28.

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Había pasado una semana desde que Atsumu comenzó a sentirse mal y tuvieron que llevarlo al hospital. Al principio dijeron que en unos dos o tres días iba a ser dado de alta, pero aún no se veía indicios de que los doctores quisieran hacer que el chico volviera a su hogar.

Sakusa había estado yendo todos los días después de clases y los fines de semana, solo los domingos no iba porque eran los días que tomaban para hacerle exámenes a Atsumu y se la pasaba muy cansado.

"Pero háblale" Sakusa estaba en uno de los muchos elevadores que había en ese hospital. Acababa de salir de clases e iba en camino a la habitación del rubio, pero alcanzó a escuchar a una de las dos chicas que también estaban en el elevador.

"No, creo que tiene novio" susurró la otra.

El pelinegro estaba dándole la espalda a las chicas, pero se estaba notando cómo ambas lo miraban por medio del reflejo de ellas en la puerta del elevador.

"¿Novio?"

"Siempre va a visitar a un flaco que está en la zona de cancerosos" el tono de voz de la chica se escuchaba bastante burlón.

Eran enfermeras, eran enfermeras, pero se estaban burlando del estado de un paciente de aquel hospital. Qué falta de humanidad.

"No creo que sea gay y si lo es, ya su novio se va a morir, tienes chance" ambas chicas comenzaron a reír, pero el momento chistoso se desvaneció cuando sintieron la mirada del pelinegro sobre ellas.

"Es mi novio y lamento decirles que, ni porque él se muriera, yo me fijaría en personas tan mierdas de ustedes"

Las chicas estaban asustadas, Sakusa no tenía la intención de agredirlas o algo parecido, pero ellas ahora no podían dejar de temblar.

Para la suerte de los tres, el elevador paró justo en el piso al que Sakusa iba. El pelinegro comenzó a caminar en dirección a la habitación de Atsumu acomodando un poco su tapabocas, pero antes de llegar, notó al chico de cabello bicolor saliendo de la habitación.

"Uh, hola" saludó Kita.

"Hola" dijo Sakusa más cerca de la entrada de la habitación. Ambos chicos se quedaron parados sin decir absolutamente nada.

"Bueno, me voy" fue lo último que dijo el más bajo antes de comenzar a alejarse.

Sakusa rodó los ojos, estaba irritado.

"Omi" escuchó a Atsumu. El pelinegro entró a la habitación y lo primero que recibió fue la gigantesca sonrisa de Atsumu "Escuché tu voz" Sakusa se bajó el tapabocas y curvó una sonrisa.

"¿Cómo estás hoy, Tsumu?" preguntó mientras se sentaba en una silla junto a Atsumu.

"Muy bien, me siento como nuevo" energético, Atsumu estaba como siempre.

"Unas chicas dijeron unas cosas horribles cuando venía hacia acá" Atsumu lo miró frunciendo el ceño.

"¿Eh?"

"Sí, una de ellas quería hablarme y la otra le dijo que yo era gay" Atsumu enarcó una ceja.

"¿Y esas son las cosas horribles que dijeron?" Sakusa lo miró, no quería decir lo demás porque sabía que Atsumu se iba a sentir mal.

"Sí, lo dijeron en tono de burla" Atsumu ladeó un poco la cabeza.

"Hay muchas personas que se quedaron en la prehistoria y siguen pensando que el amor solo puede darse entre hombres y mujeres" Atsumu se encogió de hombros.

"Supongo"

"Igual, no eres gay, se los dijiste, ¿no?"

"No, les dije que eres mi novio" Atsumu comenzó a toser haciendo que Sakusa lo mirara confundido. "¿Estás bien? ¿llamo a alguna enfermera o...?"

"No, no, estoy bien" interrumpió Atsumu para después aclarar la garganta. "¿Por qué dijiste eso?"

"Porque sí" Sakusa se encogió de hombros. "No estoy interesado en mujeres" Atsumu encarcó una ceja. "Digo, no es como si en hombre sí, y-yo, ya entendiste" dijo rápidamente tratando de acomodar la situación. 

Atsumu miró hacia otro lado, sabía que en este momento estaba rojo hasta en las orejas, pero Sakusa no lo notaba, Sakusa no notaba cuán enamorado estaba Atsumu de él, o... quizás sí, pero no era algo que le interesara.

"Uh, cierto" habló Sakusa haciendo que Atsumu dirigiera su mirada hacia donde estaba el contrario. "Traje los apuntes de las clases de hoy"

Atsumu sonrió con ternura. Sabía que no podía tener a Sakusa de la manera que quería, pero no podía parar de ilusionarse con las pequeñas cosas que el pelinegro hacía. El chico iba todos los días al hospital aunque lo odiara, se encargaba de traerle libros para que Atsumu no se aburriera o se los leía si el contrario estaba cansado y también tomaba apuntes extras para que Atsumu no se atrasara en la escuela.

"Eres un angelito" susurró Atsumu haciendo que Sakusa lo mirara. "Oh, dios mío, dije eso en voz alta" dijo casi gritando.

"Lo hiciste" Sakusa estaba sonriendo.

"Está bien, supongo que es lo que pienso" habló derrotado.

"Ojalá yo pudiera decirte las cosas que pienso"

"¿Qué?" Sakusa se dió cuenta de lo que acababa de decir y comenzó a buscar cosas en su bolso.

"Mira, este es un libro nuevo" dijo cambiando el tema. Atsumu curvó una sonrisa y decidió no preguntarle nada mas sobre lo que acaba de decir.

"¿Por qué me traes libros filosóficos?" preguntó Atsumu mientras hacía un puchero. "Son los más complejos"

"Es mejor, así avanzas con tu comprensión lectora" Atsumu sonrió.

"Ven aquí, Omi" Sakusa lo miró.

"¿Otra vez quieres que me acueste contigo? esa camilla es incómoda"

"Omi, me gusta dormir contigo" se quejó el más bajo haciendo que Sakusa rodara los ojos.

"Bien, pero no babees mi camiseta cuando duermas" habló resignado mientras se sentaba en el lugar que Atsumu había dejado para él.

"Te quiero mucho, Omi" dijo Atsumu de la nada.

Sakusa quiso mirarlo, pero el contrario ya lo había obligado a acostarse y tenía su cabeza sobre el pecho del pelinegro evitando todo tipo de contacto visual.

"No espero respuesta a eso, solo quiero que siempre recuerdes que, en vida y en dónde quiera que esté, mis sentimientos hacia ti no van a cambiar"

Era algo lindo lo que acababa de decir, pero Sakusa no lo veía así, para él no era nada lindo, para él era como una despedida. Y es que Atsumu se estaba despidiendo de él poco a poco, quizás así, las cosas serían mejor.

Serendipia [SakuAtsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora