26.

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Era 7 de octubre, los meses habían pasado y los chicos se hicieron cada vez más unidos. Las cosas entre ellos, hablando de amor, no tuvieron mucho avance porque Sakusa no cedía ante nada y Atsumu simplemente se rindió.

El mes, como siempre, estaba acompañado de música por todos lados, decoraciones de Halloween en todas partes y bromas de adolescentes en cada esquina.

"¿Ya te decidiste si ir al baile?" Atsumu estaba jugando con una pequeña bola de papel sentado sobre la silla que estaba frente a su escritorio.

"No lo sé, te dije que no me gustan esas cosas" Sakusa estaba sentado en el borde de la ventana de la habitación de Atsumu. Aunque fuese un segundo piso, al pelinegro no parecía preocupado por caerse.

"Vamos disfrazados de algo juntos"

"No" dijo sin mirarlo.

"Aburrido" gritó Atsumu.

"Oigan, ¿pueden dejar de reunirse en este cuarto cada día?" dijo Osamu desde su cama. Estaba intentando descansar, pero con los dos chicos ahí, era en vano. Sakusa lo miró y luego miro a Atsumu.

"Ignóralo, Omi" dijo Atsumu haciendo una mueca.

"Dios" Osamu se levantó de su cama molesto para comenzar a caminar hacia la salida. "Le diré a mamá que no me dejas dormir"

"Son las 2 de la tarde, Samu" se quejó Atsumu siguiéndolo para que su madre no lo regañara.

Los gemelos salieron de la habitación casi golpeándose, cosa que le pareció chistosa a Sakusa. En el corto tiempo que el pelinegro había estado en los mismo lugares donde estaban esos dos, se había dado cuenta de algo. Osamu siempre molestaba a su hermano, pero él amaba a Atsumu como a nada.

"Mamá lo dejó dormir en su habitación" dijo el rubio mientras entraba al lugar del que había salido hace un momento.

Atsumu se tiró en su cama y le indicó a Sakusa que hiciera lo mismo. El contrario no reprochó, solo se acercó a la cama y se acostó junto al rubio.

"¿Entonces sí quieres ir a ese baile?" Atsumu lo miró.

"¿Quieres ir?" preguntó emocionado. Sakusa curvó una sonrisa y suspiró.

"Si te hace feliz..."

"Sí, Omi" gritó Atsumu abrazando al contrario. Estaban acostados, así que quedó, prácticamente, sobre Sakusa.

"Quítate" susurró el pelinegro, pero realmente no hizo el intento de apartar a Atsumu.

"No" dijo el más bajo acomodándose más.

Sakusa intentó reprimir una sonrisa, pero no pudo. Puso una de sus manos sobre los cabellos de Atsumu comenzó a sobar su cabeza.

"¿De qué quieres los disfraces de halloween?" preguntó el más alto haciendo que Atsumu lo mirara.

"Vayamos vestidos de detectives sexys" dijo con una sonrisa picarona.

"¿Qué?" Sakusa comenzó a reír.

"O podemos ir vestidos de los hombres de negro" Atsumu se notaba muy emocionado y por eso Sakusa estaba pensando que adoraba la sensación que sentía cuando el más bajo estaba tan feliz.

"Debe ser algo que represente la amistad, el amor o cosas así"

"Entonces vamos disfrazados de..." Atsumu se detuvo a pensar. "No lo sé" hizo un puchero cuando se dió cuenta de que no tenía ninguna idea para los disfraces.

"Bueno, todavía tenemos más de medio mes para pensar en eso"

"Hablando de cosas que tenemos que pensar..." Atsumu se hizo a un lado acostándose junto al más alto. "¿Qué quieres estudiar cuando te gradúes?"

"Mmm" Sakusa frunció el ceño. "¿Qué quieres tú?"

"Me gusta la literatura" Sakusa encarcó una ceja.

"¿En serio? ¿A ti?" Atsumu lo miró ofendido.

"¿Qué tiene?"

"Pues... es raro" Sakusa hizo una mueca. "Estoy seguro de que ni siquiera podrías leer un libro completo" Atsumu curvó una sonrisa.

"Tienes razón, pero me gustaría estudiar eso. Lingüística y literatura"

"Vale, empieza por leer cosas cortas"

"¿Como qué?"

"Mm, puedes leer reseñas de libros y vas ampliando tu vocabulario de paso. Las palabras que desconozcas, las apuntas y luego buscas su significado" Atsumu sonrió.

"Wao, es una buena idea"

"Empieza desde ahora para que no sea tan difícil en el futuro" Atsumu asintió.

"Ahora dime tú qué quieres"

"La verdad no sé, me hubiese gustado seguir jugando voleibol, pero..."

"Juguemos voleibol mañana, Omi" interrumpió Atsumu emocionado.

"¿Eh? te dije que ya no juego" Atsumu comenzó a menear a Sakusa.

"Venga, venga, venga" hizo un puchero.

"Bien" dijo Sakusa después de haber rodado los ojos.

"Sí" Atsumu comenzó a aplaudir.

Sakusa sabía que estaba cediendo fácilmente ante un montón de cosas que, normalmente, no haría por gusto, pero estaba bien... lo hacía por Atsumu.

El día transcurrió normalmente. Sakusa regresó a su casa, vio una película junto a su hermana y, antes de acostarse, revisó el perfil de Atsumu. Le costaba admitirlo, pero le gustaba ver los post de anime que publicaba Atsumu cada 2 minutos.

A la mañana siguiente, Sakusa se preparó para poder ir a jugar con Atsumu. El rubio pasaría por su casa ya que había una cancha de voleibol cerca de la casa de Sakusa así que él solo lo esperaría sentado en su terraza.

Había pasado más de media hora y Atsumu no llegaba. Sakusa no quería pensar que le había pasado nada malo y que solo se había retrasado, pero estaba comenzando a pensar en los peores escenarios. Hasta que a lo lejos vio una figura conocida que se acercaba a su casa, sonrió aliviado y se levantó.

Atsumu traía gorra y venía mirando al piso con sus manos metidas en los bolsillos, cuando levantó la mirada, la sonrisa de Sakusa desapareció, no era Atsumu, era Osamu y estaba llorando.

Serendipia [SakuAtsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora