Eran las 5 de la tarde y la madre de Atsumu le había pedido el favor de que la ayudara a preparar un pastel. No era ninguna fecha especial, pero ella amaba pasar tiempo con el rubio.
"¿Dónde está Samu?" preguntó el chico tomando un poco de crema para el pastel intentando llevársela a la boca, pero su madre lo detuvo.
"Deja de comerte las cosas" se quejó haciendo que su hijo hiciera un puchero. "Osamu tenía práctica de voleibol hoy" habló mientras tomaba la manga con la crema para comenzar a decorar el pastel.
"Está serenando, si se moja, se va a enfermar" dijo mirando por la ventana de su cocina.
"Ya está grande, sabrá qué hacer" Atsumu hizo una mueca dando a entender que su madre tenía razón. "De hecho..."
"¿Qué?" preguntó curioso.
"El pastel no solo es para nosotros" Atsumu la miró confundido. "Suna y Kita vendrán hoy"
"¿Por qué?" preguntó Atsumu sintiendo cómo la piel se le erizaba. No había peleado con sus ex compañeros, pero no eran las personas que, precisamente, deseaba tener en casa.
"Vamos, Atsumu, no seas tan duro con ellos, son tus..."
"Son mis amigos, pero no quiero estar con personas que me van a mirar con lastima toda la maldita noche" se estaba comenzando a alterar.
"No te miran con lastima, solo están preocupados por ti y por tu salud"
"Estoy bien, mamá, ellos dicen que estoy bien. Dijeron que en menos de medio año podía retomar mis actividades físicas, me uniré al Itachiyama y terminaré siendo un jugador de voleibol profesional como lo había planeado con Samu"
"Atsumu..." su madre apartó la mirada y sintió cómo sus ojos comenzaban a cristalizarse. "Cariño" susurró intentando evitar llorar. "Sé que estás bien, pero todos nos preocupamos"
"No necesito que..." el timbre sonó haciendo que Atsumu dejara de hablar. "Iré yo" dijo molesto saliendo de la cocina.
Intentó calmarse un poco antes de abrir la puerta, no quería que ellos lo vieran así. Si lo veían estresado o molesto, comenzarían con las estúpidas preguntas que tanto mareaban al rubio.
Suspiró por última vez y abrió la puerta.
"Hola" toda la calma que el rubio había reunido se desmoronó cuando vio a Sakusa parado frente a él con sus cabellos mojados y su ropa húmeda.
"O-omi, ¿por qué estás aquí?" preguntó casi temblando. "¿Cómo está tu hermano?" el más bajo abrió un poco más la puerta dándole una señal para que entrara a la casa y el contrario obedeció.
"Oh, hola" la madre de Atsumu se había acercado a la sala curiosa por saber quién había tocado el timbre. Pensó que eran los chicos, pero como no escuchó sus voces, supuso que sería alguien más... y así fue.
"Mamá, subiré con Sakusa a la habitación para que se seque un poco" dijo Atsumu tomando del brazo al más alto sin esperar respuesta alguna de su madre.
Sakusa no reprochó, solo dejó que el más bajo lo llevara casi arrastrando hasta su cuarto. Estando dentro, abrió unos gabinetes en busca de una toalla seca para que Sakusa pudiera secarse un poco el cabello.
"Ten, está limpia y..." no había terminado de extender su brazo hacia Sakusa con la toalla en la mano cuando sintió el cuerpo húmedo del contrario atrapandolo en un abrazo. "Oye, oye" Atsumu estaba bastante nervioso. "¿Qué pasó?"
"Perdón" susurró sin despegarse del más bajo el cual estaba realmente aterrado ante la acción de Sakusa.
"¿Po- por qué?" tragó saliva y sintió cómo el agarre de Sakusa se debilitaba.
"Kiyona me dijo que fui un poco duro contigo esta mañana" Atsumu recordó lo que había pasado.
"No, no" Sakusa se alejó de él. "No fue para tanto, de verdad"
"No recuerdo mucho, de hecho..." Sakusa miró al piso "Nunca recuerdo nada de lo que pasa cuando no estoy drogado con tantas pastillas" Atsumu sintió un bajón, odiaba que sintieran lástima por él, pero en este momento estaba sintiéndose bastante mal por Sakusa.
"Está bien" se acercó a Sakusa y comenzó a secar su cabello con la toalla que minutos atrás había buscado. "Está bien" repitió dedicándole una cálida sonrisa al más alto.
"Me gusta eso" dijo sin ninguna expresión en su rostro haciendo que Atsumu lo mirara confundido.
"¿Te gusta qué?" preguntó el rubio sin dejar de secar el cabello del contrario.
"Me gusta eso que siento cuando sonries"
Atsumu se quedó paralizado. Debía estar bromeando, Sakusa debía estar bromeando, pero para Atsumu, eran las palabras más bonitas que había escuchado a lo largo de su vida.
Y ahora... Sakusa no sentía frío por haberse mojado minutos atrás, Sakusa sentía alivio, paz y tranquilidad.
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Serendipia [SakuAtsu]
Fanfiction"Aprendí una nueva palabra mientras no estabas, Omi" "¿Sí? cuéntame cuál es" "Serendipia" Atsumu lo miró "Eres mi serendipia" "¿Por qué?" "Porque una serendipia es un descubrimiento accidentalmente valioso" Sakusa sonrió débilmente.