Capítulo 11

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Una vez de vuelta en el cuartel Samantha buscó el nombre en la base de datos –Un traficante buscado en todo el país, dio un golpe hace unos meses, golpe que vosotros arruinasteis... - comentó mirando a Danny - ¡Joder! Sí, ya lo recuerdo, no conseguimos pillarle, desapareció... - murmuró apoyando las manos en la pantalla con un notable cabreo –Kono, ¿las cámaras tienen algo? – preguntó alzando una ceja mirando a la chica que entraba a toda prisa –No, pero sí que se ve como Steve sale de la carretera y se da un golpe contra el volante, el airbag no se activó y por lo visto perdió el conocimiento, a partir de ahí las cámaras se desconectan, supongo que un hacker... - murmuró la chica poniendo el vídeo a cámara rápida, lo suficiente para no marear al personal.

Samantha se hizo una coleta y comenzó a dar vueltas pensando - ¿Reconocimiento facial no capta ninguna coincidencia con el tal Karamakov? – preguntó mirándoles – Nuestros recursos no son tan avanzados... Solo conseguiríamos eso en inteligencia naval... - Dijo Danny mirando a la chica. Samantha entró en el despacho y marcó el número de Liam, pero tardó unos segundos en decidirse para llamar o no, miró a sus compañeros, a sus amigos, a su familia y suspiró respirando muy hondo dando al botón de marcar –Liam... Soy yo Samantha, necesito que me hagas un favor – murmuró recibiendo la negación por parte de Liam – Mira, haré lo que quieras – musitó sentándose en la silla de su despacho llevando las manos a su cabeza unos segundos y esperando respuesta - ¿Qué necesitas? – preguntó Liam desde el otro lado – Busca a Jeidan Karamakov, por toda la isla, por favor – dijo sin más –Te mando los datos en cuanto los tenga – dijo colgando el teléfono. Samantha guardó su teléfono móvil en el bolsillo trasero de su pantalón y levantó la mirada al ver entrar a Danny en el despacho -¿Estás bien? – preguntó cerrando la puerta detrás de él. Ella asintió levantando la mirada – Le acabo de dar carta blanca a mi ex para que me pida lo que quiera, no sé si esa es la definición de estar bien – murmuró con una media sonrisa –Nos va a mandar datos de las cámaras en cuanto los tenga – dijo saliendo del despacho y esperando las imágenes.

Kono y Chin miraban las fotos, Samantha se unió a ellos – Aquí, está en este mismo entorno en varias fotografías y lo que llevan debajo de esa lona no parece una alfombra precisamente – murmuró al comprobar que parecía ser un cuerpo humano, ¿y si habían matado a Steve? No, no podía pensar eso, no lo habían matado, era imposible. -¿Nos arriesgamos a ir ahí sin pruebas de que esté allí? – pregunto Chin mirándoles – Por supuesto, informad al SWAT y preparaos, ya – dijo Danny, cuando Steve no estaba era él el que estaba al mando. Samantha se colocó el chaleco antibalas, comprobó que tenía munición de sobra y comprobó todos los equipos. Se montaron en el coche de Danny y a toda máquina fueron hasta la fábrica abandonada. – Dos detrás, dos delante y el SWAT como se organice – dijo Danny sin más haciéndole un gesto a Samantha.

El equipo se coordinó para entrar dentro de la fábrica y peinarla de arriba abajo, nada, no había nada – Es imposible, algo de movimiento tendría que haber, ¿han estado aquí semanas y han borrado así como así sus huellas? No me lo creo – dijo Samantha dándole un golpe a una tabla de madera comenzando a caminar encontrando una puerta a una especie de sótano –Eh, venid aquí – los llamó señalando la puerta, de una patada la abrió y bajó las escaleras apuntando con la pistola a todo lo que podía tener delante. Nada más bajar se encontró con una situación un tanto extraña. Steve atado a una silla sin conocimiento y un hombre pegándole y pegándole, parecía no haberles oído – 5.0 levante las manos – gritó Samantha apuntando con su arma al sujeto en cuestión acercándose a él por detrás – De rodillas y manos detrás de la nuca, dedos entrelazados y piernas cruzadas – espetó apuntando a su cabeza, una vez esposado Danny le propinó un puñetazo en la cara y lo dejó en el suelo. Samantha fue a desatar a Steve y comprobó que tenía pulso –El pulso es débil pero existente, llamad a una ambulancia –informó Samantha.

Último disparo (Steve Mcgarrett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora