3 meses después:
Un teléfono no dejaba de sonar, Samantha volvía de recoger a los niños del colegio, había decidido ir dando un paseo, aunque cada vez le costaba más andar, su barriga ya pesaba demasiado y le apetecía estar tumbada todo el día. Había salido de cuentas hacía una semana y el bebé tenía que estar por llegar, pero aún no llegaba -¡Tía tu teléfono suena! –exclamó Jack dándoselo, Samantha lo cogió con lentitud – ¿Dígame? –preguntó cambiando su feliz expresión por una de preocupación que mosqueó a su sobrino -¿Se sabe algo de ellos? Voy para allá, dame la dirección, ¿cómo estáis vosotros? –preguntó preocupada cogiendo las llaves y su bolso con rapidez, conduciría con cuidado por si algo pasaba.
Había muchas novedades en Hawaii cuando volvió de Georgia, Lou se había unido al equipo después de un altercado ocurrido con el SWAT, cosa que alegró enormemente a Samantha porque adoraba a ese hombre. El sobrino de Danny estaba trabajando en la científica y no dudaba ni un segundo en pasar a ver qué tal estaba la pelirroja cuando tenía un rato. Todo parecía ir perfectamente hasta ese maldito momento en el que se encontraba en su coche conduciendo hacia un edificio que había explotado con su novio y su mejor amigo dentro. Exacto, Steve y Danny estaban en un edificio en ruinas o debajo de las ruinas o muertos.
Al cabo de quince minutos, había bastante tráfico por la zona, estaba buscando a Kono con la mirada y se topó con Chin, fue a abrazarle preocupada -¿Estás bien? –preguntó buscando su mirada, estaba un tanto aturdido y asintió –Sí, no te preocupes, te voy a buscar un sitio para que te sientes –dijo colocando una mano en su espalda -¿Se sabe algo? ¿Están vivos? –preguntó mirando a su alrededor, aquello era un desastre que no le gustaba ni un pelo, un edificio derrumbado, polvo por todos lados y ni rastro de Steve ni Danny. Chin negó –Habíamos recibido un aviso de que iban a intercambiar droga aquí, Steve estaba convencido de que iba a pasar pero... Era información falsa –dijo Chin colocando una mano en su hombro. Samantha suspiró, tenía muchas ganas de llorar pero no lo haría, si empezaba no acabaría y quería ser útil -¿Hay algo que pueda hacer? ¿Quizás manejar alguna máquina desde un ordenador? ¿Investigar? –preguntó mirando a Chin, éste suspiró –No sé si Steve querría que trabajases... -dijo mirando al suelo –Dame algo que hacer, necesito algo que hacer –pidió, casi que suplicó.
Al cabo de un rato Samantha estaba sentada junto a Kono con una cámara que mostraba el calor de los cuerpos, de los bomberos, buscando a Steve y a Danny entre los escombros –Esto... Kono, creo que aquí se ven dos cuerpos y parecen en movimiento –le dijo tratando de no sonreír no quería esperanzarse y que luego no fuera nada –Parece que sí, voy a llamar al jefe de bomberos para comprobarlo –dijo yendo y volviendo con un hombre corpulento que cogió el aparato que tenía Samantha entre las manos –Creo que tenemos movimiento en el ala sur del sótano chicos, intentemos hacer llegar algún dispositivo para comunicarnos con ellos –ordenó y acto seguido ayudó a Samantha a salir de los escombros hasta la tienda en la que estaban Lou y Chin hablando y preparando el Skype para ver si podían contactar con Steve y Danny una vez hubieran introducido una Tablet. Samantha tenía mala cara y Chin lo notó -¿Samantha te encuentras bien? –preguntó Chin acercándose a ella, Samantha asintió soltando el aire pesadamente –Solo quiero que Steve y Danny estén aquí –dijo tratando de sonreír, Chin la miró con los ojos entrecerrados sin creerse demasiado sus palabras, pero decidió achacarlo a que estaba nerviosa por sus amigos y le preguntaría más tarde. Al cabo de un rato consiguieron tener contacto con Steve y Danny, Steve estaba inconsciente y Danny estaba bien solo parecía dolerle una pierna –Samantha, ¿podrías hablar tú con Grace? Díselo con suavidad –pidió mirando a la pelirroja –Claro, Chin irá a buscarla y la traerá aquí conmigo, por favor salid bien de ahí dentro, salid vivos –susurró mirando a Danny a los ojos –No te preocupes que el padrino de ese pequeñín va a estar a la perfección para jugar con él –le aseguró tratando de tranquilizarla, a ella y a todos los demás.
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Último disparo (Steve Mcgarrett)
FanfictionElla hace lo que quiere, él impide que acabe muerta día tras día. Esta historia se desarrolla en la pequeña isla de Hawaii. ¿Quieres saber más? Solo tienes que empezar la lectura.