30.

1.6K 331 193
                                    

Era lunes por la tarde y, como siempre, Sakusa estaba junto a Atsumu hablándole sobre su día, pero se detuvo cuando vio una sonrisa bastante amplia por parte de Atsumu.

"¿Dije algo gracioso?" preguntó confundido.

"No, solo es lindo verte aquí" admitió encogiéndose de hombros.

Sakusa curvó una sonrisa y miró rápidamente hacia las clavículas de Atsumu que cada vez se notaban más. Atsumu había perdido mucho peso desde que lo internaron.

"¿Qué pasa?" preguntó el rubio viendo la cara sería del contrario.

"Nada" respondió desviando la mirada.

Atsumu sabía perfectamente que Sakusa estaba preocupado por su salud y que estaba notando su perdida de peso, pero no quería tocar el tema. De hecho, ninguno de los dos quería hablar de la obvia situación en la que estaban.

"¿Recuerdas qué pasó ayer?" preguntó el más alto y Atsumu lo miró con el ceño fruncido.

"¿Ayer? fue domingo, me la pasé dormido" Sakusa curvó una sonrisa recordando lo que había pasado el día anterior; Atsumu pidiéndole que lo besara y él casi babeando por hacerlo.

"Olvídalo" Sakusa estiró un poco su cuerpo sintiendo la mirada curiosa de Atsumu sobre él.

"Eres un misterio, Omi" dijo haciendo que Sakusa sonriera.

"¿Sabes algo?" Atsumu lo miraba esperando que continuara de hablar. "Mmm, olvídalo" Atsumu hizo puchero.

"Vamos, siempre que estás por decir cosas, prefieres callar" se quejaba haciendo que Sakusa riera.

"Son cosas tontas"

"Dimelas"

"Creo que estoy enamorado de ti" pensó en decir esas palabras, pero Sakusa nunca se había sentido enamorado, ni siquiera había sentido el amor distinto al de sus familiares. ¿Estaba enamorado o solo había creado cierto vínculo de afecto hacia Atsumu?

"Vamos, Omi" Atsumu extendió un poco su mano para que Sakusa la tomara y así fue.

"Solo me agrada pasar tiempo contigo" fue lo único que pudo decir. Sakusa estaba consciente de que estaba sintiendo cosas más intensas de lo que podía admitir, pero él no quería estar equivocado con respecto a sus sentimientos y arrastrar al rubio con eso.

"Agradar..." Atsumu se hizo el pensativo "Creo que amo que te agrade pasar tiempo conmigo" Sakusa frunció levemente el ceño. "Es realmente placentero saber que a alguien le agrada estar conmigo"

"¿De qué hablas?"

"Antes, cuando no te conocía, pensaba que estaba bien estando enfermo" Sakusa encarcó una ceja. "Soy bastante inseguro aunque no lo demuestre" sonrió con nerviosismo mientras miraba a cualquier lugar de la habitación, menos a los ojos de Sakusa. "Siempre estoy sintiendo que las personas a mi al rededor solo me ven como una pieza que pueden usar cuando la necesitan, pero... ¿amor?" miró a Sakusa. "Eso es algo que no he recibido nunca" el pelinegro tragó saliva.

"Pero Osamu te ama"

"Lo sé" Atsumu ladeó un poco la cabeza. "No le digas a Osamu, pero siento que él ha sido ese apoyo que no me dejaba caer en mis peores días" Sakusa sonrió.

"Eso es tierno" susurró haciendo que Atsumu asintiera lentamente.

"Me aterra irme y dejarlo" Sakusa bajó la mirada. "Yo realmente quiero seguir peleando todos los días con Osamu" la voz de Atsumu comenzaba a sonar más débil.

"No tienes que preocuparte, no vas a dejarlo solo, Atsu..." antes de que el pelinegro terminara de hablar, Atsumu comenzó a llorar.

"No tienes porqué seguir actuando de esa manera, no tienes razones para seguir ignorando lo que está pasando" Sakusa mordió su labio inferior nervioso.

"Estarás bien, Atsumu" el pelinegro parpadeó un par de veces intentando mantenerse tranquilo, pero estaba comenzando a sentirse muy ansioso.

"Solo estaba aferrandome a la vida por las personas que amo, ni siquiera estaba pensando en mí" miró a Sakusa "Ahora estoy pensando en mí y lo que quiero es estar junto a ti"

"Atsumu"

"Y ya sé que no puedes sentir una mierda por mí, ni siquiera estando bien de la cabeza podrías sentir algo por mí" Sakusa cerró sus ojos con fuerza. ¿Había tomado sus pastillas? parecía que no, estaba comenzando a sentirse mal, muy mal.

"Para de decir cosas así, por favor" susurró sin abrir sus ojos.

"Yo... yo no quiero que sigas viniendo a verme." susurró lo suficientemente alto para que el contrario lo escuchara.

"¿Qué?"

Atsumu se recostó en su camilla dándole la espalda al lugar donde el más alto estaba sentado.

"Cuando te veo, me siento bien, pero todo ese sentimiento de felicidad se opaca cuando recuerdo que no puedo tener nada de ti" dijo sin mirar a Sakusa.

Y por un momento, por un miserable momento, Sakusa sintió que quería decirle a Atsumu todas las cosas que estaban pasando dentro de su cabeza.

"Solo quiero que te vayas, Sakusa"

Sakusa, Atsumu lo había llamado Sakusa.

"Bien" y en ese instante, Atsumu cerró sus ojos con fuerza. Sabía que era él quien estaba pidiendo que el pelinegro se fuera, pero no quería que él aceptara.

"Bien" susurró esperando que saliera de la habitación, pero eso no pasó. Atsumu, al no sentir ningún ruido, se volteó. Sakusa estaba sentado en el mismo lugar de hace unos segundos. "¿No te vas?"

"No"

"Te estoy pidiendo que..." Sakusa se levantó.

"Me debes algo" dijo mientras se acercaba más a Atsumu.

"¿De qué hablas?"

Las manos de Sakusa se acomodaron en la nuca de Atsumu haciendo que este último se acerca más al rostro del pelinegro.

"Ayer dijiste que querías besarme" Atsumu estaba temblando.

"¿Y-yo dije eso?" miró a los labios del más alto. Estaban entre abiertos y se notaba una ligera capa de saliva sobre ellos.

"Lo dijiste" susurro acercándose un poco más a Atsumu. "Así que me debes un beso" Atsumu dejó de mirar los labios del pelinegro y levantó un poco su mirada para encontrarse con los ojos de Sakusa.

"¿Lo harás porque yo quiero?" Sakusa negó con la cabeza.

"Lo haré porque yo quiero" admitió cortando el poco espacio que quedaba entre sus labios y los de Atsumu.

Estrellitas, estrellitas era lo que Atsumu estaba viendo en ese momento. Estaba casi congelado, los labios de ambos estaban unidos en un torpe beso en el que ninguno de los dos sabía bien lo que hacía, pero lo estaban disfrutando. Sus dientes chocaron un par de veces y fue difícil seguirle el ritmo al otro, sin embargo, no había nada que hiciera que esos dos prestaran atención a lo que estaba pasando fuera de esa habitación.

Los labios de Atsumu sabían a medicina, no era uno de los sabores favoritos de Sakusa, pero solo de imaginar que eran los labios del rubio, todo mal sabor desaparecía.

Sakusa se alejó un poco sonriendo un poco y respirando con dificultad mientras desviaba la mirada nervioso.

"Nunca había besado antes, perdón por..." Atsumu no esperó un segundo más y volvió a unir sus labios con los del más alto.

El cuerpo de Atsumu dolía, dolía de principio a fin, dolía como la mierda, pero cuando los labios de Sakusa se unieron con los suyos, el rubio podría jurar que nunca se había sentido tan sano como en ese momento.

Serendipia [SakuAtsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora