Secretos||•Artemis Hidalgo✔️

Cap 32

—¿Estás segura de esto? —mire a mi hermana a través del espejo.

—¡Solo házlo! —dijo con esfuerzo conteniendo la respiración.

Tome los listones del corset y los jale hasta su cintura quedó como la de una avispa, su rostro se había puesto de un tono rojo —. ¿Puedes respirar?

—Si. —respondió con dificultad.

Los gemelos habían decidido que querían una fiesta temática de Alicia en el país de las maravillas. Bueno, Ciara lo quería y Ciaran le cumplió el capricho, como siempre.

Mi hermana se vistió de la reina de corazones.

La ayude a terminar de colocar la corona de cartas que me obligó a hacer mientras ella pintaba sus labios en un corazón con el labial más rojo que encontró.

Mi hermano menor entro, el usaba un traje negro, el saco llegaba a sus talones y se podía percibir que por dentro era rojo, tenía dos cartas incrustadas en la frente y de ellas frotaba sangre falsa, su cabello estaba revuelto y caía hacía atrás de una forma rebelde.

—¿Te falta mucho? —pregunto impaciente.

Ciara lo miro molesta desde el espejo —. Si me sigues presionando, me tardaré más a propósito.

Mi hermano rodó los ojos y me miró —. Los Hidalgo ya llegaron, mamá los está atendiendo, pero sucede que son más de trescientos invitados y se supone que los organizadores se encargan de eso, Ciara. —dijo su nombre entre dientes.

—¡Ya voy! —chillo.

—No te preocupes, ve a bajo a a ayudar a Adham y a Mamá, yo me encargo de Ciara.

El asintió y salió de la habitación.

Ayude a Ciara a terminar de ajustar los últimos detalles del enorme vestido rojo con encaje negro que usaba, mamá le había pagado a la diseñadora para añadir cartas de póker en los bordes del pecho. Lleva su cabello atado en un chongo trenzado, en la cima de este hay dos cartas, el az de corazón y el de trébol, más abajo en la coronilla, usa la corona de cartas que le hice, en su ojo izquierdo a maquillado un corazón rojo que va desde su ceja hasta su pomulo, se ve hermosa.

—¡No llores! ¡Arruinaras el maquillaje!

Me hice aire en los ojos, tratando de evitar llorar —. Lo lamento.

Me acerco a ella y nos hizo mirarnos en el espejo, uso un lindo vestido blanco de tiras que llega a mis tobillos, en realidad parece de bodas, a diferencia del de mi hermana, este no es tan llamativo, según mi hermana, soy la reina Blanca, mi cabello esta suelto y el maquillaje en realidad solo es brillitos blancos en mis ojos y un montón de iluminador en distintas partes de mi rostro.

—Nos parecemos demasiado. —hizo una mueca y la golpeé en el hombro.

—Grosera.

—No me refería a eso, ¿crees que sea tan bonita como tú cuando sea grande?

—Serás aún más bonita que yo. —bese su mejilla.

—Debemos bajar, la anfitriona no se puede desaparecer tanto tiempo. —se separó, ambas salimos de la habitación y comenzamos a bajar las escaleras, me quedé a la mitad, dejando a mi hermana disfrutar de su momento.

Después de unos minutos, las luces se apartaron de las escaleras y por fin baje.

Me tope de frente a Claudette usa un traje negro con la corbata desatada y su cabello esta suelto y cae en curvas delgadas por su espalda, me sonrió —. Creo que no nos han presentado. —le ofrecí mi mano y dejó un beso en el dorso, no les mentire, me tomo de imprevisto y me puso nerviosa, una mujer jamás me había besado la mano —. So-y T-T-TN Montés. —tartamudee mi nombre.