Abrir la boca para intentar parar tus balas con los dientes, siempre en vano, claro. Al final tus balas se resbalan por mi garganta y me dejo matar por tus besos, esperando que después del homicidio, me cures como solo tú sabes.
Se te van acabando las balas con las que dispararme, espero que tengas un plan C, ya que el Alcohol y los Besos se han agotado.
Vete pensando palabras con C, que se consuman en unos minutos y provoquen placer indirectamente y que después solo quede ceniza. Ceniza que no quede más remedio que recordar.