𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 ; hyunin

24 : 24

❝¿Es en serio lo que hiciste? Fue mejor que te fueras de aquí.❞

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Estaba casi por llegar a la casa de Felix para dejarlo ahí, cuando el teléfono del pecoso volvió a sonar.

—Te he dicho que esperes un momento.— dijo rascando su nuca. —Ni siquiera me he bañado.

El más bajo chasqueó la lengua y negó con la cabeza. Sabía que todo esto era como siempre un problema creado por su falta de sinceridad.

Todo el caso de Chan y Lee hubiese acabado ahí si él por fin dijera lo que verdaderamente sentía, pero nadie podía no darle la razón al miedo ilógico de que su hermana le cuente a sus padres de quién estaba enamorado.

Porque sí, era un gran conflicto el pensamiento de sus padres, siendo muy homofóbicos y machistas, trayendo la idea de que una mujer está para el hombre cuando quiera y por esa razón, las relaciones homosexuales iban contra sus prejuicios.

Temía porque la relación con sus progenitores estaba irremediablemente rota, y ahora pensar que ellos por fin pudieran decir que no hay otra cría Seo más que Tzuyu le llenaba la mente de trabas para poder hacer lo que quisiera.

Odiaba querer ser un buen hijo cuando ningún Seo era bueno para él.

—Hyung, ¿saldrá?— por primera vez en todo el rato en el auto, JeongIn se permitió hablar.

—Sí, Innie, necesito tomar unos tragos.— sonrió, volteando hacia atrás.

—Ya te dije que yo puedo llevarte.— ChangBin dijo, sintiendo su sangre hervir en rabia por su propia culpa. —Además, necesitamos hablar bien.

YongBok rió en sobre manera hacia el de barbilla afilada; le parecía gracioso que ahora sí quisiera hablar de algo que pudieron arreglar hace un tiempo. ¿Entonces podía sentir celos pero no ser sincero? Vaya manera de sobrellevar este tipo de casos.

Los presentes quedaron confundidos por la manera de actuar del chico, parecía una persona sin sentimientos, o más bien, una persona cansada de todo lo que acontecía en su vida. Chan le ofreció una noche inolvidable y agradable, y él necesitaba despejar su mente.

—ChangBin hyung, duerme con JeongIn, hazlo sentir bien de nuevo, su día no fue del todo genial— volvió a hablar, suspirando pesadamente. —, después, si es que ahora si tienes ganas, hablamos de nuestra situación. Por hoy, me divertiré y no pensaré en nadie más.

El australiano abrió la puerta del auto y sin importar que aún le faltaban unos cuantos metros para llegar a su casa, emprendió su camino, soltando alguna que otra lágrima. Creía ser un buen momento, la cúspide de su felicidad, pero Seo ChangBin lograba arruinarlo todo.

—Ni siquiera se te ocurra ir por él luego de que, teniendo la oportunidad, no lo hayas aclarado todo.— amenazó el menor, apuntando con su dedo al mayor, luego rió. —Que estúpido, yo no aclaré nada y tenía el tiempo.