Jessica Fernández
Por sus ojos, me despierto en mitad de la noche. Los ojos verdes de Keu son como una pesadilla y, para mi desgracia, su imagen se repite una y otra vez. Noto como mi corazón late fuertemente en mi pecho. Mis manos sudan como si tuviese calor, cosa que no tengo. Tranquilizo mi respiración pues está acelerada.
Llevo una mano a mi pecho y llevo la mirada al castaño que me abraza por la cintura pegándome a él con delicadeza.
—Alex—llamo al castaño que está acostado a mi lado.
—¿Mm?—dice sin abrir los ojos.
—¿Tenéis también a Keu?—pregunto mirando su cara.
Necesito saberlo, necesito saber que está legos de mí, que está controlado.
—¿Quién es?—continua sin abrir los ojos.
Paso mi mano por su pecho mientras respiro hondo.
—El pelinegro del hotel, e hijo de Eurydicer—sus ojos se abren de golpe y encuentran los míos en la oscuridad de la noche.
La luz de la Luna entra por la ventana iluminando su rostro.
—¿Estaba él donde te tenían secuestrada?—trajo saliva y asiento.
—Él...Él me...—intento decir, pero la palabra no me sale.
—Jessica—Alex coge mi cara entre sus dos manos y me levanta la mirada. Le veo algo borroso y no es por la oscuridad de la noche—. ¿Él fue el que te violó?
Un sollozo sale de mí a la vez que las lágrimas retenidas en mis ojos. El castaño me abraza suavemente hasta que apoyo mi cabeza en su pecho y me aprieta contra su cuerpo, puedo sentir como el enojo crece en su cuerpo, pero no me deja de abrazar.
—Lo cogeremos—me asegura, en su voz se puede notar un poco de rabia.
Cuando paro de llorar, el castaño se levanta de la cama y deja un beso en mi frente.
—Le cogeré—me dice en un susurro antes de salir por la puerta.
[...]
Estoy sentada en la cama del hospital, el médico encargado de mí nos está dando los resultados de las pruebas que me han hecho tras haber despertados. Pensé que serían más intensas, pero las han hecho dejando un tiempo entre una y otra, ademas de que me han dejado dormir cuando estaba cansada y eso lo agradezco.
Sigo teniendo la aguja en el dorso de mi mano pero sin estar conectada al suero, por ella me inyectan los medicamentos para que no me duela la herida de la operación. Tras la semana que estuve en cama ya como sola, sin la necesidad de una sonda.
—Todo está en orden—dice el médico ojeando las hojas donde está la información de mis exámenes—, tus heridas están sanando correctamente. Lo único que...—comienza a decir. Frunce el ceño y levanta la mirada hacia mi—Es posible que les cueste concebir un hijo—nadie dice nada. Alex, que está a mi lado sujetando mi mano, me la aprieta un poco para que sepa que está aquí—. Podrás irte a casa después de pasar la última prueba; la de psicología.
Veo como mi padre sonríe a la vez que niega.
—No creo que eso sea necesario—dice mi padre levantándose de su asiento, al lado mío.
—Sí lo es Señor Fernández, tiene que pasar todas las pruebas para poder darle el alta. Sobre todo después de un evento automático como éste es necesario un examen psicológico.
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La víbora Roja✔️
AcciónANTERIORMENTE: Jugando contigo [COMPLETA] Libro #1 de la Bilogía Legado +21 Ser la hija de uno de los mafiosos más importantes del mundo crea muchos enemigos, y más si se comete un error. Jessica ha sido la perjudicada del error de su padre causando...