5.

1.9K 348 102
                                    

Llegó el lunes y Sakusa ignoró por completo a Atsumu y a Komori, no sabía porqué, pero estos dos pasaban para arriba y para abajo riendo como nunca.

"Omi" gritó Atsumu desde el otro lado del campus. Sakusa estaba sentado debajo de un árbol leyendo un libro, tenía una media hora libre antes de entrar a clases y quiso pasarlo tranquilo, pero, al parecer, no se podría.

Atsumu corrió hacia donde estaba el más alto y cuando llegó se tiró al lado.

"Joder, qué agotador es correr" decía mientras intentaba estabilizar su respiración.

"¿No juegas voleibol? tremenda resistencia asquerosa tienes" dijo Sakusa sin despegar la mirada de su libro.

"Ya te dije que tengo meses sin jugar" se quejó el rubio y Sakusa solo pasó la página del libro para disponerse a leer la que viene.  "Busqué un poco sobre eso que tienes"

"¿Sí? no me interesa." habló sin mirar a Atsumu y este último le quitó el libro de las manos. "¿Qué crees que haces?" preguntó molesto intentando recuperar el libro.

"No es algo que pueda matarte, Omi" decía feliz y el contrario lo miró confundido.

"No, no es algo que pueda matarme, ¿por qué pareces feliz de que esté enfermo mentalmente?"

"Porque realmente no parece que tuvieses algo como eso y... puedes vivir hasta que ya no te queden fuerzas"

"Deberías dejar de hablar como si supieras lo horrible que es vivir a base de medicinas"

"Mi punto es..." Atsumu no escuchaba a Sakusa. "Que puedes hacer todas las cosas que otras personas pueden"

"¿Y? sigo enfermo."

"Deja de verle lo negativo a tu enfermedad" habló haciendo puchero. "Me acosté muy tarde investigando y dice que no todas las personas presentan los mismo síntomas. ¿Cuáles presentas tú?" preguntó curioso y Sakusa lo miró haciendo una mueca.

"¿Por qué crees que querría hablar de mis problemas mentales contigo? solo te lo comenté porque es algo que no puedo ignorar" Atsumu suspiró.

"Así que piensas que es importante decirle a otros que estás enfermo..."

"Lo es" Atsumu le entregó el libro a Sakusa.

"¿No piensas que te tendrán lastima o que su trato hacia ti cambiaría?" Sakusa iba a leer nuevamente, pero la voz de Atsumu se escuchaba menos hiperactiva que de costumbre.

"Sí, pero prefiero que sepan con quién tratan" dijo ladeando la cabeza. "De igual forma, me sirve para saber quién me quiere y quien no"

"¿Si yo estuviese enfermo, me alejarías?" preguntó sonando de la manera más triste posible. Sakusa sabía que, aunque no lo conociera ni un poco, ese semblante que desprendía no era común en él.

"¿Estás enfermo?" Atsumu negó rápidamente.

"No, no, solo tenía curiosidad" se encogió de hombros mirando al suelo, se notaba triste.

"¿Sientes lastima por mí?" preguntó el pelinegro y Atsumu lo miró.

"¿Por qué debería? puede que sí, tengas que vivir a base de medicinas, pero tienes toda la vida por delante"

"Alucinaciones, delirios, ausencia de sentimientos, aislamiento" comenzó a hablar el más alto haciendo que Atsumu lo mirara confundidos. "Son síntomas que he presenciado desde los 13 años"

Atsumu se acomodó un poco más cerca mirándolo con curiosidad.

"No debería contarte esto porque no me interesa excusarme frente a nadie, pero viendo esa cara de perro muerto que te cargas por haber leído hasta tarde sobre lo que tengo, creo que mereces que te cuente un poco."

Atsumu asintió emocionado.

"Bien, yo nunca he sido alguien de muchos amigos. Cuando tenía unos 10 u 11, mi papá murió y todo se vino abajo. Mi mamá siempre estaba ocupada, mis hermanos mayores en sus vidas de adolescentes y yo estaba solo, extrañando al único ser que se preocupaba por mí, mi papá."

Atsumu no sabía si intervenir o simplemente escuchar, pero Sakusa continuó hablando haciendo que el rubio optara por la segunda opción.

"Desde ahí, he estado en constante terapia porque mamá pensaba que no era normal que no tuviese ningún amigo en todo lo que iba de mi vida. Cuando mis tíos se dieron cuenta de la situación que estaba pasando, le dijeron a Komori que se juntara más conmigo. Él me presentó al voleibol, por un momento despejé la mente y comencé a entablar relaciones con otros niños"

Atsumu curvó una sonrisa.

"Así que fue él quien te rescató, por así decirlo" intervino y Sakusa asintió.

"Básicamente sí. Pero después de eso, todo empeoró. Comencé a delirar creyendo que a todos les caía mal, sentía que mi presencia les molestaba, así que comencé a alejarme nuevamente de todos, hasta de Komori. Recuerdo que años después tenía que jugar voleibol por algo que era como un campeonato y no pude seguir jugando ni un set."

Atsumu lo miró confundido.

"Ahí fue cuando comenzaron las alucinaciones. Veía gente que no existía dentro de la cancha, veía a papá dándome ánimos. Entonces pensé que estaba loco, Komori se lo contó a mi hermana y ella hizo todo lo posible por hacer que un especialista me viera."

Sakusa suspiró.

"Luego llegó lo duro. Me preguntaron que si quería a mis familiares y yo les dije que me daba igual. Me preguntaron que si veía cosas o escuchaba voces y admití que sí. Me diagnosticaron diciendo que ese desorden cerebral nació tras la perdida de un ser que quería mucho durante mi desarrollo."

Atsumu tragó saliva intentando mantenerse atento, pero quería preguntar muchas cosas.

"Y así he crecido hasta ahora. Las pastillas hacen que las alucinaciones y lo demás desaparezca, pero no hay una que haga que mis emociones vuelvan. Así que no, no puedo hacer todo lo que ustedes hacen, yo no me puedo enamorar"

Serendipia [SakuAtsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora