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❝Somos hermanos y eso está mal.❞

—¿En serio piensas que mis pecas son lindas?— tocó sus mejillas asustado; era extraño que alguien le dijera un cumplido sin estar maquillado. —Sólo mamá dice que son lindas, pero no le creo porque todos mis compañeros de preparatoria dijeron que parecían popó de pájaro.

Entonces ahí estaba el problema y su prejuicio a aquellas hermosas manchas que adornaban su adorable cara. Ahí fue donde ChangBin se dió cuenta que unas simples palabras podían herir a la gente de por vida.

Y no le gustaba eso, no le gustaba ver la manera en la que Felix se volvía incómodo con hablar de sus marcas; él sólo quería besar cada una de ellas y decir con certeza que aquellas pecas le pertenecían a él y que cada noche las contaba.

Era su mayor anhelo.

—Por favor, Felix, son las mejores pecas que en mi vida había visto.— se cruzó de brazos, simulando estar enojado con el chico por haber preguntado esa estupidez. —Y posiblemente las únicas pero me he enamorado.

Sus últimas palabras hicieron que el australiano abriera sus ojos en grande, que sus mejillas se pusieran de un color rojo intenso y que ahora creara esperanzas para poder gustarle. Pero gustarle en el término “de verdad”.

ChangBin se dió cuenta que su boca otra vez había arruinado las cosas y que ahora debía explicarlas. ¿Cómo se explicaba la situación en estos casos?

Sus ojos vagaron por toda la sala de estar, buscando algo donde distraer sus palabras demasiado sueltas. Y sí, era verdad, pero no era el momento.

Su mirada llegó a su mochila, color negro y de cuero, y recordó traer algo que hace mucho quería intentar, pero nadie lo quería hacer porque decían que era de niños pequeños.

—¿Jugamos un rato?— preguntó, sentandose ahora en el piso y poner su bolsa en la mesita.

—Pero deberíamos de hablar...— pronunció, tímido.

—Lo haremos mientras hacemos esto.— sacó una caja transparente que contenía adentro...

—¿Perlitas?— preguntó Lee al ver el contenido.

—¡Haremos pulseritas!— habló entusiasmado el de baja estatura. —¿No es esto grandioso?

El rubio rodó los ojos, pero sonrió al saber que estaba viendo otra parte de aquella persona que creyó nunca conocer a fondo.

Esto le estaba agradando, conociéndose de a poco y cuidadosamente; todo sin apresurar las cosas, como debían de ser.

Todo marchaba bien dentro de esos minutos, Felix hacía una linda pulsera teniendo de colores amarillo y azul, mientras ChangBin había optado por colores rosas pasteles y morados.

Hasta que el teléfono de alguien comenzó a sonar.

—¿Bueno?— preguntó tras contestar.

—Hey, ¿me recuerdas?

JeongIn, al llegar al cuarto del mayor, sintió una corriente de nervios recorrer su espina dorsal

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JeongIn, al llegar al cuarto del mayor, sintió una corriente de nervios recorrer su espina dorsal. Sabía a qué venía la actitud de su hermano desde hace rato.

No iba a hablar primero; estaba cansado de ser él quien primero hablara, se confesara, e incluso besara. No quería más ser el blando de esa extraña relación.

Cuando vió al alto cerrar la puerta con seguro, tomó asiento en la orilla de la cama y comenzó a morder sus uñas desesperadamente, pero siendo discreto. Estaba muy nervioso, siempre evitaba las charlas donde sabía que tenía un peso alto de responsabilidad.

Porque sí, ambos estaban siendo responsables de una infidelidad que, aunque Yang quería mantenerse firme en que su hermanastro y él no podían tener nada, amaba la forma en la que se sentía teniendo esta aventura.

No, no era para nada inocente con apenas quince años y medio.

Y ahora que lo pensaba más a fondo... ¡SeungMin y él son menores de edad en muchos países y Hwang ya es mayor en algunos de ellos! Esto estaba, en cierta parte, mal.

Un chico de apenas quince años y uno con dieciocho. Etapas distintas, tres años de por medio y las hormonas a todo lo que da. Reconocía que estaban mal.

—Bien, hablemos, JeongIn.— por fin habló, sacando de los oscuros pensamientos al menor.

El de hoyuelos dirigió su vista al chico y luego la bajó rápidamente queriendo dejar de ser preso de esos lindos ojos atrayentes, de esos labios adictivos y de toda esa persona etérea que tenía en frente.

—Creí que nuestra relación había avanzado.

—¿Cuál relación, hyung?— preguntó sarcástico. —Unos simples besos no definen una relación de mierda que está jodidamente mal.

HyunJin se quedó perplejo de la forma de hablar de su hermanastro; al parecer, con poca edad, había entendido lo que estaba pasando entre ellos y había comprendido que sí, estaban haciendo mal.

Mal porque Hwang no sabía lo que en realidad sentía por los dos menores que se encontraban en su camino.

Uno tierno, acojedor, divertido y temperamental, mientras había otro inteligente, angelical y soñador chico queriéndolo. ¿Qué debía hacer en esas circunstancias? Era algo que no había descubierto, pero al parecer Yang JeongIn sí.

—¡Está mal! ¡Todo está mal!— gritó, olvidando que había personas en casa. —SeungMin es tu pareja, somos menores que tú por tres malditos años y parece divertirte la situación en la que estoy. ¡No es nada fácil estar enamorado de ti y que sólo juegues con mis sentimientos! ¡Maldita sea, odio amarte!

Hwang seguía estático parado frente al menor que comenzaba a sollozar por la frustración que recolectaba en su cuerpo. Se puso helado cuando lo vió levantarse.

—Somos...— dudó en decirlo. —Somos hermanos y eso está mal.

Después de decir aquello, limpió su cara roja llenas de gotas de agua y salió del cuarto. Lo último que quería era verse débil frente a alguien.

Lamentablemente, para ambos chicos que se encontraban en una condena de amor sin salida, todo iría a la ruina desde ese día. Todo acabaría y si algo salía bien en el futuro, volverían a reconstruir sus vidas nuevamente.

—HyunJin, tenemos que hablar.— la voz que había sonado detrás de la puerta era de JiSoo, madre de este, quien venía acompañada del señor de la casa, Yang JinYoung.

—¿Conoces Australia?

Sabía lo que se venía y estuvo evitandolo todo este tiempo, irse de la casa y perder contacto con su pequeño y adorable hermanastro era la perdición. Debía vivir solo.

Debía...
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¡Holaaaaaa! Volví a desaparecer, pero se juntaron muchas cosas en este lapso. Cómo una pérdida de un familiar, decayendome mucho y hace unos días, inicié las clases de nuevo.

Estoy tomando las noches para escribir de vez en cuando. Y si esto no es de su agrado, entiendanme que estoy muy cansada mentalmente con todo lo que está pasando cerca mío.

Si esto fue de tu agrado, por favor, me ayudarías mucho votando, comentando porque me siento feliz cuando me llegan notificaciones, y compartiendo para que esto crezca mucho más. ♡

Espero la estén pasando bien y se alimenten saludable, tomen agua y usen cubrebocas si salen. ^^

¿Les gustó el capítulo? Es el capítulo más dramático que he hecho en mi vida jaja.

Les quiero mucho y les aprecio demasiado. ¡Gracias por todo, perdón por tan poco!

𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora