Serendipia [SakuAtsu]

15.

Las palmas de las manos de Atsumu no dejaban de sudar, ya eran las 7:56pm y faltaba poco para que Sakusa pasara por él. No iba a negar que tenía un ligero dolor de cabeza, pero eso no iba a impedir que saliera con aquel chico.

"¿Estás bien?" preguntó su hermano entrando al cuarto con un batido de fresa.

"Sí, ¿por?"

"Estás entrecerrando los ojos y tienes una mueca en la cara" Osamu estiró su brazo ofreciéndole un poco de su batido al mayor.

"Estoy bien" dijo Atsumu encogiéndose de hombros y dándole un sorbo. "Esto está súper amargo" se quejó sacando su lengua haciendo que Osamu riera.

"¿Qué dices? lo hice yo y sabe muy bien" el menor hablaba orgulloso de su bebida.

"Sí, claro, casi me matas, sabe fatal" antes de que Osamu pudiera responderle, una bocina de un auto hizo que ambos se sobresaltaran.

El menor se asomó por la ventana y luego volvió a mirar a su hermano serio.

"Es ese chico problemático" Atsumu se acercó a la ventana corriendo y alcanzó a ver a Sakusa saliendo de un auto bastante bonito.

"Dios, ¿de dónde sacó ese auto?" preguntó Atsumu mientras corría hacia la puerta de su habitación. "Espera" dejó de correr y miró a su hermano. "¿Por qué problemático?" Osamu rodó los ojos.

"Sabes porqué lo digo"

"No, no lo sé" el timbre sonó.

"No debiste haberlo dejado entrar a tu vida y te lo dije muchas veces" Atsumu suspiró.

"Ya te dije que esto no pasará a mayores, somos amigos y ya" Osamu lo miró serio.

"Haz lo que quieras, Tsumu" Atsumu bajó la mirada y mordió su labio inferior un poco nervioso.

"¿De verdad crees que hice mal en juntarme con él?" el timbre volvió a sonar.

"Solo recuerda la cara de todos nuestros compañeros cuando se enteraron de que estabas enfermo, si él sigue viéndote, te va a querer y cuando sepa que no estás bien, se repetirá lo que pasó en el Inarizaki"

"Atsumu" los gemelos escucharon el grito de su madre. "Te busca el chico bonito con cabello negro" Osamu miró a Atsumu.

"Piénsalo" susurró, pero no obtuvo respuesta, lo último que vio fue que Atsumu salió de la habitación.

"Ya, aquí estoy" gritaba Atsumu mientras bajaba las escaleras. "Qué puntual eres, Omi"

"Lo soy" dijo encogiéndose de hombros. Para los ojos de Atsumu, Sakusa se veía realmente sexy vestido completamente de negro.

"Adiós mamá" dijo Atsumu mientras salía de la casa junto con Sakusa.

"Vaya, nunca pensé que a alguno de mis hijos lo viniera a recoger su cita" pensó la madre mientras sonreía.

"¿Estás bromeando?" decía Atsumu mirando el auto. "¿Es tuyo?"

"Sí, claro, como si me dejaran conducir sabiendo que soy un enfermo mental" dijo Sakusa subiendo al auto.

"¿Y por qué estás conduciendo?" preguntó el más bajo subiendo al auto mientras sonreía.

"Quería impresionarte" admitió el pelinegro.

"¿Qué?" Atsumu sintió cómo sus mejillas comenzaron a arder. El más alto lo miró de reojo y curvó una sonrisa.

No dijeron más nada, solo iban callados. Sakusa miraba la carretera conduciendo normalmente mientras Atsumu miraba por la ventana intentando calmar sus nervios.

"¿Por qué no me miras?" preguntó el pelinegro sin apartar la vista del camino.

"Hoy no traes tu tapabocas puesto" dijo Atsumu sin voltear a mirarlo.

"¿Por qué no me miras?" Sakusa ignoró la observación de Atsumu y lentamente fue frenando el auto.

"¿Por qué frenas? no hemos llegado a la playa" Atsumu volteó a ver al más alto, pero se sobresaltó cuando vio lo cerca que estaba.

"Mírame, Atsumu"

"¿Q-qué estás haciendo?"

"Tengo curiosidad" Sakusa miró los labios de Atsumu. "Es extraño que estés tan nervioso cuando se trata de mí y es aún más extraño que no te hayas alejado de mí cuando te enteraste que estoy enfermo"

"Yo... yo solo"

"¿Es una apuesta?" Atsumu abrió sus ojos exageradamente.

"¿Qué?" dijo casi gritando.

"¿Alguien te mandó a acercarte a mí o...?" Sakusa no había terminado de hablar cuando sintió la mano de Atsumu en su nuca acercándolo más a él.

"¿De qué hablas, Sakusa?" Atsumu se acercó un poco más. "Si me estuviesen pagando por estar junto a ti, sería premio doble, pero, lamentablemente, no estoy recibiendo dinero por estar tan cerca del cielo."

Sakusa se alejó de golpe y miró hacia otro lado.

"¿Qué?" preguntó Atsumu confundido.

"Nada" la respiración del pelinegro estaba bastante agitada.

"Estás actuando extraño..." el rubio iba a seguir hablando, pero se detuvo. "Un momento" Sakusa lo miró con el rabillo del ojo y notó a un Atsumu sonriente. "Estás nervioso"

"¿Eh?"

"Oh, por dios, estás nervioso" Atsumu reía y Sakusa solo lo miraba serio.

"¿Cómo crees que puedes ponerme nervioso? no siento nada, recuérdalo" 

"Estás nervioso"

"Ya cállate" susurró Sakusa mientras encendía el carro nuevamente para poder llegar a la playa. Miró a Atsumu una vez más y no pudo evitar sonreir un poco ante la imagen energética del rubio. "No siento nada, no puedo sentir nada..." pensó mientras devolvía la vista al camino.