Hoy no hay verso de buenas noches, lo siento. Ya me he cansado, a partir de ahora que sea otro quien te baje la luna para que no duermas a oscuras y que sea otro quien la retire cuando estés contando estrellas. Ya que ahora es otro con el que pierdes el tiempo, con el que te ríes y al que le regalas tus hoyuelos, que tú los odias, pero los demás, nos derretimos por ellos.
No me busques con la excusa de que he cambiado y de que me notas raro porque me encuentras,
me encuentras y saco todo el dolor que tengo en el bazo que ni escribiendo consigo aliviarlo. De tanto pasar página he acabado el libro y ni siquiera tengo claro que te haya olvidado. Pero ahora mismo, acabo de cerrarlo con candado.