Estamos saturados de canciones que hablen de Madrid, que si Lady Madrid, que si jugamos a ser mayores en esquinas protegidas de Madrid, que si damos tumbos por Madrid sin nada que decir o si vamos pa' Madrid sin remordimientos, bueno en fin, pongamos que hablo de Madrid.
Madrid Madrid Madrid y Madrid. Madrid no existe, no es ni ciudad, ni capital,
no es, no soy. En mi vida imaginé que en un avión llegasen a caber más de tres millones de personas. Nunca se me pasó por la cabeza que la Cibeles, la Gran Vía y el bar de la esquina cupieran en una maleta vacía pero ya no están, ya no estás, ya no estoy. Daños, años y aviones han volatilizado, secuestrado y hecho desaparecer tu ciudad, mi ciudad. Nuestra ciudad. Pero yo no me voy de donde quiera que esté, este ambiente refleja mi alma gris y en ruinas. Fuiste a Madrid lo que el Vesubio a Pompeya. Y aún así nadie te llama asesina. Yo te denominaría desastre natural. El caos es tu segundo nombre, lo siembras tanto como lo recoges, pero qué bien te sienta. Natural, porque es la cosa más normal de este universo, quién no se dejaría arrasar por esos ojos. No hay escala ni tiempo material que valore los daños que puedas causar, habrá que atreverse y probar. Los cobardes como yo nos escondemos tras las lápidas de las tumbas de los valientes, pero soy capaz de salir de mi escondite con tal de volver a verte.
