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"¿Por qué tenemos que ser solo los dos en los trabajos grupales?" el chico castaño se quejaba por séptima vez.

"Porque no tengo más amigos" el más bajo iba a hablar, pero fue interrumpido "Y no me interesa ser amigo de nadie más"

"Eres muy aburrido, Kiyoomi" decía mientras ponía sus codos sobre la mesa y apoyaba su cara entre sus manos.

"Y tú un intenso, Komori" dijo haciendo que su primo rodara los ojos.

"¿Estarás bien la semana que viene? el equipo de investigación tiene permiso para no asistir a clases por el proyecto de..."

"Sí, lo que sea, puedo estar bien una semana sin que me estés haciendo compañía. Vete a investigar cosas" decía el más alto encogiéndose de hombros sin darle importancia a la conversación.

"Puedo decir que no puedo ir y quedarme contigo"

"Que no, no soy un niño"

"Los grupos ya están decididos. Sakusa, Komori, ya les dije que su grupo debe tener mínimo tres estudiantes" decía la maestra mientras los demás estudiantes recogían sus materiales para poder irse a otra clase.

"¿Por qué siempre tiene que jodernos?" susurró Sakusa mientras comenzaba a recoger sus cosas.

"Porque son trabajos para varias personas, siempre tenemos que trabajar el doble porque no quieres integrarte" Komori volvía a quejarse y su primo suspiró. "Entiendo que sea difícil para ti, pero sabes que te han dicho que deberías salir un poco más a la realidad"

"Disculpe, ¿esta es la clase de historia?"

Un chico sudado, despeinado y con una bebida en su mano de un color de dudosa procedencia había entrado al salón de clases de golpe.

"Era, terminó hace un minuto" dijo la maestra y luego miró unos papeles que tenía en las manos.

Sakusa tenía una cara de asco ante la imagen del chico, pero el contrario no se había percatado de eso.

"La semana que viene estaré por fuera y no sé cómo vamos a adelantar el trabajo si solo estarás tú haciéndolo" otra vez Komori quejandose.

"Bien, entonces encárgate de buscar a alguien que se nos una" habló derrotado y su primo aplaudió emocionado.

"¿Qué tal él?" señaló al sudoroso chico que ahora se veía en problemas por haber llegado tarde a la clase.

"¿Qué? no, estamos a mitad de periodo y ni sé de dónde salió, además..."

"Hey, tú" gritó Komori y el chico volteó. "No tienes equipo, ¿cierto? puedes unirte al de nosotros"

Sakusa abrió los ojos exageradamente mientras miraba a su primo.

"¿Estás loco?" dijo sin importarle que el chico sudado lo escuchara.

"¿Qué? necesitamos a uno más" habló encogiéndose de hombros.

"Bien, da igual, estoy seguro de que no aceptará, ni siquiera nos conoce" dijo el pelinegro intentando calmarse.

"Acepto" el sudoroso chico sonreía de oreja a oreja y Sakusa levantó ambas cejas sin poder creerlo.

"¿Qué?"

"Muy bien, ahora serán los tres, espero el primer avance del trabajo el martes. Ahora salgan de aquí, tengo más clases que dar" decía la maestra sin interés alguno en seguir con la conversación.

Komori sonreía mientras salía del salón de clases dejando atrás a su primo que aún estaba sin creer que iba a ser compañero de trabajo del ser que parecía ser el más sucio del planeta.

"Hola, soy Miya Atsumu" la sonrisa de Atsumu hacía que Sakusa se sintiera aún más incómodo. Ya tenía que aguantar la insoportable energía que desprendía Komori, con este nuevo chico sería imposible para él controlar su ansiedad.

"Sakusa Kiyoomi" fue lo único que dijo antes de esquivar al más bajo y seguir caminando.

"Oye, oye, te he visto en algún lado" el más alto sentía las pisadas del contrario muy cerca de él.

"¿Sí? qué bien" respondió sin detener su caminata.

"Sí, ¿prácticas voleybol?"

"No" contestó rápidamente y se dirigía a su casillero.

"Sí prácticas, creo que ahí te ví el día que vine a traer el papeleo para el cambio de escuela. Yo también práctico y soy uno de los mejores colocadores" sonreía con superioridad.

"Bien por ti"

"¿En qué posición juegas?"

"¿Qué haces aquí?" preguntó Sakusa ya irritado al ver que el nuevo chico no se le despegaba.

"Es que mi casillero está junto al tuyo" dijo sintiéndose un poco apenado.

"Ah"

Ambos chicos comenzaron a sacar algunas cosas de cada casillero.

"¿No me vas a preguntar porqué entré a mitad de periodo escolar?" preguntó el más bajo muy cerca de Sakusa.

"No"

"Qué malo eres, Omi" el más alto seguía acomodando un par de cosas en su casillero ignorando el comentario del contrario. "Omi" dijo un poco más fuerte. "Omi suena lindo, ¡OMI!"

"¿Por qué estás gritando en mi oído?" preguntó Sakusa cerrando su casillero con más fuerza de la necesaria.

"Estoy hablándote y no me miras" Atsumu también cerró su casillero haciendo un puchero y Sakusa lo miró confundido.

"Estás diciendo Omi, ¿quién diablos es Omi?"

"Tú, Kiyoomi, Omi, es lo mismo" decía aparentemente muy orgulloso de su apodo.

"Qué porquería" admitió el más alto mientras comenzaba a caminar hacía su próxima clase.

"Anda, pregúntame porqué me cambié de escuela" insistía el rubio haciendo que la paciencia de Sakusa se agotara lentamente. El pelinegro podía jurar que si seguía escuchando a este chico por más de un minuto, la vena que tenía en su frente iba a explotar.

"¿Si te lo pregunto, te callas?" preguntó mientras miraba a Atsumu y este asintió energéticamente. "Bien, ¿por qué te cambiaste de escuela?"

"Es un secreto" dijo de manera juguetona mientras caminaba más rápido dejando atrás a Sakusa.

"¿Qué?" el más alto sintió el impulso de cometer un crimen de odio ante aquella escena tan infantil.

"No seas tan chismoso, Omi" se burlaba Atsumu mientras entraba al salón de clases que le tocaba.

"Dios mío, ¿con qué imbécil tan confianzudo me vine a topar?" susurró el más alto mientras negaba con la cabeza.

Serendipia [SakuAtsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora