Secretos||•Artemis Hidalgo✔️

Cap 2

Editado...

Así que estos son los famosos Hidalgo

—Bienvenida Bruja— saludo el que parecía de 20, provocando que frunciera el ceño.

¿Bruja? Que clase de apodo es ese.

Dani pareció notar mi desconcierto y me susurro que así le decía de cariño

Raro

Raquel solo sonreía, para luego presentarnos

—Ah Dani ya la conocen y ella— me señaló, —Es TN, acaba de mudarse— agrega, con una sonrisa hacia los hombres que nos miraban

—TN— me miró, —Ellos son Apolo— señaló al niño tierno, que me miró sonriendo para decir Hola

—El es Ares— señaló al chico de ojos azules el cual la había llamado bruja, el se limito y solo me miró Raro.

—El es el Señor Juan Hidalgo— señalo al señor mayor.

—El es...

Ella fue interrumpida

—Yo soy el abuelo Hidalgo querida— se presentó sonriendo amablemente dándome suma ternura.

Me agrada.

Raquel soltó una risita para luego continuar.

—Y el es Artemis— concluyó y el solo me ignoro

¿Quien se cree?

Su olímpico ignoro dejo un silencio abrupto

El señor Juan carraspeó la garganta, —Ya deberíamos cenar— sugirió.

—Claudia, sirvan la comida— ordenó el Sr. Juan, mientras tanto el Abuelo Hidalgo, Ares y Apolo se miraban raro entre ellos, pero de verdad Raro parecía que entre ellos se daban instrucciones con la mirada.

—Tomen asiento queridas— pidió amablemente el abuelo Hidalgo mirando a Ares y Apolo, y rápidamente Ares jalo a Raquel y la sentó junto a él y Apolo a Dani y la sentó junto a el.

Adivinen que solo quedaba una silla libre a lado de Artemis, el abuelo, Ares y Apolo se miraban en señal de victoria, y sin más remedio me senté junto a él.

Esto se vio tan planeado.

Al sentarme junto a él un inmenso aroma a colonia varonil rodeo mis fosas nasales.

Maldición huele tan bien.

Yo me tomaba la libertad de inalar su aroma, hasta que PUFF literalmente me había mojado solo de olerlo

Ahí mierda, que hago.

Unos minutos después la chica pelirroja y otras cuantas chicas más sirvieron la comida.

—Adelante coman— pidió amablemente la pelirroja antes de abandonar el lugar.

—Probecho.

Dijo el Sr. Hidalgo más específicamente a nosotras, ya que los demás atacaban su plato, nosotras sonreímos y comenzamos a comer.

Y yo solo pensaba en mis braguitas mojadas mierda, mierda, mierda.

— ¿Te encuentras bien querida?— cuestionó el abuelo Hidalgo en un tono preocupado.

—Ahm, yo necesito usar su baño por favor— respondí un poco avergonzada.

—Claro, está en el segundo piso por el pasillo a mano derecha— explico el Sr. Juan.

—Muchas gracias— agradecí amablemente para después comenzar a caminar hacia el baño.

Al llegar me recargue en la pared y quite mis braguitas.

Mierda parece que tuve un diluvio, ¿como es posible? solo olí su perfume

Me pare rápidamente y comencé a lavar mis braguitas en el lavabo y luego las exprimi y lave el lavabo rápidamente con agua, estaba por sacar unas braguitas secas de mi bolsa ya que me conozco y siempre cargo un repuesto, hasta que escuche que tocaron la puerta y solo hice bolita mis braguitas mojadas en mi mano para que no las notarán antes de abrir.

Nota

GO ARTEMISAS