Secretos||•Artemis Hidalgo✔️

Cap 14

—Ten. —Ciara me dió un palito que tenía una fresa atravesada con chocolate.

La lleve a mi boca y la mastique, cerré los ojos extasiada con el sabor dulce del chocolate —. Está deliciosa.

—Lo sé. —mi hermano menor llevo la fresa a su boca y después de masticarla la trago.

—La fiesta ya se puso aburrida. —murmuro el mayor a mi lado.

—Y mamá sigue hablando con Juan. —bostezo la menor.

Apolo llegó a nuestro lado, su cabello estaba revuelto, su corbata mal ajustada y sus labios estaban inchados.

Mi hermano me robó el pensamiento —. Noche dura eh Apolo.

Mis hermanos fruncieron el ceño sin entender.

—¿Por qué no traen más fresas? Corran. —los corrí.

Mis hermanos se fueron, mire a Apolo de nuevo, se había sonrojado —. No es lo que parece. —se apresuró a decir.

—¿Y que es lo que parece? —me cruce de brazos y arqueé una ceja.

—Yo iba a decir que estaba atendiendo muy bien a los invitados, ya sabes, de arriba a abajo. —dijo mi hermano en un tono suave, con inocencia falsa.

—Se encargó de atenderlos correctamente. —agregue en el mismo tono.

—Si... Quiero decir no.

—¿Entonces que otra explicación tiene tu estado Apolo? —mi hermano siguió molestandolo.

Apolo fingió ver a alguien —. Oh me llaman. —y se marcho.

Mi hermano vio el reloj en su muñeca y luego vio a todos lados —. Son las tres de la mañana, ¿Que nadie pretende irse?

—No lo sé, pero los tacones me están matando. —hice una mueca.

Mi hermano alzo la mano —. ¡Hey Ares!

El mencionado camino hacía nosotros —. ¿Que sucede?

—Tienes unos zapatos que le prestes a mi hermana, con el vestido tan largo ni siquiera sé notará que no los usas.

—Claro, debo tener un par de cuando era más crío. —señalo las escaleras —. Tomalos de mi habitación, estás en tu casa.

Y se fue.

—Pir mi lirgui di ti vistidi ni siquiri si nitiri. —le di un golpe en la cabeza —. Pero si sé notará en mi altura, baboso. Solo no te doy otro porque me duelen mucho los pies, ahora vuelvo.

Camine hacia las escaleras y camine por el pasillo, una puerta se abrió y me jalaron adentro.

Grité y mire a mi alrededor.

Ouh no.

Ouh no.

Ouh no, no, no, no, no.

Sus dedos fríos hicieron contacto con mi espalda y me estremecí.

Sentí su respiración en mi nuca y tragué, aparto mi cabello dejando al descubierto mi cuello y dejó un beso húmedo. Suspiré.

Me sujetó de la cintura y me pegó a su cuerpo.

Nos empujó a la cama y bajo las tiras de mi vestido hasta que esté me llegó a la cintura.

No usaba brasier, solo unos parches que evitaban que los pezones se me marcarán, los quito con sus dientes y solté un gemido leve. Se levantó y termino dé quitarme el vestido.

Dejó un camino de besos húmedos por el interior de mis muslos hasta mi cuello. Le quite la playera y desabroché su cinturón.

Tocaron la puerta y ambos fruñimos con frustración.

—Hermana, ya nos vamos.

Lo empuje, me puse mi vestido rápidamente, me miró entre cerrando los ojos —. Lo siento. —sali corriendo de ahí.

—No encontré la habitación de Ares. —dije apenas lo vi.

—Entiendo. Hay que irnos.

***

—¿Por qué no usas los parches? —me cubrí los pechos rápidamente ante la mención de mi hermana.

—Deben haberse despegado.

—Aun los traías antes de subir.

—Quizá fue cuando choque con la gente para llegar a las escaleras.

—Aja. —dijeron los tres al unisono. Por suerte mamá estaba al teléfono y no nos prestaba atención.

Nota.

Mi dedo hizo que actualizará antes, pido perdón.

(Inserta deja vú de Olivia Rodrigo)