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❝Me gustas, HyunJin. ❞

Yang estaría mintiendo si decía que se encontraba bien; sentía sus manos sudar y un calor inmenso por dentro. No sabía si era algún resfriado o lo mal que le vino saber que SeungMin intentaría salir con su mayor.

—JeongIn, ¿entendiste?— la maestra de química llamaba su atención, mientras él aún miraba por la ventana del salón.

Estaba perdido en sus pensamientos. ¿Sería bueno confesarse antes de que le quiten a su hermanastro? Posiblemente lo que sentía era una gran confusión y por eso no quería hablar de ello con HyunJin, además de no querer salir lastimado.

—Pss, JeongIn, te habla la maestra.— Kim movió su hombro golpeando con el contrario, esperando que su amigo despertase con eso.

—¿Ah?— volteó confundido, sintiendo que su cabeza dió vueltas al mirar a SeungMin sonreírle tiernamente. —Mierda, Min, deja de sonreír siempre.

Luego de decir eso, sobó su cabeza porque le estaba doliendo demasiado, pero de inmediato sintió, además de la cara confundida de su mejor amigo, la mirada de alguien más siendo insistente en él.

—Joven Yang, ¿y ese vocabulario?— ya sabía de quién era; la voz de la maestra ChaeYoung era irritante en esos momentos.

—Lo siento, maestra, pero no aguanto mi cabeza— dijo, haciendo una reverencia. —, ¿puedo ir a la enfermería?

Park le accedió la ida, diciendo que posiblemente cuando regresara ya se habría acabado la clase así que le tocaría pedir apuntes de todo. El de hoyuelos accedió y fue volando hasta el lugar, donde posiblemente sólo le darían una pastilla para el dolor.

La enfermería parecía vacía, y no se miraba a la señorita que siempre estaba ahí; aquella japonesa era demasiado linda, pero una aguafiestas cuando le decía que tenía que tener cuidado cada vez que se raspaba las rodillas por caer al piso. ¡Jugar voleibol sin tirarse al piso y darlo todo es como no jugar voleibol!

Tocó la puerta, pero no recibió respuesta, así que decidió entrar y sólo tomar una paracetamol que su madrastra siempre le decía que servía para dolores de cabeza. Unos pequeños sonidos de medicamentos cayendo llamaron su atención.

—Oh, JeongInnie.— saludó MinHo, mientras acomodaba rápidamente su camisa. —Mira, te presento a JiSung.

Aquel hyung saludó con una sonrisa nerviosa para él, mientras arreglaba su cabello y tapaba su cuello.

—Eehhh, hyung, es todo un pícaro.— le hizo una cara graciosa, apuntando con su dedo a Lee, quién se ponía rojo por eso y levantaba una mano como si lo golpearía. —No, no, no, no me pegue o le digo a todo mundo que trae a chicos a la enfermería cuando está solo, simplemente para coger.

Había olvidado su dolor por reírse fuertemente por como el de mejillas regordetas tapaba su rostro y se hacía bolita en la camilla de la enfermería.

Pero recordó a qué venía al pensar que tal vez esa escena podría pasar con SeungMin y HyunJin; nada le dolería más que saber que se besaron.

Visualizó las pastillas en un gabinete que estaba a un lado de MinHo y las tomó, agarró una botella de agua y se tragó aquel medicamento en forma de circulo.

Le costó un poco pasarlo, y eso hizo reír a sus mayores, pero al final pudo y mejor decidió regresar al salón.

—Hyung, salúdeme a Soonie y a Dori, y recuerde que los hombres también usamos protección.— guiñó su ojo y emprendió su camino a la puerta.

𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora