerdos pueden doler,
pueden hacerte sangrar lágrimas
y pueden hacerte llorar.
Pero ¿que sería de nosotros sin recuerdos?
Sin esa sonrisa tímida
que nos recuerda que ella nos va a querer esté donde esté,
que ella va a seguir siendo nuestra flor de primavera incluso en invierno, va a cuidarnos desde dentro y va a vigilarnos desde arriba. Si miráis al cielo veréis un cielo triste,triste por los remordimientos de habernos quitado parte de nuestra luz, probablemente esté oscuro y frío, muy frío. Todavía no ha llegado a su destino final el calor de _________. En cuanto llegue, sabremos que ha ocupado un lugar privilegiado en nuestro interior.